-No mientas, sé que tú eres mi madre -dice alterada Sarada.
-Sarada, cariño, debes de tranquilizarte. No sé de que estas hablando, yo nunca he tenido hijos -intenta acercarse la mujer a la que le esta gritando Sarada, pero ella se aleja.
-¡No te me...
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UN MES DESPUÉS
He estado un poco molesta con mi padre solo piensa en él y nadie más ha vuelto a incumplir otra promesa, he estado muy sola en la casa este último mes, si no fuera gracias a mi sensei no sé qué hubiera hecho, me siento muy cómoda a su lado, me agrada mucho, hoy nos quedamos en vernos después de clases porque me dijo que iría a visitar a sus padres, cuando me dijo eso pensé que iba a ir a una casa, pero cuando vi que tomaba la dirección para el cementerio me di de cuenta que ellos habían muerto.
—Sakura tú anteriormente vivía aquí en Japón –le pregunta con curiosidad–.
–Suspira– en realidad no... pero a ellos si les gustaba mucho porque habían vivido aquí, se había ido a visitar a unos amigos porque hace mucho que no los veían, yo estaba en el parque esperándolos porque nos íbamos a ir a mi país, pero en el camino los quisieron robarlos y no con eso los asesinaron para que no contaran nada, fue muy devastador para mí los enterré aquí, porque una vez me había dicho que, si morían que dejara sus restos aquí, donde nació el amor entre ellos.
—Lo siento no quería que te sintieras mal –lo dice cabizbaja–.
—Mi cielo no te preocupes eso paso hace años, ya no me duele mucho, pero me dolió mucho porque los deje solos por mucho tiempo, mandaba a alguien para que mantuviera las tumbas limpias, después a una gran amiga que se vino a vivir aquí me ayudaba con eso, sufrir mucho, pero me ayudaron a salir a adelante.
—Yo también tengo a mis abuelitos y mi tío aquí en el cementerio, vengo muy poco porque mi padre le duele cuando viene, aprovecho y los visito si no te incomoda.
—Claro que no mi cielo, mejor así me los presenta –le sonríe–.
Pasamos como una hora en el cementerio me presento a sus padres, tenía razón cuando dijo que había heredado el color del cabello de su padre, pero el de ella era más claro, sus ojos los heredo de su madre, sí que se parecían mucho, me di de cuenta que los ama mucho, aun después que están muertos, porque les habla con mucho cariño de igual manera como me habla a mí, como me gustaría sentir eso con mi madre ese lazo de madre e hija, pero no es así, le presente a mis familiares y me dijo que me parecía mucho a ellos, por el color de mi cabello y los ojos, se presentó ante ellos y le dejamos flores, después nos fuimos al parque y vimos el atardecer juntas, no sé qué es lo que me pasa, pero el poco tiempo que la conozco y nos hablamos me gustaría que ella fuera mi madre, pero no es así.
—Sakura quiero preguntarte algo antes de irme –lo dice dudosa–.
—Dime cariño cual sería –la voltea ver–.
—Cuántos años tienes.
–Sonríe–, pensé que iba a ser otra cosa, tengo 32 años dentro de poco cumpliré mis 33 y tú cuántos años tienes.
