1.
Terminó de abrocharse los zapatos y se puso de pie. Anduvo hasta la puerta y se miró en el espejo una última vez antes de salir de aquella habitación. Estaba cansado y le habría encantado quedarse dormido ahí, junto a su amante, pero no era el momento. Cerró tras de sí, sin hacer ruido para no despertar al rubio en la cama, y miró el reloj en su muñeca—. Maldición... —murmuró. No necesitaba ser un genio para saber que la fiesta había terminado, la música había cesado hacía un par de horas y estaba seguro de que ya ni siquiera estaría ahí el personal de limpieza... ¿Zoro se habría ido?... aquella pregunta revoloteaba en su cabeza mientras apretaba las llaves del coche en su bolsillo. La llegada de Doffy había sido tan rápida que ni siquiera había tenido tiempo de entregarle aquello a su compañero de piso. «Si aún no se ha ido seguro está en el salón»
—Sigues aquí...
Una voz familiar lo sobresalto cuando iba escaleras abajo. Sonrió—. No por mucho.
Rocinante estaba al pie de la escalera, y se hizo a un lado para dejar pasar al menor, pero el estudiante de medicina no caminó rumbo a la salida—. ¿Olvidaste el caminó?
Law miró la mano que lo sujetaba por la muñeca, y recorrió aquel brazo hasta ver a la cara al rubio. No tuvo que sostenerle la mirada más de cinco minutos para que el rubio lo soltara y mirara el suelo—. Llegue con un amigo, voy a buscarlo —explicó de cualquier manera antes de andar rumbo al salón.
—Nadie se quedó después del evento —dijo el rubio, haciéndolo parar en seco—. Incluso se han ido los meseros.
Law sacó su móvil tan rápido, que estuvo a nada de dejarlo caer.
Cuatro horas antes...
— ¿Ves algo que te guste? —bromeó Shanks en cuanto cruzaron el umbral.
El aludido achicó los ojos—. Estoy aquí por negocios —sentenció.
— ¡Vamos, hombre! Ni siquiera querías venir.
—Cierto, pero eso no significa que no aproveche la situación. Tú mismo me has dicho que Newgate nunca falta.
El pelirrojo rascó su cabeza con desesperación—. Mihawk, deberías relajarte un poco de vez en cuando en lugar de...
Shanks continuó hablando, pero él perdió por un momento el hilo de la conversación. Sentado en la barra observó a un chico con el cabello de un llamativo color olivo a quien se le estaba acercando el hijo mayor de Newgate.
—Mihawk, ¿me estas escuchando?
El aludido parpadeó un par de veces antes de mirar a su amigo—. Lo amento, Shanks. ¿Qué me estabas diciendo?
El pelirrojo suspiró—. No sé que pasa contigo, pero últimamente creo que necesitas tomarte unas vacaciones.
El ojimiel sonrió, condescendiente—. Anda ya a divertirte, si quieres. Hablaré con Newgate y me iré.
A pesar de la petición del pelinegro, su amigo lo acompaño hasta donde estaba uno de sus patrocinadores, con quien habló brevemente de la inversión de sus fondos y de la fecha de la próxima exposición. El hombre de extravagante bigote blanco no quería hablar de negocios, pero si estaba interesado en presentarles a su hijo, quien tomaría el mando de la compañía en un par de días. La presentación fue muy ermitica, pero el rubio era bastante relajado así que no tardo en amenizar el ambiente un poco.
—Para ser sincero, habría preferido que nos presentaran en una cena o algo más normal —rio—, pero mi padre aun vive en el siglo pasado.
—Es difícil desapegarse de las costumbres que nos inculcan —convino Mihawk.
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Sugar daddy.
FanfictionZoro Roronoa, un estudiante de arte de último año tiene una crisis económica que puede desencadenar que abandone la universidad y, en consecuencia , a su compañero de piso, Law Trafalgar, quien estudia medicina. El aspirante a doctor no puede costea...