Sucio »YoonMin« #1

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Estar enamorado es difícil, eso le dijo su madre cuando le advirtió de aquel sentimiento tan natural como venenoso, recuerda a la perfección sus palabras que jamás repetiría en voz alta "no hay mejor o peor veneno que el amor, porque aún cuando sabes que te matará seguirás tomando hasta la última gota de este" Y él reconoce que es cierto, que el amor es difícil de manejar, es algo que finges controlar pero que al final te muestra que quién tiene los hilos de la marioneta no eres tú. Todo tipo de amor es veneno, incluso el que JiMin siente por su madre y su hermana, porque su amor por ellas lo ha llevado a desgastarse, a envejecer su mente tratando de protegerlas, su amor lo ha hecho buscar entre tanto odio una chispa que lo mantenga en pie, buscar entre cadáveres lo secó por años, tanto que se convirtió en uno de ellos con la posibilidad de caminar. Pero no le preocupa ser un cadáver andante, en la ciudad hay miles iguales o peor, ellos lo saben y tratan de sobrevivir como pueden creyendo que algo les regresara la vida, pero no es así, quién ha muerto no puede regresar. Eso pensaba antes de que otro veneno corriera en él, algo acido que lo hizo revivir.

Despertar o ser salvado, aún no sabe cómo llamar a lo que el sucio ha hecho por él, quizás lo ha condenado de la manera más vil que se puede condenar; lo ha hecho creer que puede vivir. JiMin no es feliz, porque si es feliz con aquel sucio eso quiere decir que no es feliz con su madre y hermana, y si es feliz con ellas estaría mintiendo al decir que no lo es con YoonGi, así que prefiere pensar que aquello es solo una palabra para describir momentos que son menos peores que otros.

Es un adolescente ahora, ha dejado de ser un adulto y comenzado a respetar lo que debería de ser, porque se ha vuelto más estúpido y sentimental, porque ahora ya no quiere arrancar anillos o joyas de un militar pensando que ese podría tener amigos o familia, que aquel descompuesto cuerpo podría ser YuGyeom o JungKook algún día. Cuando mira a los sucios no es diferente, cuando se inclina sobre uno ahora un flash llega a su mente y pone la imagen de YoonGi ante él, es por eso que no ha conseguido recolectar nada.

Está vivo, y si él está vivo significa que pronto las dos mujeres que más ama en el mundo ya no lo estarán. Se mantiene de pie frente al cadáver de lo que debió ser una mujer sucia, ella tiene un dije sostenido en su momificada mano y logra reconocer un brillo que le da la esperanza de que es de oro. Respira hondo porque debe de arrancar el valioso objeto, porque debe de tocar un cadáver. Su improvisado equipamiento le molesta un poco debido a que hace tiempo no lo usa, había estado viviendo de lo que el sucio le daba, pero ya no puede hacerlo más, cuando el sucio se vaya o muera deberá regresar a lo que hacía, y es por eso que prefiere regresar ahora para después no meterse en problemas. Se inclina y es curioso como el olor a cadáver le trae recuerdos, le dicen que no debe de sorprenderse, ya lo ha hecho antes. Acerca su mano y ve que está temblando. Algo está mal.

Ella lo toma de la muñeca.

Abre los ojos en sorpresa y contiene un grito, se aleja de inmediato cayendo al suelo de espaldas y arrastrándose para alejarse, su vista no se separa del cadáver y cuando cree que es seguro observa su mano que debería de tener algunos rasguños porque ha sentido como el hueso se ha clavado en su piel. Examina la zona afectada, pero no existe. Ha sido una broma cruel y sin sentido de su mente, nada lo ha tocado y el cadáver no se ha movido. Talla sus ojos con su antebrazo, no para aclarar su vista, sino para aclarar sus pensamientos. Eso les ocurre a los adolescentes cuando ven un muerto, son estúpidos y se dejan guiar por sus miedos, así no era JiMin, pero ahora siente que lo es.

(...)

—¿Qué ocurre?— Pregunta YoonGi cuando JiMin está sentado en el mismo lugar de siempre. Llevan por lo menos treinta minutos ahí y ninguno ha dicho nada. Tal vez el sucio lo notó porque JiMin no ha logrado despegar su vista del suelo. —Te vas una semana y regresas como si te hubieran chupado la vida... Chupado, que palabras más desagradable.