•°Inazuma Eleven/Inazuma eleven GO°• [One Shots]

Alfa- No te vayas.

Caminaba con un rumbo fijo por los pasillos de El Dorado.

A cada esquina que giraba mis nervios aumentarán y las preguntas corrían por mi mente.

¿Que le diré? ¿Y si me equivoco? ¿Y si no me hace caso?...

¿Y si ya está en la prisión CONTRA?

(CONTRA: Prisión de CONfinamiento y TRAbajo)

Los pasillos cada vez se me hacían más interminables, podría ser que ya llevaba como quince recorridos.

Mike, anteriormente, había tratado de detenerme, decía que no valía la pena hacer un esfuerzo en vano.

Pero la verdad, necesitaba verlo. Necesitaba ver a Alfa antes de que fueran a la prisión CONTRA y sacarán al sujeto Beta.

(...)

Después de una larga caminata, conseguí llegar al apartado del edificio de las habitaciones.

Éramos tantos... Ni sabía cuál era la habitación de Alfa.

—Maldición— dije en mis interiores, me tocaría buscar entre un número incontable de habitaciones.

Cogí la goma de pelo que llevaba puesta en mi muñeca y me hice una coleta sencilla en mi pelo rojizo.

Miré una por una cada habitación hasta que mi vista se posó en un letrero.

Alfa.

Dudé varias veces de si llamar o no. Pero al final me armé de valor y toqué.

Toqué 3 veces para ser exactos. Nadie respondía y mi paciencia se agotaba y las inseguridades rondaron por mi mente

¿Y si ya era tarde? ¿Y si ya estaba en la prisión CONTRA?

Unos minutos más tarde escuché un leve "Adelante" de aquel chico de cabellos morados. Suspiré aliviada y pasé.

Cerré la puerta a mí pasó y mi vista se fijó en sus ojos grisáceos. Su mirada seguía siendo tan misteriosa como siempre, no presentaba ninguna emoción.

—¡Alfa!— se sorprendió ante mi grito y me miró. —Pense que ya te había perdido— comenté, con tristeza

—Mañana será el día de mi encarcelación— dijo, como siempre sin presentar ninguna emoción

—¡Pero...!— Volví a gritar. Alfa esta vez no se sorprendió —No es justo que tú te vayas— agaché la cabeza

—Son órdenes del jefe, y no se pueden desobedecer— comentó mientras se sentaba en su cama.

—Ya lo sé que son órdenes de los superiores, pero en realidad fue mi culpa que perdiéramos aquel partido contra el Raimon— las lágrimas volvían amenazar aquel día con salir.

Aquel tema de conversación me dañaba mucho. Por culpa de un fallo que tuve en un partido contra el Raimon terminaron ganando. Y por culpa de aquel fallo, Alfa sería enviado a la prisión CONTRA.

Éste suspiro —Sabes Mía que no podemos hacer nada contra esas órdenes. Igualmente más tarde o más temprano terminaría llendo— admitió y pude notar que en su voz se notaba una tenue tristeza.

—Pero... Si te vas, ya no nos veremos otra vez— las palabras se me clavaban como estacas en la garganta y no podía formularlas.

—Terminaré saliendo, es muy probable— volvió a ser el mismo chico imparcial que siempre.

—¡Ya lo sé! ¿¡Pero cuando!?— Levanté la mirada bruscamente, una lágrima resbaló por mi mejilla, alertando a Alfa.

—¿¡Cuando saldrás!? ¿¡Cuando los chicos de la segunda fase dominen el mundo!?— volví a gritar y más lágrimas recorrieron todo mi rostro para perderse en el suelo