Sucio »YoonMin« #1

17

Está comenzando a hacer frio y necesita abrigar a su hermana, aquellas temporadas eran las peores en todo sentido; si tenía que trabajar el viento helado le azotaba en la piel por la falta de edificios en aquel desierto.

Cuando dormían tenía que arropar bien a su pequeña y bañarse era un calvario, sin agua caliente y a la intemperie era donde más gente enfermaba y moría. Es ahí, con las manos enfriándose que cae en cuenta de que el sucio podría enfermarse dentro del frio túnel, podría solo morir una noche de frio y él no se enteraría hasta que fuera a verlo.

Los costos se multiplican con la llegada del frio, comprar prendas para vestir, para abrigarse o al menos algo para hacer fuego es costoso, él, quién compra y revende lo sabe de sobra.

Lo que más le causa incomodidad es el hecho de que el sucio no se ha ido, siempre que está por mencionarle el tema aquel sinvergüenza lo evade haciendo uso de su físico o dándole pequeños y momentáneos infartos. Ya es demasiado obvio como para evadirlo, pero no puede hacer nada cuando cae ante él teniendo permiso para quedarse a su lado y recibiendo caricias. Su lado adolescente se activó más desde aquella vez donde perdió la castidad.

—Yo creo que va a ser niña.— Le dice JungKook a su hermana cuando están en la devastada escuela, ahora hay menos niños y a JiMin no le sorprende, muchos cedieron al frio. —SeokJin piensa lo mismo.

—¡Va a ser un niño!— Grita la pequeña mostrando su lengua alzando el rostro porque la bufanda la cubre casi por completo. —Podemos preguntarle a TaeHyung.

—¿Por qué le preguntaríamos a él?

La niña alza los hombros y sonríe victoriosa ante la reacción de JungKook.

—Porque a mi me quiere y a ti no. ¿Verdad Minnie? — JiMin asiente sin ánimos. —No importa cuántas cartas se envíen, yo puedo abrazarlo.

Y esta vez JiMin sonríe porque recuerda que esas últimas semanas JungKook había estado mandando cartas anónimas a TaeHyung, y para la sorpresa de todos TaeHyung las respondía dejando sus escritos en el mismo lugar donde recibía los de JungKook. Una linda historia de amor. Solo una vez pudo leer la letra de TaeHyung en una de esas cartas, cuando JungKook se descuidó y su pequeña hermana la robó a petición de SeokJin. Recuerda pocas palabras;

La valentía está sobrevalorada, es mejor vivir, aunque sea escondido siempre hay una luz que se cuela de entre los escombros.

Lindas palabras para un profesor que apenas y tenía más estudios que el promedio. Es algo que puede alegrarle el día, porque eso significa que aún hay vida en esa ciudad muerta, que no todo se trata de intentar sobrevivir o morir, hay algo más que eso y puede verlo en SeokJin y JungKook. Jin solo busca que su bebé nazca a pesar de que aquella criatura no tenga un padre como tal, se enteró hace unos días de que quién suponía era la pareja de su mayor le había dejado hace tiempo, un triste dato que se olvidó con facilidad porque, al parecer, aquel hombre sin rostro no era necesario estando NamJoon ahí. Suspira, convenciéndose de que si hay vida, que todo sigue un curso y toma otro cada vez que quiere, y él también tiene uno.

Cuando el sucio se vaya tendrá que regresar con regularidad a su trabajo, mantener a su pequeña familia y seguir su vida solo manteniendo el recuerdo, solo esta esperando algo que se ha tardado. Lleva tres semanas desde que el sucio le evadió por primera vez, esa en la que entregó su castidad casi sin dudarlo, y desde ahí evadirlo habia sido fácil. A JiMin le hace falta ser firme para darse a respetar. ¿Cómo negar que también lo deja pasar porque le gusta tenerlo ahí? El sucio le sigue gustando de manera exagerada, con el tiempo debió de desvanecerse poco a poco su atracción, o incluso cuando tuvieron esa primera vez debió de dejar de gustarle, pero no, el sucio es un capricho resistente que le ataca en todo momento, ha habido noches en las que se queda con él, donde no le importa el túnel y solo quiere dormir a su lado. Siente que ha perdido todo control sobre sus sentimientos, que ellos escaparon cuando perdió... entregó su castidad.