Mientras aquí sale el sol, en otra parte la oscuridad llega

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Aunque, antes de que eso pase Amane logró leer un poco más...

Los mensajes con el avance comenzaron a ser diferentes: la escritura comenzó a mejorar y lo que relataba cada vez era más entendible:

"Hoy Misaki me cortó el cabello y me regaló las tijeras. ¡Nunca había hecho eso por nadie más! ¡Las atesoraré en el santuario!"


... Fué lo último "alegre" que pudo leer, ya que de un momento a otro, todo el ambiente cambió: el libro relató sobre una muerte de un profesor en las escaleras ¿Ella  parecía desconocer que significa morir'

Entonces de inmediato Amane se preguntó a si mismo apenado –  ¿Acaso Misaki... murió? –  Los mensajes se volvieron repetitivos: "Él no vino hoy", "Él tampoco vino hoy", Él no vino hoy", "Tampoco vino hoy"...


Ella parecía anotar todo, hasta que las hojas quedaron en blanco y algo interrumpió la lectura del azabache dándole un gran susto. El libro que sostenía en sus manos voló gracias a que un mokke cayó fuertemente sobre él: – ¡Agh! ¿Q-qué? – Miró hacia su costado, para ver que el causante de aquello había sido Tsukasa. ¿Qué hace?

Levantó un poco la vista y ahí logró ver que aquella señora les había encontrado y Tsukasa... ¡Le está lanzando mokkes a esa mujer!: – ¿¡Qué haces, Tsukasa?!

– Espanto a esta señora~ ¿Y tú, Amane? – Mencionó sonriente y con completa naturalidad.

Pero esos pequeños rosados no eran ni la mitad de lo necesario para detenerla:–  ¡Ya me cansé de ustedes! – Por último, aquella levantó una tijera algo dañada que tenía en mano y comenzó a perseguir los chicos.


Amane y Tsukasa eran rápidos y lograron sacarle ventaja ¿Pero qué harían? ¿Van a correr de ella el resto de sus vidas? Corrían y esquivaban, pero entonces prodigiosamente apareció de nuevo la heroína de la historia, frenando a el "Misterio Número 2": – ¡Ya para! ¡Estás asustando a los pequeños! – Tomó a la mujer del brazo y la lanzó hacia atrás – Eso no me lo puedo permitir~

– ¡Hanako-san! – Amane frenó, quedando algo apenado al ver el cansancio que se notaba en el rostro de la semialvina que repentinamente apareció en escena.

Pero entonces, Yashiro se levantó y miró al azabache:– ¡¡Esperenme un momento chicos!! ¡¡Distraiganla un poco!! – ¡¿Qué!? La muchacha comenzó a alejarse de allá como si huyese.

Los dos hermanos miraron absolútamente incrédulos. ¿Los estaba abandonando a caso?:– ¿¡Q-qué!? ¿HANAKO-SAN A DÓNDE VAS? ¿Y KOU-...? ¡AHH! – De inmediato el mayor empujó a Tsukasa antes de que el filo de dicha arma los partiera a los dos a la mitad – ¡HANAKO-SAN! ¡ESPERA! – ¡¿Por qué se está yendo?!


... Y otra vez Amane y Tsukasa comenzaron a huír de las tijeras completamente confundidos y solos, aunque ya estaban cansados. Muy cansados. Y eso fué lo que les hizo fallar.

Los dos cayeron al piso y las tijeras se abalanzaron al desespero sobre ellos.


Aunque mientras eso pasaba, la joven espectro corrió directamente a un pequeño santuario que había a unos metros de ellos, lo abrió y observó unas tijeras situadas dentro del mismo: – ¡Has salido de tu deber y ocasionado problemas! ¡Mi deber como séptimo misterio es evitarlo! – Esas tijeras dentro del santuario portaban un sello al cual la semialvina de inmediato lo quitó. 

Siempre Estuve BuscándoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora