Capitulo 33

128 13 0
                                    

Alan me parece una persona increíble. Es un hombre muy apuesto. Alto, peli rojo, ojos claros. Me gusta mucho para Anna.

Me he sentado ya que estoy cansada y me duelen los pies. Es grandioso el Deirhisggy, me gusta mucho el ambiente.

Alan se sienta frente a mi.

-¿Cansada?-Me pregunta.

-Si, me molestan los tacones.-Hago un mohín de dolor.

-Me lo imaginé, lo lamento.-Dice.

Me giro un poco y puedo a ver a Anna conversando con Merly y su prima.

-¿Como vas con Anna?-Le pregunto.

-Es una mujer muy hermosa y cariñosa.

Puedo notar que Alan está perdidamente enamorado de Anna.

-¿Te gusta?-Le pregunto.

-Solo estoy esperando el momento perfecto para decírselo.-Sonríe.

Estoy tan segura que es un sí.

Anna está en la pista de baile con Merly, su prima y dos amigos más. Anna está muy ebria.

-Que encantador, es mutuo.-Murmuro.

Ya son las tres de la madrugada y Bentley no aparece ni contesta mis llamadas.

Mejor me iré a casa.

-Esperemos que lo sea.

-Me tengo que ir, ya es tarde.-Digo levantandome.

-¿Segura?

Alan frunce el ceño.

-Fué un gusto conocerte. Tienes a una grandiosa mujer... porque la tienes.-Reí

Alan ríe también.

-El gusto es el mío.-Dice.


* * *


Entro a la casa.

Todo está oscuro. Me dirijo a la habitación, enciendo la luz y no hay nadie.

Estoy muy preocupada. No he visto a Bentley desde antes de ayer mejor dicho.

Quito mis tacones y los guardo. Me dirijo al baño, quito mi vestido, lo dejo en la cesta de ropa y me coloco una toalla.

Salgo del baño y comienzo a caminar por toda la habitación.

No creo que le haya pasado algo malo. Ni siquiera ha respondido mis mensajes. Mi corazón se acelera. Con sólo pensarlo me pone mal.

Ya lo hacía aquí en casa, ya debió estar aquí desde hace rato.

Salgo de la habitación y me dirijo a su despacho. Tampoco está... algo anda mal.

Me siento en un rincón del despacho.

Debió avisarme.

Bentley apareció. Está parado con los brazos cruzados. Lleva puesto un pantalón color piel y una camisa azul de vestir. Luce guapo.

-Cuando venía en camino, logré ver tú mensaje y me dirigí al Deirhisggy.

Casí me mata de un susto.

-Estaba preocupada.

Se acerca y me ayuda a levantarme.

-Estuve muy ocupado Alondra.-Me abraza y besa mi frente.

-No te preocupes. Me imagino mi agotado que debes de estar.-Murmuro.

-Si que lo estoy.-Ríe.-Estas radiante.-Besa mis labios.

Bostezo.

Estoy cansada, me duelen los pies y no de tanto bailar si no por los tacones que me molestaban muchísimo.

-Iré por un poco de agua.-Dice Bentley dejándome sola.

Estuve muy ocupado.

No fue una buena respuesta, realmente no le creo.

Salgo del despacho y me dirijo a la habitación. Coloco mi pijama y me acuesto.

El saber de que Bentley estaba en casa me hacía sentir mucho mejor.

Bentley entra, camina hacia el baño y yo simplemente caigo en un sueño profundo rápidamente.

-¿Por qué le haces eso a tu novia?-Le pregunté normalmente.

-Ya sabrás más adelante.-Me mira y me dedica una amplia sonrisa.-Quiero pasar toda la noche contigo.

Sinceramente yo también quiero pasarla con el se que no se podrá.

Hemos llegado.

-Gracias por la cena, si de verdad quieres a tu novia no le hagas eso está mal, le estas haciendo daño.-Murmuro.-Valora lo que tienes, suele pasar que le damos valor a algo hasta que ya no lo tenemos.

Valoramos más cuando dejamos de tener a esa persona, cuando nos enteramos que vamos a perderla, nos damos cuenta de lo importante que era. El mundo está lleno de personas esperando que regresen quienes dejaron ir y de personas que no se atreven a regresar, aun queriéndo, hay que aprender a valorar lo que tenemos antes de que el tiempo nos enseñe a apreciar lo que tuvimos.

-Te quiero a ti, lo sé.-Murmura.

-Buenas noches señor.


El sentir un dedo dentro de mi hizo que pudiera despertar.

Es Bentley tocandome.

Me giro para poder quedar frente a él.

-Creí que estabas cansado.-Digo casi en susurro.

-Lamento haberte despertado, para ti núnca.-Dice para luego darme un beso apasionado

Lark © 《Editando》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora