Sael- En las alturas

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Lía

Habían pasado un par de semanas desde los acontecimientos con Demonica y Celestia. Fue una experiencia bastante extraña ¿Quién diría que existiría el cielo y el infierno?

...

¿Y quién pensaría que te puedes llegar a enamorar de un ángel? Si, ese es mi caso. Fue amor a primera vista, cuando fuimos a rescatar a Sue a Celestia. Al jugar el partido, fue como si un flechazo recorriera todo mi ser al ver sus chutes y sus jugadas.

No estoy hablando de nadie más que Sael. El capitán de aquel equipo de fútbol tan peculiar. Me dolía a horrores ese sentimiento, porque era prácticamente imposible volverlo a ver. Estaba tan a las alturas. Y seguramente él no me quisiera ver a mí, después de lo ocurrido.

~Flashback~

-¡Sael- grité al ver cómo había sido controlado por Demonica -L-Lia- murmuró mientras trataba de luchar contra el control mental

-¡No los obedezcas!- volví a gritar con la esperanza de que volviera a ser el mismo -Silencio ¡Humana insolente!- gritó callendo completamente en el control mental que le había impuesto Demonica

-¡Nosotros somos el rey de los demonios en su máximo poder, los habitantes de Celestia y los de Demonica unidos!- río y yo lo miré -Pero Sael... ¡Recuerda!- le miré directamente a los ojos y pude ver cómo su brillo desaparecía.

-¡Cállate de una vez!- volvió a gritar -Jugaremos un partido y ganaremos, y así controlemos el mundo entero, y empezaremos por tí- me señaló directamente a mí. Fruncí el ceño.

El partido comenzó y en la primera parte nos aplastaron, pero el la segunda conseguimos remontar y poder ganarlos de una vez. Por fin todo había acabado. Vi como el brillo singular que destacaba en los ojos de Sael regresaba

Éste me miró -L-Lia...- estaba tan frustrada por lo que me había dicho antes de comenzar el partido que no medí mis palabras -¿¡Lia que!?- mi voz se quebraba a cada instante -¿¡No se suponía que era una humana insolente, que no soy nada para tí!?- mi voz se quebró totalmente y algunas lágrimas resbalaron por mi mejilla.

Sael me miró con tristeza y negó -Yo lo siento demasiado si dije algo que te ofendió- agachó la cabeza, yo trataba de que las lágrimas no volvieran a salir -Sael, un lo siento no arregla nada- me alejé del lugar, subiendo de nuevo a la superficie.

~Fin del Flashback~

Me encontraba sentada en el borde de mi cama, recordando todo lo ocurrido. De vez en cuando miraba a la montaña de Liocott, recordando su sonrisa o su manera de hablar, suspiré y la puerta de mi cuarto se abrió.

Miré y vi a Xavier -Hola Lía- me sonrió y yo hice lo mismo -El entrenamiento va a comenzar ¿Vienes?- asentí y salí junto a él al campo.

Entrenar me despejaba y hacía que me olvidara de mis frustraciones. Ese día no era menos, estuvimos cerca de cuatro horas entrenando. Al terminar me fui a correr un rato, por la zona de Japón.

Me paré en un parque, a apreciar el volcán de Liocott. El aire movía mi pelo blanquecino a su antojo. Cerré mis ojos y me dejé absorber por mis pensamientos.

Una voz extrañamente familiar me despertó de ellos -¿Que, observando la montaña en la cual nos conocimos?- me giré rápidamente y allí lo vi, de pie, impasible.

Su pelo anaranjado, con su singular trenza y sus ojos azulados. Su sonrisa blanquecina. Allí estaba, la persona la cuál creía no poder ver nunca más.

•°Inazuma Eleven/Inazuma eleven GO°• [One Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora