PARTE II
16/6/2020
Tiberius era un idiota, pero también alguien que estaba muy aburrido. Por lo que cuando Christopher preguntó si podía ir a buscarlo para tener una charla, él había aceptado.
El auto de Kit olía a limpio y ronroneaba un poco en la tercera marcha. El cielo estaba cubierto de espesa niebla y era casi imposible orientarse si no fuera por los focos de luz en las calles de la ciudad. Hacía frío húmedo y las manos le temblaban un poco por ello, o tal vez era la ansiedad de saber qué es lo que él quería decirle.
Luego del mensaje de Christopher donde pedía no volver a verlo, ninguno de los dos había hablado con el otro. Tiberius pensó que eso sería todo y que su pequeña diversión de unas cuantas salidas repartidas en meses era lo único que tendría para contar sobre ese año. Pero había descubierto que Kit era alguien de muchas sorpresas y largas vueltas que no comprendía del todo pero que le generaba la impulsividad de seguirlo. Tiberius odiaba como lo hacía sentir y comenzaba a despreciar su compañía por el solo hecho de volverlo ilusionado cuando estaban juntos. Comenzó a considerar si había sido buena idea venir y se respondió a sí mismo que claramente no lo había sido.
El auto de Christopher se detuvo en el muelle. La tarde comenzaba a despedirse con lentitud mientras el sol descendía de a poco y hacia que su brillo se perdiera en el cielo volviéndolo de colores vívidos de un anaranjado y un amarillo que eran dignos de ser retratados. Tiberius se negaba a verlo directamente por lo que siguió observando el cielo como si su presencia le resultara inexistente, aun si sentía la pesadez de su mirada.
-Lo lamento- dijo Kit en voz clara-. Sé que fui un idiota.
Christopher alzó una mano y acarició un poco el cabello de Tiberius antes de que él se moviera más hacia la ventana, no queriendo que lo tocara.
-Sí, fuiste un imbécil ¿Pero si quiera sabes por qué?- Ty no dejó que Kit respondiera.- No puedes esperar que las demás personas carguen con algo que es tuyo. Sí, ellos pueden apoyarte, pero no puedes solo porque tienes miedo o curiosidad, hacer que tu secreto se vuelva un juego de investigación para saber quien eres. Ese es tú problema. Hazte cargo, resuelvelo, y luego dices lo que tengas para decir.
-Solo estaba confundido. No creí que te molestara a ti que te dijera que era bisexual.
-No me molesta, haz lo que quieras de ello. Ocultate, sal del armario; como ya dije antes, es tu problema. Pero no arrastres a otros contigo. Aprende quien eres antes de hacer algo más.
Christopher se quedó en silencio un momento y Tiberius siguió viendo como el atardecer se volvía cada vez más en pausa y sus colores eran un espectáculo que no podía dejar de admirar. Había una pareja corriendo a la distancia y sus siluetas negras constrastando con la luz lo volvían al momento tan irreal que cuando comenzó a sonar música de la radio de Kit, Ty creyó que estaba soñando.
Frunció el ceño para mirarlo, ofendido por su creencia de que podía solucionar algo solo con música, como si el enfado de Ty pudiera irse solo con la sonrisa débil que le daba y sus ojos suaves cuando la canción sonaba. Ty no la reconoció y no quiso preguntar para no sonar interesado. Volvió la vista al atardecer como si Kit no existiera y escuchó atentamente su respiración y la melodía de la música.
-Quiero ir a casa.- Ty dijo. Kit suspiró.
El camino de regreso fue en silencio, distante y Ty hubiera deseado desaparecer para no tener que verlo. Cuando aparcó el auto, se detuvo de salir corriendo solo por la voz de Kit llamándolo.