—Contaré hasta tres, y no hagas trampa—le dijo una mujer a otra mientras que con sus manos, cubría sus ojos. La otra soltó una risa nasal, y asintió—. Uno—musitó cerca de su oído—. Dos—con ella, empezó a caminar—, tres.Descubrió sus ojos, ansiosa y emocionada por ver su rostro.
—¿Es. . . Para mí?—preguntó, con cierta melancolía. Bárbara vio a Macarena con un brillo especial en sus ojos. La ojiazul había quedado estupefacta viendo el regalo tan especial que había preparado para ella durante dos largas semanas. Un obsequio para conmemorar el día que decidieron unirse y ser una sola.
—¿Te gustó?—preguntó viéndola. Macarena se abrazó rápidamente a ella, como si su vida dependiera de aquello—. Creo que eso es un sí.
—Es un absolutamente—le dijo—, está preciosísimo.
—Sabía de tus afinaciones por las pinturas, y quise obsequiarte uno como regalo de aniversario. Somos nosotras—vio con ilusión el cuadro que había mandado a preparar para Macarena en tan poco tiempo—. Es tu fotografía favorita. ¿La recuerdas?
—¿Cómo no hacerlo?—sus ojitos brillaron—. Fue cuando bailamos el vals de nuestra boda. El baile más especial de mi vida.
Bárbara sonrió.
—Me regalaste un baile especial a mi también—dijo—. Es un buen recuerdo.
—¿Recuerdo?—preguntó la castaña con cierta sorpresa—. No es solo un recuerdo común y corriente. Es nuestro recuerdo más preciado. Ese día, prometiste amarme para siempre. Frente a cualquier adversidad. Frente a cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino—dijo, viéndola con añoranza. La escritora suspiró bajo, recordando la promesa que le había hecho a Macarena. La promesa que le había hecho a su esposa—. Y un año después. . . ¿Aún sigues pensando que valió la pena casarte conmigo?
—Cariño—Bárbara se acercó a ella, poniéndose frente a frente. Sus ojos marrones conectaron con los azules de su esposa, y volvió a suspirar. A pesar de llevar un año de casadas, a veces Bárbara creía que Macarena dudaba de su amor inquebrantable. Sentía que de pronto, se le olvidaba lo bueno que era amarla en todas sus facetas—. Todo de mi te pertenece desde el día número uno. Ni siquiera bastó un compromiso de por medio para llamarme tuya o sentirme de esa manera. Te amo, y lo hago con la misma intensidad que antes. Incluso, creo que mucho más—sonrió, tomando sus manos—. Amarte es un placer culposo, y me disculpo por eso, pero no puedo dejar de hacerlo. Nunca lo haré—ambas se vieron—. Mi promesa de amor sigue intacta. Voy a amarte, toda la vida. Frente a cualquier adversidad. Frente a cualquier obstáculo.
—Estás repitiendo lo mismo que dijiste el día de nuestra boda—le dijo Macarena viéndola con amor.
—Estoy demostrándote cuán importante eres para mí, y cuán enamorada estoy. Antes de ti, no existía nada—le dijo—, y después de ti, no creo que exista algo. Eres mi complemento. Pero lo más importante de todo es que eres mi único y verdadero amor.
Las palabras de Macarena llegaron a ella haciéndola sentir incapaz de pensar. La profundidad de las palabras de Bárbara siempre lograban dejarla sin aliento. Sus te amo, eran una caricia sincera para su alma. Ella sabía que era una mujer muy afortunada pero cada día lo confirmaba. Tenerla, era como haberse ganado todo en la vida sin mover un dedo.
La castaña se sentía ganadora solo por tener a su lado a una mujer como Bárbara. Arriesgada, entregada, y respetuosa. Risueña y carismática. Orgullosa de saber que podía contar con aquella mujer risueña que lograba enternecerle el corazón con una simple mirada.
ESTÁS LEYENDO
ᴸᵉᵗʳᵃˢ ʸ ᴰᵒˢ ᴬˡᵐᵃˢ ᴰᵉˢⁿᵘᵈᵃˢ ᴱⁿ ᴾᵒᵉˢíᵃ | |Barbarena||
أدب الهواةCinco años son suficientes para creer que siempre, se puede comenzar de nuevo. Segunda parte de Letras de Un Alma Desnuda a Media noche.