Deja A Tu Amante, Déjalo Por Mi || C. V. Y. TÚ || EDITANDO [ original ]

C A P I T U L O 8

"Christopher, no me quiero casar"

Subí hacia arriba pues era urgente tomar algo para la cruda, me dolía la cabeza. En parte estaba feliz y ala vez mal, tenía que trabajar y ya casi era mi turno, aparte tengo que preparar el desayuno para cada uno de mis amigos.

Toque la puerta para averiguar si Christopher estaba despierto pero al parecer aún estaba dormido. Poco a poco abrí la puerta y un sostén rosa de encaje en el piso. Y ahí estaba él, desnudo acostado junto con una mujer, que  no lograba ver su cara pues estaba totalmente tapada.

Mis ojos pesaban, lágrima tras lágrima salían a flote camine para visualizar el rostro mientras las lágrimas salían con más frecuencia y sin parar, pero una mano me impidio ver aquella mujer que se encontraba tapada con la sabana, mi sabana, con la que dormía. La mano que se encontraba libre me voltio para luego abrazarme y sacarme de ahi.

Mi corazón se había hecho pedazos, pedazos que aún y apesar de todo lo seguían amando con más fuerza. Aquellas calidas y suaves manos se encargaron de mis ojos secando cada gota de lágrimas.

—Es un mal entendido solamente— habló él mientras secaba el rastro de estos húmedos ojos que tenía, necesitaba saber por qué me había hecho esto, él sabía mis sentimientos hacia él más sin en cambió el me jodió con una mujer.

—¿_____ ya estás lista?— exclamó James mientras subía los escalones para llegar hacia donde estaba, en cuanto me vio corrió hacia a mi —¿Que paso, estás bien? — preguntó

—Si, solo necesito un buen baño, ¿Podrían decirle alguno de los dos a Caroline si me trae ropa?, quiero bañarme para irme a trabajar— musité sin ánimos mi autoestima se había derrumbado como los ríos.

—¡Puedes tomar el día libre, si asi lo deceas!—hablo Darren quien aún secaba mis ojos mientras me abrazaba con un brazo y con el otro sobaba mis mejillas. Negué pues lo único que quería era ir a trabajar no quería verle la cara a Christopher.

—Quiero ir a trabajar— Musité, Darren me dio un cálido abrazo besando mi frente dándome esa seguridad que siempre me ofrecía, James también me abrazo luego de él abrazo que me dio Darren, camine asta otro cuarto.

Me arregle luego de la ducha, una bonita falda de mezclilla, una blusa y tacones era mi atuendo de hoy, baje luego de casi media hora. Pues luego de recibir alagos por parte de ambos chicos decidimos desayunar o más bien comer los tres en la cafetería.

Caroline se encargo de que ordenarán la casa en el camino James y Darren platicaban tranquilamente, recargue mi cabeza en la fría ventanilla del carro, llovería sin duda alguna.

¿Por qué Christopher lo hizo si el sabía lo que sentía por él? Prácticamente me sentí engañada, no podía visualizar alguna otra cosa por qué en todo estaba involucrado a él.

Las lágrimas amenazaban con salir justo ahora no quería a sorber mis mocos pues si lo hacía ellos se darían cuenta de lo que me sucedía, James no sabía aún con frecuencia que era lo que tenía con exactitud, más que Darren.

—¿No piensas bajar?— musitó Darren con una sonrisa dejando ver sus blancos y brillosos dientes, sacándome completamente de mis pensamientos asentí y tomo mi mano para ayudarme a salir del carro y disponernos a caminar asta la cafetería.

—Es grande tú negocio— Exclamó James sorprendido pues la cafetería era perfecta, una de las más preferidas de la ciudad, pues se llenaba de gente, mucho por las mañanas y noches. A mi me tocaba el turno de la tarde asta en la noche.

—¿Que vas a pedir James?—me congregue por primera vez en su plática, ambos se llevaban muy bien, eran tan parecidos en sus gustos, eran como dos gotas de agua.

—¿conoces los cafés americanos?— Asenti — pues eso no, quiero un frecapuchino con una crepa— hablo él, pues eran deliciosas las crepas y el frecapuchino me hizo reír un poco su intención de alegrar la plática.

—¡Bueno!— me apure a realizar el pedido que James quería, pues se lo aria personalmente. Me sentía decepcionada de mi misma, ¿Acaso no era lo suficientemente para Christopher?.

Obvio no, si no no me hubiera engañado.

La noche llegó tan rápido luego de tanto estaba recogiendo mis cosas James no alcanzo  a comer con nosotros por una llamada de su jefe, en fin terminé de recoger para ya irme.

—_____— Musitó él de ojos profundos como el océano y me gire a mirarle fijamente mientras él se colocaba su hermoso Jersey color crema que le quedaba perfectamente pues se adaptaba a su piel blanca, aún que mi ánimo seguía pésimo me sentía feliz con él.

—¿Mmm?.

—Yo te llevaré a tú casa, ya es noche y quiero asegurarme de que llegues bien— dijo Darren y tomo mi mano, espere un poco afuera mientras el cerraba el negocio para luego abrirme su bonito carro deportivo.

—¡No quiero ir a casa!— hablé frustrada miéntras colocaba mis manos en mi cara que se sentía tan pesada, mientras el conducía.

—Ya no llores, parece que te has drogado, mira tus ojos están completamente rojos— le mire rápidamente ¿Acaso me pillo en el baño o en la cocina?— crees que no vi que estabas llorando, ¡se que no es fácil! Que tú des todo y al final no ganes nada,..... Pero ¿Aún así te casarás con Vélez?— preguntó

—Solo no quiero ir a casa— bufé

—Demasiado tarde estoy a unas cuadras de tú casa— sonrió —yo creo que debes hablar con Christopher — dijo el mientras estacionaba el carro en frente de la casa, salimos ambos del carro pues comenzaba a llover ya.

—Gracias por tu comprensión, Darren— exclamé y le di un abrazo seguido de un beso en la mejilla, el me dejó un beso en la frente y me abrazo por última vez para luego frotar su mano de lado a lado para despedirse de mi.

Espere a que él entrara a su coche mientras se iba para luego meterme a la casa grande. Entre, pues los tacones me estaban matando así que decidí sacarmélos. Cuando las gotas de la lluvia se encontraron con mi piel, mi piel se erizo pues estaban teniendo contacto.

Mi pelo suelto comenzó a mojarse, no quería entrar sabía que me aria mierda sola, con tan solo verle. Me senté en los escalones de la entrada de la puerta mientras la lluvia se encargaba de mojarme. Asta que se abrió la puerta.

—¿Que haces ahí? métete— exaltó Christopher mientras me tomaba de la mano y me hacía parar con fuerza, no dejaría que me hiciera eso, por más que me duela me tendré que ir, no me puedo casar con él, de un fuerte jalón logré que Christopher me soltara.

—¡Sueltame!, Christopher, no me quiero casar contigo, caray.

Nota de autora: actualizaré aún que no tenga tanta imaginación

No te olvides de dar estrellita y puedes comentar que es ¡gratis! Bye.