Ni loca

138 11 0
                                    

Una gran decepción. Llore cuando lo escribí, ¡de veras!

Después de sufrir durante casi toda la tarde las brusquedades que trae consigo la belleza, puedo respirar agotada. Me arde la piel por el exfoliante que uso la tía Hanabi, los párpados me pesan de tanta mascara y siento que Sarada se excedió en escencia de lavanda y vainilla.

Estoy en el sillón mientras la tía Sakura teclea y teclea su móvil, bufa molesta y da vueltas cabreada ¿acaso no sabe que Sasuke perdió el suyo durante su misión de rescate en el pasado?. Suspiro pesado y preocupada. Me levanto por que la pretina del vestido me queda muy ajustada por la cintura y hace que mi estómago se contraiga provocándole una sensación de vacío existencial.

Corro lentamente a la cocina y robó un juguito de uva. Hace años que el sabor a conservadores y baya falsa me reconforta. Bebo un sorbo mientras paso de regreso frente al cristal de la alacena, de reojo me miro. Wooooow que cambió, me gusta lo que veo, mi cintura se acentuó por lo apretado del entalle y aunque duele eso hace que mis pechos se vean enormes, pero me alivia saber que están bien escondidos tras la pechera.

El color lila del vestido resalta mis ojos, contrasta el azul iluminado, el contorno del delineador y la mascara los hace ver más grandes. Como un dibujo manga. Las lentejuelas de la pechera intensifican el tono de mi piel lechosa y veo que de verdad el exfoliante sirvió, la textura parece suave e irradió como un material radiaoctivo.

¡Que esplendida vista!

Me giro noventa grados y encuentro la apertura que me cautivó desde que Mirai me trajo el vestido, mi pierna se cuela entre los pliegues de la tela y las sandalias plateadas atadas hasta mis rodillas me hacen sentir poderosa. Como una diosa antigua.

Dejo el jugo sobre la repisa y vuelvo al sillón cuando escucho la puerta de entrada abrirse. Son Boruto y Sasuke, cubiertos de polvo y con la ropa hecha jirones, mi hermano tiene algunas cortadas en el rostro y el portador del Rinnegan aún suspira agotado, estaban entrenando. La tía Sakura enfurecida, avanza sigilosa hasta él, antes de que la note lanza un puñetazo que pone en aviso al portador del Sharingan, cuando la pared del recibidor se cuartea.

-¡Sasuke Uchiha!... querido... ¿dónde estabas?- le pregunta la pelirrosa apretando los dientes y el sonido agudo del rechinar nos ensordece a todos. Lentamente parece que un brillo verdoso comienza a salir al rededor de ella. Un aura asesina que solo he visto en la Quinta.

-Veras, fui con...- pobre Sasuke, por mucho que la tía Sakura lo ame jamás dejara impune que nos haya hecho esperar. Otro puñetazo y la pared falsa de yeso se viene abajo.

Mamá sonríe divertida mientras niega con la cabeza. Luego suspira enamorada, tras ellos llega el único hombre al que mamá y yo hemos amado toda la vida. Viene sonriendo con esas fauces zorrunas y esas marcas que me encantan. Me pierdo en el azul de sus ojos y es que papá es tan guapo. Hace mucho que no lo veía sonreír. Se acerca a sus antiguos amigos y se dirige a Sasuke.

-Vamos Sasuke, deja de hacer enfadar a Sakura-chan o terminará demoliendo mi casa, de veras- le dice a su amigo y el Uchiha solo logra tragar grueso.

Cuando el altercado termina todos ponen los ojos en mi. Boruto y Sasuke hacen una mueca de desagrado, me siento mal por haber tenido que chantajear a mi hermano. Aunque no entiendo la razón de Sasuke. Papá me mira, se acerca a prisa y me abraza contra su pecho. Ese aroma a pasto recién cortado y brisa marina, me recuerda a la primera vez que fuimos al mar. Siempre fresco.

Eras tú (InoHima)(ShikaHima)(ShinkyHima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora