8. Ben.

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— Uhm, disculpa, ¿Eres nuevo aquí? -recuerdo que Slender mencionó a un tal "Ben", supongo que es este enano-

— Sí, ya hablé con Slender, tengo permiso de estar aquí. -dije cortante, dándole la espalda, no tenía ganas de hablar, quería analizar mis pensamientos sobre lo que pasó con Toby-

— Ya veo... -silencio- Es bueno que haya alguien nuevo, soy Ben, normalmente, yo cuido el bosque solo. -creo que el chico no está entendiendo el mensaje-

— Jeff. -dije mi nombre y guardé silencio-

— ¿Y qué haces aquí? -mierda, no se rinde-

— Quiero pensar, en soledad. -volví a voltearme, regalándole una mirada molesta-

— Oh vamos, es feo estar solo. -él quiso acercarse pero Smile le gruñó, acaricié su peluda cabeza para que no le hiciera daño y dije-

— ¿No deberías cuidar el bosque?

— Mis sentidos indican cuando algo anda mal, no te preocupes. -se sentó a mi lado- ¿Y qué te trae por aquí?

— Pues...seré ayudante de Slenderman. -él me miró sorprendido-

— Wow, es un honor que el operador te haya elegido a ti, un gran asesino. -sonreí con orgullo ante sus palabras-

— Lo sé, al fin y al cabo, ambos salimos ganando, él me cuida y alimenta y yo mato gente por diversión. -puse mi mano en mi pecho, dando una pose orgullosa, él se fijó en mi muñeca-

— Aún no tienes la marca, aún así, hay muchos contras en ser un proxy. -lo miré extrañado- No puedes salir del bosque, sería casi imposible que te deje salir, debes de serle muy leal, la mínima desconfianza que vea en ti y...desapareces. -tragué pesado al saber que mi libertad sería arrebatada pero...tendría inmortalidad, él continuó- Él sólo le tiene gran afecto a Sally, la considera una hija, pese que está muerta. -esa mocosa-

— Verás que me querrá a mí también. -estiré mis piernas, viendo la punta de mis pies y los moví a los lados, cuando giré mi cabeza para verlo y vi que se había levantado-

— Tengo que irme, siento algo. -no hubo necesidad de despedirme, ya que, se fue corriendo, suspiré cansado, me levanté, desperté a Smile y fuimos directo a la cabaña-

                           °·°·°·°·°·°·°

Cuando entré, me fijé si había alguien en la sala, nadie, quise aprovechar para ver algo de televisión, me senté en el sofá para buscar algo interesante. Sentí una presencia detrás mío que me cubrió los ojos con sus manos, manos grandes.

— Adivina quién soy. -habló con su característica voz de mando-

— Un poste de luz. -dije divertido-

— No. -un tentáculo comenzó a levantar mi sudadera- segunda oportunidad.

— ¿Q-qué mierda?, ¡Slenderman! -hablé un poco alto para bo llamar la atención pero, otro tentáculo acariciaba mis piernas-

— No tienes el derecho a llamarme así, tercera y última oportunidad.

— MI OPERADOR, MI JEFE, MI AMO, YA, SUÉLTAME. -me safé de su agarre, enojado-

— Jeff, debes aprender a hablarme con respeto, no quiero castigarte. -guardó sus tentáculos y regresó a su pose de autoridad-

— Parecía que me ibas a violar. -desvíe mi mirada, aún enojado-

— Oh vamos, ¿Te enoja esto? -ahora estoy más molesto- No hay nadie aquí, salvo Sally, le dije a los chicos a que vayan a sus respectivas cabañas-

— ¿Yo tendré una?

— Veremos que tan bien te comportas. -hice un puchero- ¿Puedo ver contigo?

— Si tú lo quieres. -soltó un bufido- Di-digo, si usted me permite. -mierda, me siento ridículo-

— Así está mejor. -ya recuerdo por qué lo odiaba-

Veíamos una película de terror, ambos nos burlábamos en las escenas donde morían, en especial yo, soltaba carcajadas, él decía comentarios que me resultaban chistosos, debía admitir que, estaba pasando un rato agradable, me pregunto por qué habrá mandado a los demás a sus cabañas, pero no me importaba mucho; quería prestarle atención a la tercera película, el sueño estaba invadiendo mi cuerpo, Slender notó eso debido a mis bostezos continuos y párpados pesados, le miré un poco apenado, estaba dispuesto a despedirme e irme, pero él rodeó su brazo en mi cuello y me acomodó en su pecho.

Quise quejarme pero las palabras no salieron de mi boca, estaba muy cansado y su pecho era cálido, pero, eso estaba mal, no podía hacer esto con él, puse mis manos en su pecho, queriendo apartarme pero él me apretaba con más fuerza.

— V-vamos, Slender. -lo miré nervioso y adormilado, él rió-

— Aún eres tímido, bueno, te llevaré a tu cuarto. -me cargó, poniendo mi torso en su hombro, camino a mi habitación, al llegar, me colocó suavemente sobre mi cama- Buenas noches, Jeffrey~ -desgarró un poco su piel, y me besó en la frente, se dio la vuelta para irse y cerró la puerta tras de él-


Abrí bien mis ojos y me senté en la cama, exaltado, me quité mis ropas, para ponerme mi pijama, un short negro y una playera manga cero, blanca, ¿Qué mierda había pasado?

Me es imposible no ponerme nervioso ante él, es primera vez que alguien me da afecto, sabiendo que soy asesino, uuggggghh, no voy a caer en sus estúpidos juegos, pero, a la vez voy progresando, me estoy ganando su cariño, para así ganar la inmortalidad, su confianza y ser su mejor proxy, eres grande Jeff. Bueno, ahora sí, iré al baño a hacer mis necesidades y luego dormiré con tranquilidad.

Lo que el azabache no sabía es que, el ser de traje, invadía sus pensamientos desde su laboratorio, sabía que ponía nervioso a Jeff, le gustaba ponerlo así, estaba tan alegre de encontrarlo en el bosque, sólo que no se lo haría saber tan rápido, Slenderman es alguien directo, pero, ese chico, aunque lo niegue, también lo pone raro y nervioso, al fin y al cabo, él no es como sus demás proxys, él es diferente, él es único, él es especial, él es...
































Hermoso.

- PSYCHO KILLER - | Slenderman x Jeff the killerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora