La veo

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Capítulo 15:

Trazo una línea histórica en mi mente. Momentos de mi niñez, el nacimiento de mis hermanos, las cenas de cumpleaños..., el día negro, los días consecuentes a este, nuestro escape, encontrar a mi nueva familia y ahora esto.

¿Por qué tuve que pasar todos esos momentos?
¿Para vivir este?

Tomo una bocanada de aire, en mi corazón hay paz. La pierna de Colton mejora, a pesar que él no deja de sentir que se desgarra cada vez que se levanta y da unos pasos. Sophia cree que quedará dañado de por vida, muchas queremos creer que no es verdad, pero somos conscientes de algo, es una suerte que esté vivo.

Llevamos una semana de viaje, estar a pocos kilómetros de nuestro destino final hace que mi cuerpo se llene de paz.

—¿Todo bien?

Con la sonrisa más sincera le contesto.

—De maravilla.

Él también sonríe, me abraza y me sorprende con sus palabras. Es como si fuera otro, alguien más humano, menos frío.

—Gracias por preocuparte, los chicos me contaron todo lo que hiciste por mí.

Si alguien me dijera que el Colton que conocí la primera vez haría esto, no le creería.

—No fue nada, lo habría hecho por cualquiera.

—Pero lo hiciste por mí —se pega a mi cuerpo, lo miro sin pestañear. Temo que el más ligero de los movimientos pueda hacer que se aleje—. Gracias Mónic.

Deposita un cálido y tierno beso en mi mejilla. Se da la vuelta y se marcha sin esperar a que yo diga algo más.

Involuntariamente suspiro, no me esperaba tal gesto. No dejo de mirar, de repente me sorprende girando y guiñandome un ojo. Él sabe que lo veo, lo disfruta.

—Ese bombón es tuyo, ni Sophia ni nadie te lo quita.

Me giro porque no es mi hermana quien dice eso.

—¡Tío Fernando! —lo miro sorprendida, él todavía añade.

—Me gusta, no se dejen perder.

Miro a todos lados menos a mi tío, no sé qué decir, un bochorno me invade, estoy súper incómoda, toco mi muñeca con pequeños masajes. Estoy por decir alguna estupidez cuando Antoni llama a mi tío.

—¡Fernando! —es tanta su emoción que todos miramos a donde se encuentra —. ¿No que no llegábamos hoy?

Inmediatamente dejo de mirar para regresar mi vista al frente.

Ahí está, la veo.

Una proporción de tierra con casas y barcos anclados a la orilla se deja ver desde lo lejos... Es magnífico.

Mi tío hace un ademán más propio de los jóvenes, estira su brazo y luego lo contrae a la altura de su pierna, sonriendo.

—¡Bien!

Nos miramos y reímos, me sorprende cuando me levanta y giramos en un abrazo.

—¡Todo estará bien, mi niña!

Cierro mis ojos.

Esas son palabras que mi padre habría dicho. Lloro, no sé si es por las palabras de mi tío o por el hecho de saber que hemos llegado a nuestro nuevo hogar, sanos, salvos o porque mi hermana y yo al fin podemos decir que sobrevivimos juntas.
Las emociones se alojan en mi garganta, sin pensarlo corro a donde está ella, la abrazo y me permito llorar con más ímpetu en sus brazos. La beso por toda la cara.

180ºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora