LLuvia

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Mi tercer dia! 


Gaara está a punto de mandar a la mierda esta situación, pero luego recuerda la sonrisa de su novio y esos dilemas ruidosos de no rendirse. Piensa en Uzumaki y que seguramente él no retrocede, al final cree que tal vez le falta la presencia de Uzumaki.

O que es una mala influencia para su amargada vida, Gaara se dice mentalmente que es la última. Que seguramente es la última.

Los ecos de la lluvia resuenan fuertemente contra el suelo. El Sabaku hace una mueca, estira la mano y es cuando la piel tiene ese contacto gélido con las gotas de lluvia que ha decidido meter la mano refugiándose en su pecho.

No evita un gruñido que se cuela de él desde el fondo de su garganta al analizar de nuevo la situación. Está en la escuela, en la hora de salida, gotas de lluvia remarcan el área de esta y el esta encerrado como un gato. Piensa mejor y se clasifica a sí mismo como un ratón. Es como un ratón y la lluvia es el gato maníaco que juega con él.

Tiene mucha tarea por hacer, no tiene tiempo para desperdiciarlo aquí.

Maldice a sus adentros no haber escuchado las precauciones de su hermana de tomar un paraguas. Pero piensa que no es momento de arrepentirse. Ha sido un dia dificil como quiera, olvidó su almuerzo por lo que no ha comido, ha tenido un examen sorpresa, no ha visto a su novio en todo el periodo y ahora la lluvia ha decidido darle una guinda a su pastel de día fatídico.

Decide esperar, al final, Gaara es muy paciente, mira a su alrededor para entretenerse. Ve la cabeza de Haruno y la cabeza del chico pelirrojo de grados superiores, los dos bajo la misma sombrilla. Lo mismo para el uchiha y su tímida novia Hyuuga.

Frunce el ceño, está sorprendido por esa caballerosidad, luego le dirá a Naruto que él ganó la apuesta. Al final el Uchiha es un caballero con modales y cara de limón seco.

Luego piensa en Naruto, y su falta de caballerosidad, conociendo a su novio de la forma en que él creía, Uzumaki y él no compartirán un paraguas bajo la lluvia. Aun así, él se quiere aferrar a la esperanza.

"¡Hey Gaara!"

Gaara cree que tiene una especie de habilidad para convocar a su novio cuando más lo necesita. La prueba está en esa enérgica voz que se escucha a pesar de la tormenta, Gaara levanta la vista y es ahí cuando lo nota.

"Uzumaki, ¿qué haces bajo la lluvia?" Es lo primero que dice, no evita el tono de regaño y sus propios labios fruncidos "Te vas a resfriar"

"No traje paraguas"

Gaara se recuerda a sí mismo que Uzumaki no es un novio convencional, y que era posible que él tampoco trajera un paraguas.

Se felicita a sí mismo por predecir a su novio no tan predecible.

Vaya, parece que no son muy diferentes después de todo. Gaara no lo dice. Gaara suspiró, ahí ve sus oportunidades de no resfriarse e irse junto con el último chorro de agua que cae en una esquina del techo, ahora tendrá que esperar a que la tormenta se apacigua.

"¿Y tú?"

"Lo mismo" Gaara no da réplica a que comente su falta de descuida. Sin embargo, Naruto solo le sonríe.

"¿Que vas a hacer ahora?" Pregunta Naruto preocupado, relajado, como si ahorita la lluvia no estuviera pasándole afuera y sus hombros no estuvieran mojados.

"Esperar a que la lluvia pase"

"Buena suerte entonces" La burla es detectable, Gaara le lanza una mirada letal que por supuesto no tiene peso.

Los dos se quedan en silencio sin valor a esforzarse a hablar de más, Gaara aprovecha para mirar a su alrededor, las personas se están alejando, pronto la escuela estará vacía. Se pregunta si puede hablar con Temari para que lo recoja.

"¿Te parece caminar bajo la lluvia?" Pregunta Naruto, sin evitar la sonrisa.

"No tienes paraguas" le recalca, la idea de mojarse no es tentadora para alguien como èl.

"No es necesario, puedo acompañarte a tu casa" Le dice, y sin agregar más opción mientras le tiende la mano.

Gaara dudo, por supuesto, insiste, cuando decía caminar bajo la lluvia esto no era la imagen que tenía hace diez minutos.

"Estoy bien aquí"

"Se nota"

"Lo digo de verdad"

"¡La lluvia se siente bien!"

"No me gusta la lluvia"

"La lluvia no parará pronto"

"Puedo esperar"

"Esperaré contigo entonces"

"Te vas a resfriar"

"Valdrá la pena"

"Eres un idiota"

"Un idiota que te esperara bajo la lluvia, ¿eso quieres?"

Eso es chantaje, chantaje puro y emocional. Se dice a sí mismo, gruñe en desaprobación y mira a Uzumaki con enojo.

"¿No dejarás de insistir hasta que diga que sí?"

"Tu sabes lo necio que puedo ser"

Gaara no es fanatico de la lluvia, cualquiera con dos neuronas funcionando sabría de esto. Por supuesto este caso no aplica a Uzumaki porque todos saben que sus neuronas no funcionan.

El pelirrojo le da un escrutinio al chico, hay una línea que los separa, una barrera de diez centímetros funge como protectora de la escuela y la calle. Sus ojos verdes se entrecierran, ahi yace Uzumaki, como si la tormenta no le afectara, con la camisa apegandose a sus musculos, con su cabello normalmente puntiguado ahora hacia abajo y aplacado, con ese abrigo negro y largo que Gaara cree que ahora pesa mas, con esa apariencia de comerse al mundo que a Gaara le encanta, le esta extendiendo una mano, una mano que lo invita a unirse a el.

Casi pensaría Gaara que es un héroe, dice casi, por supuesto. Si no estuviera más mojado que un perro.

Al final la sonrisa de Naruto es persistente, cala en los huesos y le provoca más escalofríos que la misma llovizna. Gaara no muy convencido, alza una mano, es despacio, precavido, pero para alguien como Naruto que ha conocido a su novio sabe que ha decidido acompañarlo.

No lo piensa mas, la piel tibia choca con los dedos fríos y es atraído hacia la lluvia, Gaara ahoga un grito cuando las gotas de lluvia empiezan a salpicar a su cuerpo, sintiendo como la tela se humedece y esos brazos húmedos viajan por su espalda hasta encerrarse en su cintura.

Gaara siente el fantasma de un beso en su frente o eso cree hasta que el riachuelo de agua escurre por él, no sabe si es una gota de lluvia, o el rastro de los labios ya húmedos de Uzumaki. Solo cierre los ojos, dispuesto a dejar de disfrutar este momento.

"No te arrepentiras, lo prometo"

Gaara decide creerlo.

No es hasta que está en la cama, con 39 grados de fiebre y Temari regañando por su imprudencia que Gaara se promete no volver a hacerle caso a Uzumaki.


Notas finales 


Gracias por leer hasta aqui!  

Las crónicas de amor del chico del desierto y el ninja cabeza hueca (GaaNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora