Capítulo 15. |Coartadas|

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—Yo. . . —empezó la escritora. Su voz se apagó en cuanto vio de nuevo la mirada profunda de Macarena posada sobre ella. Un mar de inseguridades, de tristeza y sobre todo decepción.

Macarena suspiró hondo al ver que la escritora no decía absolutamente nada. Estaba absorta en sus pensamientos. Como una mismísima página en blanco.

—Por favor di algo—le pidió en voz baja. Los marrones de Bárbara se encontraron con ella—. ¿Que significan esas imágenes?

—No lo sé—respondió. Era cierto, no lo sabía—. Pero puedo explicarte el porqué de todo si aún quieres escucharme.

—Estoy esperando por ti.

—Bien. . . Bueno—inhaló aire fuertemente, y cerró los ojos instintivamente—. No todo tiene una razón de ser.

—No te pongas terapéutica conmigo y ve al grano. ¿Te acostaste o no con alguien?

—Tampoco lo sé—le dijo—. No lo recuerdo. 

—¿Cómo no podrías recordar si tuviste sexo con alguien más?—le preguntó la castaña con confusión—. Evidentemente tuviste sexo con alguien más. Las imágenes lo revelan—las señaló—. Lo que quiero que me digas es cuándo y cómo sucedió todo esto. Supongo que esas fotografías tienen tiempo.

Bárbara desvió la mirada.

—No es así—la vio—. Son recientes.

—¿Recientes?—le preguntó.

—Si pero puedo explicarlo.

—Claro, sé que puedes explicarlo—contestó con ironía—. Todavía estoy esperando una explicación razonable. Minutos atrás me dijiste que no habías estado con nadie más durante todos estos años. Pero luego de eso, aparecen unas fotografías en mi casa donde las protagonista eres tú y sin ropa—se las mostró nuevamente—. ¿Cómo puedes explicarme eso?, ¿Hay una explicación lógica y sensata para eso? Si me lo preguntas, la respuesta es obvia.

—Pero no es así. . .—susurró—. Juro que no es así. Yo solo quería distraerme.

—Vaya manera de distraerte—ironizó la castaña—. ¿Fue una buena diversión?

—Voy a explicarte cómo sucedieron las cosas, y luego si todavía lo quieres, me marcharé—le dijo con sinceridad.

—Bien. . . Te escucho.

—No recuerdo nada porque estaba ebria—comenzó—. Lo único que recuerdo es que fui a un bar. Comencé a tomar y poco a poco fui perdiendo el conocimiento. No recuerdo más nada. Salí de aquí, me despedí de Kate y le dije que saldría a pensar un poco. Estaba muy mal con toda esta situación. Tú con no recordarme me estaba volviendo loca. Yo solo quería escapar un rato de mi realidad. De esta realidad tan agonizante que vivo día a día, Macarena. Porque aunque no me recuerdes, y trates de recordarme por hacerme feliz no deja de dolerme lo que sucedió. Tú eres una página en blanco por mi culpa. Todo lo que te sucedió fue por mi culpa y yo soy la única responsable de todo esto—sollozó—. Pero por una vez en la vida después de tanto quería dejar de sentirme como me siento justo ahora—Bárbara la vio fijamente sin bajar la mirada—. Lo que pasó no tiene justificación alguna, y tampoco voy a tratar de excusarme. Realmente no sé qué sucedió. De pronto cobré consciencia y desperté en una habitación que no era la mía. Desnuda. . .  Con el cabello desordenado al igual que mi vida—susurró—. Y yo solo podía pensar en el daño que te había hecho sin ser consciente de absolutamente nada.

—¿Fue con una mujer?—le preguntó Macarena.

—Sí—respondió—. Ella apareció luego que despertara. Me dio un café, y platicó conmigo. Estoy segura que esa misma mujer fue quien mandó esas fotografías. Solo ella estaba en esa habitación conmigo.

ᴸᵉᵗʳᵃˢ ʸ ᴰᵒˢ ᴬˡᵐᵃˢ ᴰᵉˢⁿᵘᵈᵃˢ ᴱⁿ ᴾᵒᵉˢíᵃ | |Barbarena||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora