•°Inazuma Eleven/Inazuma eleven GO°• [One Shots]

Keenan Sharpe - Accidente

Al estar tan hundida en los diferentes papeles que poseía entre mis manos, no me di cuenta del balón que se dirigía a mí.

Un fuerte estruendo sonó por todo el campo de fútbol, y adolescentes gritando eran las únicas voces que se escuchaban.

Si, un balón había estallado en mi cara al estar tan sumida en los diferentes datos de cada jugador que el entrenador Black me había ordenado revisar.

— ¡Celes! — escuché gritar a Arion junto a Buddy.

Mi nombre es Celeste y trabajo como gerente en el Earth Eleven. Normalmente soy la que memoriza todos los datos necesarios para el gran torneo Grand Celesta Galaxy.

Después de aquel incidente del balonazo, tuve que irme a descansar a la habitación, ya que me dio en tal mal ángulo que estuve inconsciente durante varios minutos.

Estaba tan mareada que varios jugadores me tuvieron que acompañar para que me quedara a salvo.

Fueron Zippy y Keenan ya que ellos ya habían terminado el entrenamiento. Me dejaron en mi habitación y Zippy volvió al campo.

Keenan decidió quedarse. Dijo que podría darme otro mareo y prefería quedarse conmigo por si eso pasaba.

— Hmmm... — miraba a todos lados de mi habitación buscando algún tema de conversación.

— ¿Te duele? — comentó Keenan, mientras posaba su mirada en mí.

— Un poco, pero se me pasará en unos minutos. Ya puedes volver al campo — me sentí algo avergonzada al verlo tan preocupado por mi.

— No — dijo tajante.

— Deberías ir con los demás para entrenar un poco más tus habilidades — comenté, para tratar de que se fuera del cuarto ya que me sentía un poco incómoda al tenerlo allí.

Keenan se acercó a mí

— Distingo cierta incomodidad en tu mirada — se acercó más a mí rostro. Mientras, un tono carmesí se pintaba en este.

— No es verdad — traté de alejarme lo máximo posible, ya que aquella situación era extremadamente rara.

Éste se sentó a mi lado

— Mira Celes, estoy al cargo tuyo por haber tirado ese balón con más fuerza de la que debería haberlo hecho. Por eso tengo que evitar que te dé otro mareo y pase algo peor — comentó Keenan, mi boca se abrió dejando escapar un suspiro de asombro.

— ¿¡Tu fuiste el que me diste el balonazo!? — dije indignada y Keenan bajó la mirada.

— No fue mi intención — susurro, entonces me relajé un poco viendo su situación.

— Bueno. No te preocupes, yo ya estoy bien, puedes marcharte al campo si quieres. Descansaré un poco — dije y éste se levantó

— Lo siento — puse un dedo en sus labios, haciendo que se callara.

— Ya te dije que no tienes que preocuparte — lo miré directamente a los ojos y pude notar un pequeño rubor en sus mejillas. Esa vista hizo que toda la sangre subiera a mí rostro en milisegundos.

Al darme cuenta como estábamos, me separé muy nerviosa — ¡Lo siento, lo siento! — comenté muy avergonzada mientras me separaba.

Una risa se escuchó por toda la habitación.

— ¿Que pasa...? — dije no muy confiada.

— Me hace mucha gracia lo tierna que puedes llegar a ser — puso un dedo en sus labios para evitar que otra risa se le escapara.