A Cup Of Tea - Lizzy0305

Paso Seis: Viértalo En Tazas

Se sintió real. Cada beso suave y burlón que Potter colocaba en sus labios para seducirlo, seguramente para que finalmente su venganza se sintiera real y honesta, sin embargo, Severus lo sabía mejor y ya no sería engañado.

"Todo es solo un juego para él", Severus se repitió a sí mismo mientras se alejaba de Potter, observando al joven mientras abría lentamente sus ojos verdes, nublados por el deseo.

Era una locura, la idea en sí misma de que esto sería real y, sin embargo, mientras Potter se aferraba a él, mientras empujaba a Severus cada vez más adentro de su apartamento y no lo soltaba, Severus quería creer todo esto. En el fondo, bajo todo este pretexto y su necesidad de calcular, se dio cuenta de que desearía esto más que descubrir el pequeño misterio de la caja azul. El hecho de que realmente disfrutara su tiempo con Potter, todas estas reuniones, ya no podía ser enterrado. Cuando se besaron, lo supo con seguridad y ya no pudo ocultarlo. Quería que este esquema fuera cierto.

Y por eso, dolía aún más.

Se alejó y miró esos ojos verdes mientras decía—Te veo mañana por la noche, Scheherezade—.

—¡Snape, espera! —Gritó Potter, pero Severus ya se había puesto en marcha, pensando en su hogar.

Se fue a la cama de inmediato, pero dejó de dormir en medio de la noche después de horas de sacudidas y giros, atrapado a medio camino entre dormir y estar despierto cuando todos los sueños eran recuerdos de lo que realmente sucedió, o la continuación de estas escenas, llevando las historias a eventos que nunca sucederían entre Potter y él.

El amanecer aún estaba lejos cuando se Apareció de su casa y Apareció frente al edificio de su oficina. La calle estaba oscura y casi vacía. Solo había una persona sin hogar acostada en un banco al otro lado de la calle. El extraño saltó al sonido de la Aparición y Severus se sumergió en las sombras cerca de la pared para esconderse.

Pero el hombre sin hogar ya lo había notado. Se sentó y saltó del banco, dirigiéndose con pasos rápidos hacia Severus. Pasó debajo de una farola y, finalmente, Severus se dio cuenta de quién era.

—¡Flannigan! Por la barba de Merlín, ¿Qué estás haciendo aquí tan tarde? —.

—¡Te estaba esperando! —Siseó Edward desesperadamente—¡Me encontraron, Severus! —.

—¿Quién te encontró, Flannigan? —.

—¡Los hombres del príncipe! Estaban por todo el hotel donde me había alojado. No sabía a dónde ir, Severus—.

—¿Entonces decidiste acampar frente a mi oficina? —Preguntó Severus mientras los dejaba entrar. Llamó al ascensor y entraron. Presionó el botón de su piso y luego miró a Edward. El hombre parecía demacrado, lo cual era comprensible. Era un hombre muerto caminando si los hombres del Príncipe lo encontraban.

—Eres mi único amigo en Londres—Dijo Edward—No podía ir a ningún otro lado—.

—¿Por qué no huyes, Edward? —Preguntó Severus mientras salían del ascensor—Solo toma la caja y regresa a América. Estoy seguro de que hay muchos Rompemaldiciones allí que podrían ayudarte—.