Enojo.

452 23 69
                                    

Capitulo 13: Enojo.

Narrado por Ryoma:

—Ryoma, despierta— escuche que me llamaba a lo lejos mi madre —Ryoma Echizen, despierta ahora— gritó autoritaria.

Abrí los ojos con brusquedad, sintiendo un gran dolor en mi cabeza —Ma, por favor no grites— le pedí sentándome en la cama.

—Toma esto, te quiero en la sala en 20 minutos— me ordenó tajante.

Me tomé lo que me había dado observando por un momento el despertador —Mamá son las 6 la mañana ¿no podías dejarme dormir un poco más? — le pregunté un poco molesto.

—No te lo mereces, si no quieres que tu castigo sea peor obedece y prepárate, te quiero en la sala en 20 minutos— me reprendió con furia.

—Si señora— respondí levantándome de un salto.

¿En qué me había metido? Nunca había visto a mi madre tan enfada, realmente sentía miedo de lo que fuera a pasar en la sala, todo por tener que obedecer a Lily, no podía ser que tuviera que cumplir con las estupideces de esa chica, me estaba arruinando la vida en todos los sentidos.

Tomé ropa limpia del armario, me dirigí al cuarto de baño duchándome. Me sentía fatal, estaba muy cansado y el dolor de cabeza me estaba matando, para sumarle la opresión que sentía en el pecho. Salí de la ducha, me vestí con un pantalón deportivo negro y una camiseta blanca, sequé mi cabello para colocarme mi gorra, por último, me lavé los dientes. Tendí la cama y bajé a la sala, al entrar encontré a mi madre sentada en un sillón junto a mi padre. Estaba muerto de fijo no saldría de la casa hasta la universidad.

—Siéntate— ordenó mi madre, yo le hice caso de inmediato. —Ryoma, no sabes lo molestos que estamos contigo, anoche llegaste perdido en alcohol, tu sabes muy bien que tienes rotundamente prohibido beber hasta los 20 años o más, al mismo tiempo sabes que te puede causar mucho daño mezclarlo con el tratamiento para la ansiedad— me reprendió decepcionada.

—Lo sé— respondí aceptando lo que decía.

—Pues no lo parece Ryoma si lo hubieras sabido no lo hubieras hecho— se alteró mi madre —No entiendo que te pasa en estos días, terminaste con Sakuno, besaste a Lily White el cual tu abuelo esta feliz con la noticia y ahora te vas de fiesta llegando a altas horas de la noche borracho— gritó poniéndose de pie, yo me asuste al escucharla.

—Rinko cálmate— le pidió mi padre sentándola de nuevo —Ryoma tu madre esta preocupada, yo aun no comprendo porque besaste a esa niña White, si ella te metió en problemas— cuestionó mi padre.

—Por idiota— respondí sin pensar.

—Cuida tu vocabulario Ryoma— me regañó mi madre.

—Perdón, pero no tengo una explicación para eso y lamento mucho lo de ayer los chicos de la fiesta me retaron y...—

—Y tu como siempre no puedes perder tu orgullo, entonces si te retan a tirarte frente al metro ¿lo harías? — reprochó tajante.

—No lo haría— contesté sincero.

—¿Quién nos dice que por un estúpido reto no probaste más cosas que el licor? — cuestiono mi madre con molestia.

—Yo te lo puedo asegurar— le respondí mirándola a los ojos.

—Tu palabra en este momento no tiene valor— me gritó y yo me asusté de nuevo.

—¿Por qué estaba tan nervioso? — me pregunté a mí mismo, yo no era de asustarme con facilidad.

Unidos más que por el tenis IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora