Otra vez

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Capítulo 7:

-La verdad no queríamos seguir ahí, con miedo y mucha cautela buscamos las salidas de emergencia -Charlotte sigue narrando aquello que vivió, su voz aún es firme, me hace creer que tuvieron mucha suerte, más que nosotras-. Todas estaban cerradas, nos fue difícil salir con la rapidez que la situación ameritaba, buscamos otros posibles lugares donde pudiéramos evacuar, todo parecía imposible. La fábrica o más bien, el departamento donde trabajábamos estaba en planta baja, por ello decidimos buscar alguna ventana que nos conectara con el mundo exterior. Sabíamos perfectamente que la más cercana a nosotros era la del comedor porque todo el edificio estaba climatizado. A pesar de que la mayoría de los gritos provenían de allí, decidimos aventurarnos y buscar esa salida sin importar las consecuencias. En nuestro camino al comedor nos encontramos a los Smock, nos unimos para intentar salir con vida, sabíamos que entre más fuéramos más difícil sería pasar desapercibidos, pero no podíamos dejarlos atrás y mucho menos quedarnos solos, en ese momento nos volvimos un equipo.

-Nosotros sabíamos lo cruel que eran porque me tocó ver como mataban a sangre fría a los vigilantes de la recepción. Con una puntería perfecta -las repentinas palabras de Smock hacen que Charlotte aguarde-. Pablo y Esteban estaban sentados como a quince metros haciendo su trabajo, cuando de la nada aquellos extraños desenfundaron sus armas y sin una gota de remordimiento, con una perfecta precisión y puntería los mataron. Una bala en medio de los ojos de cada uno hizo que inmediatamente cayeran al piso. Cuando sus cuerpos tocaron el suelo dejaron una gran cantidad de sangre alrededor. Yo no sabía que después de muertos el cuerpo seguía unos segundos más en movimiento, pero en ese momento lo supe. Al ver esa escena tan fría delante de mí y, ante la situación que observaba fui corriendo en busca de mi esposa. Tenía que moverme para poder estar a salvo antes de que ellos entraran a la fábrica. Cuando encontré a Nicki ella era ajena a la desgracia que se nos venía encima, sin siquiera darle una explicación la tomé del brazo, salimos corriendo para escondernos. Al igual que Charlotte y Taylor buscamos las salidas de emergencia, pero nos topamos con pared...estaban cerradas. Nunca supimos si fueron ellos o si la empresa siempre las mantenía trabadas, solo sé que de haber estado abiertas muchas vidas se habrían salvado ese día. Cuando vimos que no teníamos más alternativa que escondernos lo hicimos cerca del comedor, debajo de la barra. Ahí pudimos observar cómo sin culpa o remordimiento mataban a cualquiera que pasaba al frente de su camino, a menos de veinte metros. Cuando alguien corría a lo lejos ellos no intentaban dañarlo, queremos creer que no los podían ver, de ahí es que pensamos que ellos no tienen buena visión. Cuando las balas se les terminaron sentimos esperanza, no podían matarnos a todos, pensamos que se retirarían o algo igual de positivo, pero nada fue verdad. Entre sus ropas traían cuchillos, grandes, anchos, de unos cuarenta centímetros. Desde donde nos encontrábamos podíamos ver el filo que tenían, el brillo que desprendían era muy fuerte, cuando volvieron al ataque mataron a puñaladas certeras. El corazón de cada inocente que pasaba cerca de ellos era partido en dos, sin poder hacer nada para evitar morir. Aún puedo escuchar por las noches los gritos de muchos amigos pidiendo ayuda, las súplicas de quienes no corrieron con nuestra misma suerte. Los tipos esos parecían gemelos, tenían la misma complexión y altura, estaban perfectamente sincronizados. Sin decir una palabra se comunicaban perfectamente. Cuando por fin se alejaron para seguir con su ola de masacre fue que vimos que Taylor venía con su mujer, nunca fuimos amigos, pero sí compañeros. La verdad no sabía qué hacer, solo sabía que tenía que sacar a mi mujer de ese lugar a como fuera posible, ellos para nuestra fortuna no nos dejaron solos y gracias a nuestras decisiones estamos vivos y con nuestros hijos.

Al señor Smock se le quiebra la voz. A pesar de ser un hombre corpulento y rudo. Es un ser humano con sentimientos y mucho dolor en el corazón, por ello puedo observar que le resulta imposible seguir narrando ese momento. Se ve que también fue difícil para ellos sobrevivir a ese trágico día.

180ºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora