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Capítulo 7

Temprano en la mañana, el sol aún no estaba en la sima y varios estudiantes ya estaban sudados y cansados con la lengua afuera como un perro.

Con solo una semana para prepararse para el festival de gimnasia, muchas clases empezaron a ejercitarse. Cuatro de las siete canchas y el gimnasio estaban abiertos para que los estudiantes entrenaran, pero solo los cursos superiores tenían prioridad y ocupaban por completo las canchas, casando la insatisfacción de los estudiantes de primero y segundo.

Sin embargo, aun si presentaran una queja al consejo estudiantil, el presidente poco o nada podía hacer, el director Park había dispuesto las canchas para los de tercer año, dándole prioridad a sobre todo a la clase de Park Seong Hwa, su hijo. La clase del capitán de taekuondo gozaba de la comodidad del gimnasio, sin tener que soportar los pesados rayos del sol. Ah este hijo tendría siempre las mejores cosas con su padre detrás, los estudiantes rumoreaban que al final, sea cual sea el deporte en el que participe Park Seong Hwa, ganará irremediablemente. Y como era de esperarse, Seong Hwa se inscribió en la carrera de larga distancia, su objetivo claro, derrotar a Jeon Jung Kook.

La sangre de Park Seong Hwa hervía con anticipación, estaba bastante confiado en su victoria y la próxima derrota de Jeon Jung Kook. Su competitividad con el ex capitán de taekuondo era nata, Al principio planeaba no participar, pero apenas se enteró de la participación de Jung Kook, inmediatamente rugió y se inscribió bajo la mirada atónita de sus compañeros.

Ahora, Park Seong Hwa descansaba en las gradas, una botella de agua en una mano, la otra sosteniendo flojamente su celular, y sus ojos buscando a su ya declarado archienemigo, planeando en su mente planes oscuros contra Jeon Jung Kook. Seguramente Jung Kook no se sentaría satisfecho por el trato injusto de sus clases, a pesar de siempre mostrar una cara de parálisis facial, Jung Kook también era impulsivo y Seong Hwa lo sabía, estaba esperando con una sonrisa despectiva y maliciosa.

Pero su archienemigo no apareció incluso cuando esperó mil años, su cuerpo ya se había fosilizado en su sitio.

Por otro lado, Jeon Jung Kook no tenía tiempo ni la voluntad suficiente para preocuparse por asuntos mundanos, toda su mente estaba en el pequeño Park JiMin, quien con su pequeña y adorable figura abrazaba en sus brazos tres botellas de agua, como si temiese que cayeran. El rostro de Ji Min estaba rosado por la constante exposición a los rayos del sol, ligeras gotas de sudor adornaban su frente y la punta de su nariz, su larga camiseta deportiva cubría hasta la mitad de sus muslos y los pantalones estaban doblados hasta la rodilla mostrando sus piernas y tobillos expuestos.

Casualmente las clases 2B y 4E compartirían una cancha y JungKook casi no pudo evitar saltar de alegría, solo dios sabe cuan malditamente afortunado se sentía. Claro que la fortuna no tenía nada que ver con que ambas clases compartieran un espacio, esta situación no fue por obra y gracia de Dios ni la buena retribución del karma, en cambio, fue el ataque de locura de Park JiMin.

El día anterior no pudo regresar a casa con Jung Kook y eso lo dejó insatisfecho, hizo algunas llamadas a Byun Baek Hyun y, el pobre chico que quiso jugar al villano una vez más, tubo que retribuir a Ji Min. Ahora ambas clases compartirían un espacio para entrenar hasta el festival de gimnasia.

Ji Min estaba naturalmente extasiado y apenas conteniendo su buen humor, sus labios curvados en una delicada sonrisa y sus ojos chocaban constantemente con los ojos de Jung Kook. A pesar de estar parado bajo el abrazador sol y tostándose como un repollo al vapor, su buen humor no menguó.

Jong In se detuvo a su lado, limpiándose el sudor con la camiseta al mismo tiempo que le arrebata una botella de agua de las manos de Ji Min. "Podrías ir y darle una botella de agua, mirarlo de lejos furtivamente...lo desgastarás eventualmente"

It Isn't A Love TriangleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora