Capitulo 5

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—Yo no voy a andar haciéndola de niñero de nadie, Marco.-Dijo Vitolias.

La estrellita es más terca de lo que yo me imaginaba, no quiere estar aquí y tampoco la voy a obligar a hacer algo que no quiere y tenía que tenerla vigilada sin tenerme muy involucrado.

—Nada más necesito que des algunas vueltas, no estás siendo niñero, vas a cuidar la integridad de mi primogénito y el futuro heredero de todo esto.

—Eduardo, pues si también puede ser niña, apoco tendrías a una princesa al mando de una mafia.

—Si a ella le gusta, por que no.

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Casi la una de la tarde y yo apenas y salía de bañarme, tenía que estar en el trabajo en una hora y aún no comía. Unos sonidos en la puerta me hicieron volver e ir a abrirla.

—¡Pero si es la mami favorita de los toys! Hágase pa'lla mija nomas me estorba.

El tal Chiquete y al que recuerdo como Pityn entraron a mi casa con lo que suponía era comida. Entraron como si conocieran mi casa directo a la cocina a abrir el refrigerador.

—Pero si aquí ni hay comida, ¿como vas a alimentar al babytoys?.

—¿Al baby que? ¿que hacen en mi casa?.

—El patrón nos manda a cuidarla, con nosotros no corres mucho peligro.—Dijo Pityn.

—Bueno, ya vieron que estoy bien, ya se pueden ir.

—Claro que nos vamos, pero al súper, ve y cámbiate por algo bonito y nos vamos.—Dijo Chiquete.

—Está es mi ropa bonita.

—Pues también a comparte ropa, la mami del futuro babytoys no puede andar en esas fachas.

—Tengo trabajo, si no voy por los caprichos de su jefe, me van a despedir.

—Usted ya no tiene que trabaja, cállese la boca y ve a cambiarte.

*
Chiquete y pityn ponían cosas en el carrito que mas que para mi, sentía que era para ellos. No podía darme el lujo de faltar a trabajar, pero sabía que aunque se vean buenas personas no dejaban de ser lo que eran y podía irme mal.

—¿Porque no mejor pone lo que usted lleva? El patrón nos va a regañar si usted no lo elige.—Dijo Pityn.

—Necesito irme a mi trabajo, yo puedo comprarlo.

—¿Estas loca tú o qué mija? Eres la mamá de el bebé heredero a todo el imperio Toys, no puedes trabajar y arriesgarte a que alguien más sepa.

—O sea que tengo que estar encerrada de por vida.

—Tendras gente detrás de usted toda su vida, nuestro trabajo ahora en adelante es cuidar de usted y el bebé.

En qué me fui a meter, porque tome tanto ese día.

Al llegar a casa con varias personas detrás mío con bolsas de súper y ropa que yo ni había pedido entre a mi casa. Al entrar a la sala me lleve una sorpresa que prefería no ver más.

—Mi amor, pero si apenas llegas, estaba preocupado por ti.

Marco se me acercó y me abrazo bajo la supervisión de mis padres que estaban sentados en la sala.

—Más te vale que me sigas la corriente.—Susurro.

—Cuando llegue mis suegros estaban aquí y pues no me quedo de otra que revelarles que estamos juntos, no aguantaba mas el secreto.—Dijo dándome un beso en la mejilla.

—Hija, yo se que jamás estamos en casa pero no es para que nos ocultes las cosas.—Dijo mi mamá.—¿Que es todo esto?.

—Pues nada, que cuidan bien a su hija que como no había mucho que comer la llevamos a comprar y ya ve que se viste medio feíto, pues ropa.—Dijo chiquete.

—A la futura madre de mi hijo no puede faltarle nada.

—¿Futura madre?

Y así es como Marcos Toys puede cambiarlo todo a su conveniencia.

La Hija Del NarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora