Prólogo

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¿Crees que para una adolescente sería traumático presenciar la muerte de sus seres queridos?

Observar cómo toman la cabeza de uno de sus familiares con fuerza, ver y oír cómo esta gira en contra de su cuello, cada vértebra, cada músculo y cada vena se reúsa, se niega a ser desprendida porque lucha contra esa presión aplicada directamente en ellas. Y, aun con tanta voluntad y resistencia, después de un tiempo, uno que a pesar de ser corto simplemente se le hace eterno, desafortunadamente todas aquellas venas que se negaban a dejar de proveer vida, ceden. No sin antes haber luchado con todas sus fuerzas.
Por último, ver cómo sus ojos se quedan sin alma, sin espíritu, vacíos, completamente negros. Observar cómo la vida desaparece de ellos, sin poder hacer nada, mientras ella se comporta como una niñita temerosa, escondida en un rincón, rogando por su vida. Con el miedo de terminar igual que ellos, ¡MUERTOS! En manos de un ser que ni siquiera sabe de dónde salió, pero imaginando que no debe ser humano. Porque alguien humano, con un poco de conciencia, no dañaría de una forma tan cruel a otro ser vivo, peor aún a una familia entera.

Con mucho dolor en el alma, miles de preguntas rondan su cabeza; ¿por qué a mi familia?, ¿qué hicimos para merecerlo?, ¿a quién dañamos para obtener este castigo tan grande?, ¿por qué aquel Dios en el que mi madre tanto cree, de nuevo nos da la espalda...?

La vida de ensueño de Mónic se vino abajo el día menos pensado, uno por el cual se vio obligada a madurar de forma inmediata. De la manera más difícil que un humano puede experimentar. Una madurez acogida con sangre, pérdida y muerte.




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Antes que nada, gracias por haber abierto esta historia tan humana y que quizás, uno nunca sabe, se puede hacer realidad...el mundo cada día nos sorprende.

Espero te agrade y me dejes tus comentarios.

Un beso y muchos abrazos...

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