La enfermedad de Gaara

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AHHH KELLEN TIENE NUEVA SHIP, KELLEN TIENE NUEVA SHIP. Me gusta el GaaNaru (?

Y como siempre, siempre escojo las que casi nadie pela. En fin, si no hay material de mi OTP el dilema es hacerlo yo. Como ya saben, hacer drabbles pendejos de mis OTP es mi pasión.

Disclaimer: Esto es pura entretención, no hay fines de lucra detrás de esta obra.

GaaNaru.

Gaara del Desierto x Naruto Uzumaki.

Porque son almas gemelas, porque es todo lo que en este mundo se encuentra en armonia y bien. Espero que se disfruten.

La enfermedad de Gaara

Por mas que quiere evitarlo, es inevitable sentirlo, crece, expande y se acurruca en su pecho dejando a una sensación parecida a la arena de su hogar. Era cálido, rasposo, y algo agradable a su vista. Era como la arena, tibio y protector. No sabia como hacer, no sabía cómo interactuar, pero estaba seguro, que, al final, terminaba buscando un poco más.

Estaba en terreno desconocido, apenas con información, camina con cautela y solo le sucedía de a ratos ante su presencia. No era con nadie más, solo con esa persona en especifico, y eso era lo que a Gaara le confunde, dejándole sin respuesta, y sin cómo combatir la situación. Ante tan poca información, sin una estrategia a la vista y sus defensas sin funcionar Gaara sabía que podía perder.

Por primera vez el Kazekage se encontraba en una situación de la que no tenía un control, o su arena no podía protegerlo. Su defensa absoluta falla miserablemente ante Uzumaki Naruto.

Quien derrumba sin esfuerzo alguno su impecable barrera, y eso le frustra al chico del desierto. Tal vez era culpa de esa enfermedad. Los síntomas habían comenzado semanas atrás. Como pasos pequeñitos que eran casi invisibles a sus ojos, sin embargo, los había notado.

Era él, por su culpa y de nadie más. Empezaron con sus pensamientos fugaces, cada sentimiento, cada oración o palabra, todo lo llevaba al sendero del ninja Uzumaki. Se encontraba extrañandolo, se encontraba preocupándose y se encontraba apoyándolo en cada decisión que hacía. Se hallaba prestando atención a detalles del rubio, como su energía, su sonrisa, sus manos o esos ojos brillantes cuando estaba dentro de su rango, y haciendo actos desinteresados para él, como refugiarlo con su arena cuando hacía calor en Suna, o traerle alguna fruta que en su camino, Naruto pensaba que era dulce. Luego fueron miradas, segundos de perderse en esos ojos azules que hasta parecía mentira, nervios que crispaban y se alojaban con descaro en su entresijo cuando Naruto pronunciaba su nombre.

Y pequeños errores de llamar a alguien por el nombre de su mejor amigo en medio de alguna reunión. Gaara pensaba que estaba bien, solo unos cuantos desliz que podría recompensarse con decoro y cortesía.

Luego se transformaron a algo que no podía contener, los pasos de un gigante equiparable al Bijuu de su interior. Fueron mareos al estar cerca, dolores de cabeza cuando se iba, calentura al verlo a centímetros de su presencia, taquicardia al escuchar llamarlo con esa amabilidad perteneciente solo a Naruto y manos inquietas cuando el shinobi lo elogia.

Naruto lo enferma.

Pero a la vez que es la enfermedad, es la cura misma.

Los síntomas desaparecen, se disipan, el dolor de estómago se aplaca con esa sonrisa, la cabeza deja de doler por escuchar su nombre suelto en esos labios magullados, la taquicardia se calma cuando sus manos se rozan y la calentura baja en cuanto Naruto le dispara la mejor de sus miradas.

Era un revoltijo entero, ni el mismo se entendía.

Y eso hacía enfurecer cada vez más al líder de la villa de la arena. Quiere tenerlo con él, para no sentirse enfermo, pero sabe que traería problemas diplomáticos si se llevara al preciado ninja de la hoja lejos de su hogar.

Las crónicas de amor del chico del desierto y el ninja cabeza hueca (GaaNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora