Era demasiado temprano aún, la luna aún estaba en el cielo y por alguna razón Marcos me había marcado muy de madrugada diciendo que me parara a esta hora sin decirme motivos. Camine hacia la sala en donde el ya me había dicho que se encontraba.
-¿Porque la urgencia de verme tan temprano?. Creí que me iría con Chiquete más tarde.
-Cambie de planes, ayer hablé con mi mamá, me hizo ver las cosas con mayor claridad, por eso te marque tan temprano. Ya la pensé bien, Chiquete no irá a ningún lado contigo, es mi bebé y no permitiré que nadie sea su figura paterna, ese soy yo.
Quede helada, si tan solo verlo de vez en cuando me incomodaba demasiado, que sería tenerlo todos los días siempre.
-Nos vamos a ir a esta hora para que nadie nos mire, estar a salvo en lo que te reconozco como mi mujer así nadie te podrá hacer daño.
-Discúlpame, pero no quiero casarme contigo, no nos íbamos a arruinar la vida.
-eso no lo decides tú, por el bien de ese bebé haremos lo que yo te diga, así que mejor súbete a esa camioneta antes que alguien más nos vaya a ver.
Subí con su ayuda a una camioneta que no era tan llamativa como a las que está acostumbrado a usar, se veía un poco más familiar y segura que las enormes que siempre le veía.
-¿Chiquete sabe que harás esto?.
¿Te importa mucho? Lo que haga con mi vida no es de su incumbencia.
El camino trate de relajarme ante el estrés que esto me estaba causando, normalmente despertaba con hambre, pero en ese momento mi estómago no aceptaba nada. Justo cuando estaba apunto de cerrar los ojos, recibí un texto de Chiquete.
"Creo que el jefe se me adelantó, me encanto conocerte, Estrellita"
¿A que se refería con eso? ¿Jamás lo volvería a ver?. La tentación me ganaba para preguntarle a Marcos sobre eso, pero debido a su última contestación dudo que quisiera decirme algo.
Necesitaba dormir para no seguir en ese incómodo silencio que me acompañaría por un buen rato, en estos momentos era en donde quisiera remover el tiempo y jamás haber topado con ese narco que solo le traía problemas, pero una hermosa bendición.
El camino no fue muy largo, después de todo tenía que ser un lugar cerca. La casa se veía muy común y corriente, pero al entrar era todo un espectáculo, jamás pensó en poder vivir en una casa como esa.
-Aún le faltan detalles.
-Creí que estaba terminada.
-Claro que si, pero al venir a vivir yo también aquí necesito unos ajustes.
-¿Como cuales?.
-Que se vea como un hogar de verdad, el cuarto que se supone que era para Chiquete, lo mandaré hacer el cuarto de juegos para nuestro bebé, tú dormirás conmigo.
-No pienso dormir contigo, no seremos esa clase de personas.
-No haremos nada de lo que piensas, viviremos como un matrimonio real para que los demás te tengan respeto, si se enteran que no eres nadie seguro te harán daño.
-Que te cuesta irte y dejarme hacer mi vida.
-Es la última vez que lo repito, nadie ocupará mi lugar, te recuerdo que tú viniste reclamando mi ayuda, me hago cargo de mi bebé, ahora te aguantas.
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La Hija Del Narco
RomansaTras una noche de la que casi no se recuerda nada empezó lo que ahora llama como castigo, pero a la vez ve como lo mejor de su vida. Iba a tener un hijo, pero no cualquier hijo.