Capítulo 20

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Por la tarde regresamos al hospital, Mc ya había salido de la operación, el señor Han nos informó que hasta mañana podía recibir visitas, pero que tardaría en despertar. 

-¿Crees que nos deje verla?.- La mano de Yoosung estaba fría. 

-Por ahora es mejor que Jumin decida quién pasa.-

Tenía razón, él es su esposo, además está muy preocupado. 

En la sala nos encontrábamos todos, incluso el padre del señor Han. 

-Mañana pondré a mi hija en su lugar de descanso, quisiera que me acompañarán.-

Todos confirmamos la asistencia, el señor Han pidió ir de blanco...

El día siguiente se encontraba nublado, en cualquier momento empezaría a nevar, tomé mi gorra de lana blanca, me coloque las zapatillas, Yoosung no tardaría en pasar por mi. 

Las flores blancas que habíamos escogido hoy en la mañana ya se encontraban en su punto, eran regordetas. Con cuidado le quite las púas. 

-Esto es doloroso.- Mc seguía dormía, hasta hoy nos dejarían verla. Seguía pensando en la situación, perder a un hijo no ha de ser fácil, será muy cruel despertar. 

Tocaron la puerta, abrí inmediatamente. 

Era Yoosung, con una mirada triste. 

-Hola.-

-Hola. ¿Te encuentras bien?.- Él entró. 

-Sí, bueno no realmente, estaba pensando en la hija de Mc y Jumin.-

-También lo hago.-

-Despedirse es muy triste.- Las lágrimas salieron de los ojos de Yoosung, corrí a abrazarlo. 

-Todo estará bien.-

-Lo veo como un sacrificio, para que viviera Mc debía morir.-

No sabía que decirle, puesto que yo pensaba igual. 

-Yoosung debemos ser fuertes, en estos momentos no podemos ser débiles, recuerda que para los padres es más difícil.-

Yoosung hundió su cabeza en mi cuello y me abrazó fuertemente.

-¿Crees que si le pido a Rika que la cuide lo haga?.- ¿Quién era yo para arruinar su ilusión?. 

-Si lo pides con todas tus fuerzas te escuchará.- Me miró a los ojos. 

-Gracias.- Se acercó a mí boca para robarme un beso. -Rei.- Me volvió a besar, le devolví el beso, hace tiempo no sentía sus labios en mi boca, ya lo necesitaba. -Te amo...-

-Te amo...- 

-Se mi novia.-

-Sí.-

Nuestras bocas no se separaban, nuestras lenguas danzaban, nuestros cuerpos se unían. 

Un calor inexplicable comenzó a salir de nuestros cuerpos, con cada beso queríamos más, nuestro mundo comenzaba a ser perfecto...

-¿Por qué tardaron tanto?.- El señor Zen temblaba de frío.

Ambos nos sonrojamos, si el señor Zen no llama a Yoosung hubieran pasado cosas. 

-Lo siento fue mi culpa, no encontraba mis zapatillas.- Dije. 

-Bueno eres una de mis mayores fans, claro que te perdono, ahora debemos irnos, los demás ya han de estar llegando al lugar.- Nos montamos al auto y este arrancó en dirección al cementerio. 

El panteón privado de la familia Han era enorme y el más costoso al parecer. 

El señor Han caminaba a delante de nosotros, en sus manos se encontraban los restos de su hija, una urna de color rosa, la señora Jaehee, Zen, Yoosung y yo llevamos las flores: blancas, rosas y rojas, mientras tanto el señor V se encargaba de la lápida. 

Mi corazón latía a mil, pocas veces he estado en un cementerio, la verdad es un lugar frío y feo. 

El señor Han se detuvo, el lugar que le correspondía a su hija era a la par de una urna blanca. 

-Éste será el lugar en el que podrás descansar, al lado se encuentra mi madre y muy pronto tu abuela Makoto.-

Su voz se quebró. 

-Nunca olvides cuanto te amamos.- Se derrumbó, cayó al suelo hincado, el señor V se acercó a él. 

-Jumin...-

-¿Por qué?, porque a costa de su vida...-

Se nos partió el corazón, yo trataba de contener las lágrimas, pero no pude más, me sentía tan culpable. 

El señor Han se levantó, con manos temblorosas ayudó a Jaehee a colocar las flores, me acerqué a él y coloque las blancas. 

Me miró. 

-Gracias.- ¿Cómo es que alguien tan poderoso podía ser tan vulnerable al mismo tiempo?. He de admitir que tenía una gran fuerza, debía despedir a su hija y luego enfrentarse a la madre. 

-De nada.- Continuamos ayudando con las flores. 

Zen, Yoosung y V llevaron la plaqueta, el señor Han dijo que debía pensar en un nombre para su hija, pero eso lo haría junto con la madre. 

Una hora después nos encontrábamos poniendo un mensaje en dicha plaqueta. 

-Yo voy primero.- Yoosung fue el primero en firmar, luego Zen y así sucesivamente. 

Cuando terminamos el señor Han ya se había retirado, estamos saliendo del cementerio cuando un chico pelirrojo se nos acercó. 

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