Wish you were sober

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PARTE  I

21/3/2020

Tiberius había abandonado por primera vez después de meses la soledad de su propia habitación. A pesar de siempre haber estado cómodo en su espacio sin nadie alrededor que pudiera perturbar su estado calmo, estaba comenzando a salir cada vez más. Su amiga de la infancia, Leia, reapareció en su vida de nuevo y la emocion de años de amistad pausados entre ellos reanudaro como si el no haberse hablado por cuatro años no hubiera significado absolutamente nada.

Esa tarde, rieron entre comidas, juegos absurdos y música alta que les recordaba las veces en las que sus padres se juntaban a almorzar y los dejaban a su suerte corretear en el patio trasero, rodando por una fina capa de cesped verde y el frío mezclándose con el sudor del calor de sus cuerpos. Pero Leia tenía más planes para ellos dos esa noche. Su amiga había pasado el último año trabajando como fotógrafa para eventos y actualmente seguía sumergida en aquella pasión, ocacionalmente utilizando a sus amigos como modelos. A Tiberius no le interesaba pararse frente a una cámara y dejar que lo fotografíasen, pero para su suerte (o próxima desgracia), Leia había llamado a un amigo de su antiguo instituto.

-No te preocupes- Leia dijo preparando los lentes-, va a agradarte.

La calma en su voz bajó la ansiedad de Ty de conocer a una persona nueva. Odiaba los imprevistos y no se había preparado para nada para esa noche ver a alguien más que no fuera Leia, pero calmado por la presencia de su amiga decidió que debía relajarse.

Al cabo de unas horas el motor de una motocicleta cesó fuera de la casa de Leia y la puerta sonó con dos toquidos suaves. Leia chilló emocionada y abrió la puerta abrazando a su amigo cuando lo vio. Desde donde Ty estaba no podía verlo, pero se acomodó el gorro de la cabeza en un acto nervioso y miró su copa vacía sobre la mesa.

-Hola- una voz grave le dijo.

Tiberius se puso de pie y le saludó con la mano, en un típico movimiento ya practicado con sus hermanos para parecer más amigable. Alzó la vista solo un momento para verlo. El muchacho tenía los ojos mas celestes que hubiera visto y una sonrisa simpática, el cabello estaba oculto bajo una gorra pero por el color de sus cejas suposo que era rubio. Era alto, de complextura delgada pero fuerte y se paró unos pasos alejados de él con timidez. Tiberius esforzó una media sonrisa y volvió a sentarse sin interés de generar un vínculo con el muchacho

-Ty, éste es Kit- Leia dijo-. Kit, este es Ty. Somos amigos desds incluso antes de tener consciencia de ello- rió.

Dejó que Leia y Kit se sumergieran en su propia charla mientras Ty observaba a cualquier lugar y se perdía en au propia mente. Sabía que era algo en lo que debía trabajar, no ocultarse en un mundo donde nadie pudiera verlo u oírlo lo dejaba sin posibilidades de desarrollar sus habilidades sociales pero la costumbre pesaba más que su deber interno por mejorar sua relacionses personales.

Volvió a recobrar el interés cuando Kit sacó su teléfono del bolsillo y colocó música para los tres. Descubrió que ambos tenían el mismo gusto y compartían el amor por la mayoria de los artistas que él reproducía. Se sorprendió a gusto por su variación y la calma con la que su cabeza a veces se movía al compás de lo que sonaba. Tiberius dejó por un momento que su boca se abriera para dejar salir lo que pensaba de una de las canciones y terminó complacido porque Kit pensaba igual. Leia reía de ambos cuando Kit comenzó a bailar y Tiberius no pudo evitar mencionar que lo hacía terrible. A pesar de ser de pocas palabras, Kit no parecía incómodo por eso.

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