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P A R T Y

↠ I R I N A ↞

Karim me despierta después de una siesta de al parecer horas, me incorporo y tallo mis ojos con las manos, mientras él entra por la puerta a su habitación, se me escapa un bostezo.

—Tenemos que hablar, es importante— lo miro mientras camina a sentarse en la cama, encarándome.

—Dime— el toma aire

—Tienes que fingir ser mi esposa si quieres salir viva de aquí— habla a mi parecer muy tranquilo para lo que me acaba de decir.

—¿Disculpa?— reacciono a lo que me acaba de decir— ¿esposa yo de ti? No.

—No es como que tengas opción, ¿quieres salir de esta viva? Haz lo que te digo— me ve desinteresado mientras se levanta dándome la espalda, dirigiéndose al baño.

—¿Que clase de pregunta es esa?— digo molesta mientras el me mira, que se piensa el cabrón este, ¿que me voy a quedar aquí a solo salir y comer cuando el me lo indique mientras jugamos a la familia? No, no, no— No puede ser que por que yo vi "algo" me tengas aquí. No pienso ser tu esposa, menos quedarme en esta casa más tiempo— el pone los ojos en blanco y se acerca a mi, poniendo sus manos en la cama. Me siento acorralada. El ladea su cara mientras arquea una ceja, alcanzó a sentir su aliento cerca de mi. Está demasiado cerca.

—¿Tengo cara de que me importe tu puta opinión?— habla bajo y con una voz ronca, me hace enojar e intento moverlo de mi vista, el toma mis manos y las pone de regreso en la cama. Me quejo.

—Sueltame— intento mantenerme calmada, pero solo siento que me empieza a faltar el aire poco a poco, cada vez más y así lagrimas salen de mis ojos, sin yo poderlas controlar, estoy segura que no es por miedo, siento un escalofrío demasiado conocido para mí. El lo nota, asi que se aleja de mi cara, con un ceño fruncido y toca mi hombro, le quito la mano de golpe —¡Que no me toques!— le grito en desesperación, siento rabia, ganas de golpear algo o a alguien, quiero salir de aquí —¡Dejame ir, cabrón!— mis manos van a mi cara, comienzo a clavar las uñas en mis mejillas, el se separa de mi y me hago pequeña sobre la cama, mientras intento encontrar aire, no puedo dejar de llorar, no tengo control de mí. El toma mis manos con una mano, separándolas de mi cara. Sin poder moverlas más y coloca la otra mano en mi nuca, él sisea.

—Irina, respira lento— su voz se suaviza, siento cómo masajea mi cuello mientras habla más bajito, me doy cuenta de lo tensa que estoy, sus dedos helados me ayudan a relajarme. Comencé a respirar más lento, como lo había indicado, intento regular mi respiración —¿cuál es tu color favorito?— su voz sigue baja, solo puedo mirarlo confundida —solo dímelo.

—Rojo— el me mira a los ojos, azules profundos. Veo el mar en ellos

—¿Qué prefieres, los vestidos cortos o los largos?—aparto mi mirada mientras pienso en mi respuesta. Sigo concentrandome en su mano en mi nuca, helada, creo que sus manos nunca han estado calientes.

—L-largo— lo miro mientras siento sus dedos ahora en mi espalda, jalo el aire.

—¿Pegado o suelto?— me mira a la cara, con una mirada pacifica, pero aún así lo noto, ¿cansado, triste?, no puedo decirlo con exactitud.

—Suelto— el asiente, nunca quitando su mano helada de mi espalda baja.

—¿Y los tacones de que tipo?— ladea la cabeza.

—Creo que unos de piso, abiertos— jalo aire — los bonitos que ves en Pinterest— él sonríe un poco burlón y mira a otro lado riendo por debajo para volver a verme a mí, con una sonrisa dulce...

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⏰ Última actualización: Aug 15, 2021 ⏰

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