Lark © 《Editando》

Capítulo 41

No pienso comentarle nada a nadie sobre lo que pasó, no quiero preocupar a mis tías y a mamá. Me sentía muy mal, Kayla me agotaba muchísimo, mis pies estaban hinchados.

Estoy acostada en la habitación de visitas con las luces apagadas, me encuentro trabajando con mi laptop. No me preocuparé más, trataré de olvidar y seguir en adelante. Necesito estar cómoda y sin preocupaciones por el bien de mi bebé.

La puerta de la habitación se abre y es Bentley con su pijama puesta y cabello mojado. Se acerca a mi y se acuesta al lado de mi. Es la una y media de la madrugada

-¿Que estás haciendo?-Me pregunta plantando varios besos en mi hombro.

Estaba aún más furiosa y triste por como estaba actuando. Ni siquiera había tomado en cuenta lo que había dicho.

Ignoro lo que acaba de preguntarme, guardo el informe y apago la laptop. Me levanto para ponerla en la pequeña mesita que está en la esquina de mi lado. Vuelvo a acostarme y esta vez dándole la espalda.

Bentley se encontraba sentado con una mujer morena en sus piernas besandola, al vernos sobresaltan. La mujer se levanta y arregla un poco su falda, Bentley está sorprendido y yo aun más.

Era una basura, estaba decepcionada y no de el si no de mi misma.

-¿Qué haces aquí con Alondra?-Pregunta Bentley con voz ronca.

Rompo en llantos silenciosamente para que no logre escucharme. Bentley me abraza por detrás. Siento mil emociones encontradas.

-Te amo.-Confiesa.-No sabes lo feliz que me pone el pensar que tendré a dos mujeres en mi vida.-Susurra mi oído.

También lo amo pero me ha vuelto a lastimar y no puedo perdonarselo tan fácilmente.

-Déjame sola.-Mascullé.

-Amor tienes que creerme.-Respira profundo.-Se que no es el momento perfecto para preguntartelo, pero ya lo tenía tenía pensado hace algunas semanas.

Mi cabeza empieza a dolerme de tanto pensar y llorar. No había ningún remedio para nuestra relación, ya no confiaba en Bentley.

-¿Quieres casarte conmigo?-Susurra mi oído.

Paré de llorar al escucharlo. No caería de nuevo. Solo sé que nunca mentiría con algo así.

-No pienso hacerlo. No quiero vivir engañada todo el tiempo.-Contesto.-Me das asco.-Digo rápidamente.

-Acabo de ducharme y lavar mis dientes.-Dice.-Me tienes mal a mi también.-Toca mi barriga.

No era el momento adecuado para decir eso. Aún estoy de espalda y al parecer se siente bien estando así en la posición. Estoy cansada, había sido un largo día. En cuestión de minutos caigo en un sueño profundo.

* * *

Abro lo ojos y no estoy en la habitación de visitas. De seguro Bentley me ha traído hasta acá. Me levanto y veo el reloj que está en la mesita de noche de Bentley.

Es las diez de la mañana

He despertado tarde, es evidente que me acosté muy tarde. Bentley no está a mi lado. Me levanto de la cama. Camino hacia el baño, me ducho, lavo mis dientes, coloco un vestido de rosas suelto. Por los momentos mis jeans no me quedan así que tengo que ponerme mis vestidos sueltos.

Mi estómago suena, tengo mucha hambre.

Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina.

Mi cabeza empieza a dolerme de tanto pensar y llorar. No había ningún remedio para nuestra relación, ya no confiaba en Bentley.

-¿Quieres casarte conmigo?-Susurra mi oído.

Paré de llorar al escucharlo. No caería de nuevo. Solo sé que nunca mentiría con algo así.

Bentley me lo había propuesto. No iba a casarme con el después de lo que me ha hecho. Estoy muy dolida. Quizás seguirá teniendo contacto con aquella mujer.

-Buenos días señorita.-Dice Margaret apareciendo en la cocina.-¿Le apetece unos ricos waffles con una ensalada de frutas?-Cuestiona abriendo el refrigerador.

Tengo mucha hambre, comería lo que fuera.

-Eh... sí gracias.-Contesto y tomo asiento

Parecía no importarle a Bentley como me podía sentir, simplemente se ha ido como ya de costumbre. No quiero tener que vivir amargada con alguien así, pensar si esta viendo a otra o está trabajando. No podía acostumbrarme a esa vida, no lo merecía.

No me arrepiento de salir embarazada, era lo menos que se me venía a la mente. Yo adoro a mi hija y lo haré por siempre, no me arrepiento ni lo haré por nada del mundo.