Amores a la mexicana

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Calle

Jalisco corria detrás de los otros dos estados, iba a pedir explicaciones. Solo que a diferencia de Jalisco, los otros dos eran expertos en escaparse.

A los minutos pudieron perder al jalisciense y recuperaban el aire en un callejon.

—¿Que le pasa a ese loco?—pregunto Michoacan recargada en la pared

—Ni idea, pero no viste como brinco desde el segundo piso— respondio Guerrero, ya sabia lo celoso que era Jalisco pero no creyo que a ese nivel

—Se que Jalisco luego se le va el tornillo, pero eso ya es demasiado

—Mejor sigamos caminando, que iba a llevarte a comer la mejor comida de la ciudad—aseguro Guerrero

Ambos retomaron su camino al restaurante, era tacos y comida callejera. Se sentaron en una mesa. Comian a gusto, hablando de novedades y como les iba a cada uno en su estado. 

—Ahora que los encontre, denme explicaciones—escucharon al lado de ellos, esa siniestra voz

Guerrero le sorbio a su refresco, ya sabia que era Jalisco y que andaba de celoso pero Guerrero queria ver el mundo arder.

—¿Tu que crees?—manifesto Guerrero que puso su mano en el hombro de Michoacan para acercarla a él y coloco su mano finalmente en la cintura de la chica

Michoacan se saco de onda, pero al voltear y ver la reaccion de Jalisco que llegaba a dar miedo, no pudo evitar querer reirse y decidio seguirle la corriente a su amigo.

—¿Que explicaciones tenemos que dar?—hablo Michoacan que se recargaba en el pecho de Guerrero

—¿Que clase de relacion tienes con él?¿Porque Guerrero te anda tomando la mano? ¿Desde cuando tienen mucha confianza?—la voz de Jalisco sonaba muy amenazadora e intimidante que incluso provoco que la gente del establecimiento se callara 

—Mira ya vez que cuando eres niño, te explican del amor y emociones pero también lo de la flor y la abeja pero te traumas ...¡oh miren un perro!, cuando veo perros me acuerdo cuando el chihuahua de los norteños me daño mi sofa...—fue interrumpido el guerrerense por Jalisco

—No te hagas el chistoso—amenazo Jalisco se dio cuenta que el otro ni lo tomaba enserio—O hablan ahora o...

—Ya calmate Jalisco, no mas andabamos paseando—interrumpio Michoacan al ver que una de las manos de Jalisco se torno de un color mas palido—¿Acaso te tengo que pedir permiso?

—¡Fijate que si!

—Jalisco mira no te pases...Michoacan ni te pela cuando andas de mujeriego, ya todo el mundo sabe que anduviste con Quebec, Buenos Aires, Roma y mas lugares—comento Guerrero relajado y echándole mas lumbre al fuego

—Y todavía me reclamas—ataco Michoacan a Jalisco

—No eran mis novias, nomas andaba de caballero—se defendió Jalisco—Que luego confunden mi galantería es otra cosa

Michoacan mejor se levanto y se fue, ya no quería oir a Jalisco.

***

Casa de Puebla

Zacatecas fue a hablar con Chihuahua, la encontró en el establo de caballos de Puebla. La norteña les peinaba el cabello.

Zacatecas coloco su mano en el hombro de la otra.

—Me entere lo de Texas, en la fiesta yo me la pase mal por mi hermana pero no pude estar para ti—dijo Zacatecas

—Es mi culpa por no superarlo

—Nadie tiene la culpa de quien se enamora

—Despues de todo, a ti te gusta Guanajuato, ¿verdad?

Zacatecas no respondio a eso, antes el creía que sentía algo por Guanajuato,  tenían cosas en común pero conforme paso el tiempo se dio cuenta que confundio la amistad con amor.

—No somos el uno para el otro, Guanajuato tiene lo suyo pero ella es mas feliz con Hidalgo

—Eso no decias en la revolucion

—En la revolucion no te importaba atacar en Estados Unidos aunque a los pocos dias saldríamos en estampida—agrego Zacatecas, la revolucion era como una ruleta rusa, hacían cosas sin pensarlo—Pero los idiotas nunca nos agarraron

—Recuerdo cuando te caíste del ferrocaril—la chihuahuense le daba risa ese momento y sus risas se contagiaron a Zacatecas—O cuando Pancho Villa se enojo contigo porque te vio borracho

—Casi me quiebro la maceta cuando me cai del ferrocarril pero aun estoy vivo y coleando, mejor mañana vayamos a mi casa a comer—dijo Zacatecas entre risas

—Esta bien—le dio una sonrisa Chihuahua al recordar mas anecdotas

Zacatecas se despidió de Chihuahua, al salir se encontró con Paris el cual hablaba con Sonora, Baja California Sur y Coahuila.

«Mierda, me olvide del frances», pensó Zacatecas dándose un golpe en la frente y prefirió hablar con los demás.

Zacatecas fue con Nuevo Leon y Tamaulipas, los cuales se veian emputados. 

—¡Pendejo, apenas te apareces!—grito Tamaulipas que si estaba mas que furioso ya que les marcaron a Zacatecas y a Jalisco varias veces—El idiota sabe lo de las cartas y para rematarla tiene pruebas

—Ya valimos—respondio Zacatecas

—No te llamábamos para que nos dijeras que ya valimos sino para que des ideas—manifesto Nuevo Leon de forma franca y directa—¿Y por cierto y Jalisco?

«No le he dicho ni madres», pensó Zacatecas abriendo mas los ojos

—Enserio no les has dicho—insinuo Tamaulipas, ya que al ver a Zacatecas como idiota sorprendido sin hablar mas de 13 minutos se dio cuenta

—Luego le digo

—Esta bien, no creo que la cosa se ponga mas gacha—finalizo Nuevo Leon la conversacion

***

Casa de CDMX

—¿Que propones Moscu?

—Analicemos bien las cosas, Paris anda obsesionado con Puebla, ¿que dices de Texas?

—El idiota nunca se comunica con nosotros, es raro que nos invite a su boda

—Es extraño

Ambos no tenían muchas pistas, algo que los llevara a los propósitos de sus rivales, lo único que podían hacer era esperar a los movimientos que hicieran

—Liverpool me envio un archivo

—¿Que dice?

—Al parecer los que ayudaron a Paris a volver a Mexico si fueron los americanos

A la capital le preocupaba porque se andaban metiendo de nuevo en la vida del pais.

***

Tabasco junto a Belice veian las cosas que compraban mientras usaban a Liverpool y a Campeche de esclavos para cargar sus cosas.

—Beli, Yucatan me dio permiso para ir a buscar a un lugar adecuado para una fiesta

—¿Porque haremos una fiesta?—pregunto la centroamericana

—Porque acompañaremos a Sonora a elegir su lugar donde se casara

—Falta mucho para la boda—se metio Campeche a la platica

Liverpool se mantuvo callado sin dar su opinion, los demás ya lo conocían y no lo obligaban a unirseles, se salieron del centro comercial.

—Ya coloquemos las cosas

Metieron las compras a la cajuela, solo que un sonido atrajo la atención del ingles. Era un tic toc.

—¡ALEJENSE!—advirtió Liverpool a los demas

Jalo a los tres que no entendían nada, y vieron al coche explotar.

Liverpool supo en ese instante que nadie estaba seguro.