Algo extraño

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Kankuro sabe que hay algo malo en su pequeño hermano, pero no puede decidir que, en su Gaara hay un extraño cambio. No, no es el de su personalidad, que todos saben a qué se debe su reciente giro de 180 grados en su actitud. Es algo físico, pero aunque entrecierra los ojos no puede notar.

Quizá está delirando, se dice a sí mismo, todavía no se acostumbra a los buenos tratos de Gaara. Es extraño pensar que antes Gaara lo mataría por compartir el mismo aire y ahora los dos se encuentran bebiendo té en la oficina del Kazekage.

Pero no, está seguro que no es eso.

Es otra cosa, hay algo diferente en Gaara, algo muy diferente, pero el maestro titiritero no puede decir con precisión a qué se debe. Arqueando una ceja, mientras escucha la propuesta de Gaara de implementar un nuevo programa de educación en Suna, Kankuro se permite darle un escrutinio en su kazekage, su cabello sigue igual, un poco desordenado, pero esta igual, sus ojos siguen gélidos como el hielo, su piel se ve pulcra, sus ropas no han cambiado, el mismo feo abrigo color guindo y ese chaleco de mal gusto.

Entonces, ¿qué es?

Gaara debió darse cuenta de su mirada, porque inmediatamente y con un cortés:

"Deja de mirarme Kankuro" finalizó, Kankuro se sorprendió por la fuerza de su orden. Entre tanta confianza a veces olvidaba lo autoritario que podía resultar su hermano. y entonces solo le sonrió.

"Ah, disculpa hermano, es que hay algo extraño en ti"

El Kazekage solo guarda silencio, el lo puede interpretar como que Gaara está reconsiderando sus palabras finalmente no le da importancia hasta que encoge los hombros y continúa con su reforma educativa para Suna,

Kankuro entrecierra los ojos, concentrándose solo en su hermano que le atraviesa los sesos con esa impasible mirada. Es ahí, cuando después de unos minutos de análisis lo nota, el titiritero por fin ve lo extraño que estaba con Gaara.

En la muñeca de su hermano, se adorna, un poco invisible,pero lo percibes después de observar. Hay una pulsera naranja, tejida, con algo que cuelga que Kankuro está muy seguro debe ser un símbolo de Naruto. El hermano mayor bufa ante la obviedad. No puede ser tan obvio, ¿si?

El ninja de Suna y maestro de títeres está a punto de sacar el tema de la conversación cuando es interrumpido por un veloz grito inesperado.

"¡Gaara!" Kankuro mira de reojo, el ninja ruidoso vestido de naranja entra como siempre. Anunciando su llegada y con ella llevándose la seriedad en el rostro de su hermano, reemplazando por un suspiro y esos hombros bajos.

Kankuro piensa que solo uzumaki tiene ese poder en su hermano, aunque el último lo niegue.

Lo ve caminar hacia su pequeño Gaara, la sonrisa de Uzumaki es tan grande que incluso a él le duelen las mejillas, sus ojos brillantes y esas mejillas rojas captan la atención del consejero. Naruto levanta el puño hacia el Kazekage, este lo mira antes de asentir y elevar igual el puño para chocarlo a él.

Solo en ese acto es cuando Kankuro percibe lo demás, Gaara no es el único que tiene pulsera. Uzumaki también la posee, la suya es roja, con una calabaza que se tambalea en el aire por el reciente movimiento.

Ahora combinado hacen que Kankuro quiera reir.

Dios, ellos son tan obvios. 


Notas finales. 


¡Gracias por leer hasta aqui!  

Las crónicas de amor del chico del desierto y el ninja cabeza hueca (GaaNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora