gloss rosa palo ♡ capítulo 8.

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Ensayar ahora el baile de la peña era más un martirio que un relajo, aunque nos gustara bailar cueca

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Ensayar ahora el baile de la peña era más un martirio que un relajo, aunque nos gustara bailar cueca. Estábamos comenzando septiembre y a aquellas alturas del partido recién nos estaban mostrando la coreografía, decidiendo quiénes iban con las banderas y qué debíamos vestir. No queríamos ser huasos cuicos así que decidimos que usaríamos vestimenta decente y planchada, los hombres en negro y las mujeres con faldas floreadas y camisa blanca. A mí me hacían problema porque tenía el pelo corto, pero dije que podia ponerme extensiones y asunto arreglado. Nadie me webió con éso en lo que quedó de ensayo.

— Ya, entonces. — era el tercer día que ensayábamos el baile, hasta un giro en el que todos nos agachábamos un momento. La Tania estaba vuelta loca hablando y anotando en la pizarra de la sala todas las posiciones y cosas por hacer, y qué debíamos llevar para vender de comida en la feria. Estaba anotada en la división de helado de piña para los terremotos sin alcohol, junto a la JungAh.— ¿Quién se ofrece pa pareja principal?

Como era de esperar, nadie en el curso habló. Era un mediodía de miércoles, y el cielo nublado parecía aportar al ensombrecimiento de nuestras caras. La profe de Biología esperaba paciente a que terminaramos nuestros arreglos para salir a practicar la coreografía. Siempre cortos de tiempo. Como sea, la cosa es que nadie quería ser pareja principal, el Benja y el Tulio parecían explotar por no decir mi nombre en voz alta, sabiendo que entonces mi pareja sería JungAh.

Podía sentir la forma en que todos parecían tener nombres en la punta de la lengua, una tensión poco acostumbrada de la que quería correr hasta llegar a la mierda misma. Apreté mis labios y bajé la cabeza hacia mis garabatos en el cuaderno de Inglés.

— ¿Y si ponemos a la Jeon con la JiMin?

Levanté la cabeza hacia el Nacho, un loco bastante delgado y poco ejercitado que siempre metía la cuchara en asuntos que no siempre lo incumbían. La JungAh también levantó la mirada hacia él, y luego nos miramos a los ojos como hablándonos sin necesidad de palabras. Una brisilla cálida corrió entre nosotros, y el Sol se descubrió en el momento exacto cuando JungAh miró a la Tania y al Augusto para declarar su aporte en voz clara;

— Yapo, ponganos ahí.

Entonces, los vítores y aplausos parecieron explotar desde el salón de clases. Me cubrí las orejas y reí a viva voz por la energía de mis compañeros, y momentos más tarde, ya estábamos anotadas en la pizarra, con un corazón uniéndonos y todo el tema. El Augusto tuvo que callarnos a todos antes de terminar con los arreglos y los puestos, para finalmente salir a ensayo.

El curso prácticamente corrió a la cancha, entre jugarretas y webeo piola, la profe estaba calmada ése día así que no nos retó ni nada. Y aprovechando éso, le pedí permiso para escaparme al baño. La JungAh cachó altoke mi señal y me siguió sin pensarlo, sin siquiera escuchar a la profe gritar su nombre. Me metí al baño y me apoyé en los lavamanos para abrir la llave y mojarme la cara. Sentía algo de nervios y no entendía por qué si ni siquiera era la peña oficialmente.

La JungAh apareció a mi lado unos segundos después, cerró la llave y tomó mi rostro con suavidad para que nuestros ojos se encontraran; su mirada era gentil y preocupada, un tanto inocente en su apuro, en las ganas de hacerme sentir mejor, porque sabía que no estaba bien. De tanto que nos conocíamos a aquel punto, no dudaba en lo que me pasaba en ésos momentos. Sin embargo, igual me lo preguntó suave y claro.— ¿Qué pasa, JiMincita?

Sorbí mi nariz antes de suspirar y bajar la mirada, un poco avergonzada y dejándolo notar con la forma en que mi cuerpo se encogía en sí mismo.

— No me importa ser pareja principal contigo en la peña, pero... tengo nervios. De si la cago frente a tanta gente, de si me sale mal un paso o...

— Bebé, no debes sentirte mal. No importa si algo no te sale bien frente a todo el mundo, porque lo que vale es la experiencia. Aparte, ellos van a venir a ver a sus hijos, probablemente no te pesquen mucho. Piensa sólo en tu mamá, en sacarle pica a tus primitos y... fíjate en mi rostro cada vez que corra la vergüenza por tu cuerpo. — tomó mi mano y juré que su sonrisa parecía iluminar toda la noche que se había instalado en mi cabeza. Sonreí suavecito y me puse de puntitas para alcanzarla y darle un piquito en los labios.

— Gracias, JungAh.

— Es lo que puedo hacer por tí. Ahora, — sacó dos gloss de sus bolsillos, y me reí ante su obsesión por el maquillaje, aunque ella no estaba bromeando.— no te rías, y escoge; rosa palo o borgoña.

— Rosa palo.

Abrió el botecito de gloss rosa palo y sostuvo el aplicador con su diestra para ponerme el maquillaje encima, arreglando un poco mi aspecto paliducho por los nervios. Me dió un beso suave en la frente y cuando hubo guardado el gloss en su bolsillo, salimos del baño tomándonos de las manos hacia la cancha, caminando y disfrutando de nuestro tiempo antes de tener que ensayar una nueva parte de la coreografía.

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PRÉSTAME TU GLOSS 𐙚 ユリ . FEM GGUKMIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora