capitulo 5

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—    Lo siento, no me he fijado ¿se encuentra bien señorita? – su voz, era tan dulce y era tan amable que de la nada me puse nerviosa.

—    Sssí e-estoy bien, gracias- dije algo avergonzada

—    Usted no es de aquí, ¿o me equivoco? Y digame, por qué una linda dama como usted está llorando?

—    ¿Llorando?, ah si es que me golpee muy fuerte y pues se me salieron las lágrimas, nada grave. Y pues no sé equivoca no soy de acá – había algo en él que me hacía confiar, además era humano.

—    Oh pues, espero que se alivié, bueno permítame invitarla almorzar mientras nos conocemos, ¿le parece?. Por cierto, me llamo William, puedes llamarme Will.

—    Gracias, y pues me parece perfecto. Mucho gusto William, digo Will. Me llamo Ana – dije sonriendo.

Nos fuimos caminando y platicando el me hacía sentirme bien, me hacía sonreír, de pronto sentí que alguien me miraba, busque pero no encontré a nadie así que no le di importancia y segui caminando junto con Will, era muy simpático.

 P.O.V (FERNANDO)

Mi madre estaba en una reunión con una vieja amiga, estaban hablando de la hija de ella, Isabella. La conocía, una chica con unos modales que..bueno mejor ni mencionarlo. No se comportaba como una dama, mi madre quería que me casara con ella, pero me negaba. Desde que vi aquella hermosa chica, no he dejado de pensar en ella y de lo que ocurrió en la biblioteca…ella era tan misteriosa y a la vez hermosa. No podía seguir así.

—    Querida madre, lo siento la interrupción. Te informo que iré al centro comercial, no te preocupes estaré bien y regresaré antes de la hora de la cena, te amo.

No me agradaba hablar así, era mi madre. Pero tenía una invitada y hay que ser educados, siempre me decían lo mismo. Me fui en mi caballo, nada de carrozas, quería ir solo. Aunque mi único motivo por ir era de encontrarme con esa hermosa chica, ¿cómo se llamara?. Iba caminando muy distraído, sin fijarme en las tiendas ya que eran de zapatos, nada que me interesaba. Enfrente de una de ellas, habían unas bancas y al lado vendían helados, compré uno y me senté vi que una chica chocaba con alguien solo veía la espalda, sin saber porque mi corazón se acelero al ver aquella desconocida, no podía verle la cara así que pensé que era por ver esa discusión, debía de ser eso por la expresión que hizo la otra chica, que mala era. Seguí mirando la tienda, por si sucedía algo más y ahí estaba ella, venía con los ojos llorosos estaba a punto de levantarme y abrazarla cuando alguien me gano, era ese chico… ¿quién se cree?. Vi como ella le sonreía y me puse celoso al minuto, veía como él la miraba, no con amor si no con algo más con deseo, me enojaba que la viera así. Estaba tan enojado que mire hacia otra parte, cuando devolví la mirada vi que ellos iban riendo muy felices juntos, me sentí con envidia, celoso yo era el que la tenía que hacer feliz e invitarla almorzar.

—    Hola, príncipe. Que guapo se ve ahora ¿por qué esta tan solito? – Era esa loca ninfa, la que había hecho llorar a mi chica, mi princesa.

—    Hola, por que así lo deseo así que si no te importa, con permiso. – No soportaba estar con ella, se que no era la manera de tratarla pero después de ver como la había tratado no pude evitarlo, me fui de allí, me fui hacia el bosque y mi lugar preferido. Solo yo lo conocía era hermoso.

P.O.V (ANA)

Ese chico, era divertido y pronto había olvidado el accidente de la zapatería, estaba algo decepcionada esperaba encontrarme ahí con el príncipe, no había minuto en el que no pensaba en él. Y es que era algo muy inevitable desde que lo vi en la casa de Fate me habían llamado la atención. Me había quedado perdida en mis pensamientos.

—    ¿Ana? ¿sigues aquí? ¿Holaaaa?

—    Ah, lo siento me había quedado pensando en algo…

—    Ok, te decía que me gustaría verte otra vez. Hay un parque si quieres podemos ir, hay muchas cosas hermosas y podemos hacer algo como un picnic..

—    Me parece magnifico, nos vemos mañana. Pasame a buscar vivo con Fate..¿la conoces?

—    Claro que la conozco, es un hada magnifica.

—    Nos vemos mañana, bye.

Sali lo más rápido que pude, tenia que buscar a Fate, no le podía hacer eso otra vez. Pero cuando la encontré me arrepentí, estaba con un chico apuesto y se veían tan adorables, solo el hice un gesto como queriendo decir: nos vemos más tarde y le guiñe el ojo. Me fui de ahí sabia exactamente adonde ir, a la biblioteca. Aquel libro, lo tenía que terminar.

Llegue y ahí estaba donde lo había dejado y mi mesa esta libre, me encanta esa mesa, tenía una vista hermosa. Aquella leyenda sobre la cual había leído había llamado tanto mi atención que segui buscando sobre eso. ¿corazón de piedra?, no había nada de ahí todo eran puras creencias y costumbre nada que ver con aquella hermosa leyenda. Me levante y me fui a buscar algún libro sobre esa leyenda. Pero ni siquiera sabía su nombre, así que decidí preguntarle al gnomo.

—    E-este, d-disculpe –si suelo tartamudear un poco cuando estoy nerviosa - ¿me gustaría saber el nombre de esta leyenda y s algún libro que se refiera a ella?...algo más extenso.

El gnomo me miraba de un modo, como que era un Dios hablando no sabia porque, quizá porque era una joven y estaba ahí ya que era un lugar desierto…

—    Claro, ven. Hace más de cien años que no vienen los jóvenes eres la primera, veo que eres muy especial. Esa es la leyenda de la princesa perdida…es muy hermosa y hay un libro donde puedes saber todo de eso. Sé que te servirá en un futuro – aquello me desconcertó mucho, pero era un anciano gnomo, la emoción le ganaba – Ven, aquí está este es el libro. Te lo regalare con una condición…

—    ¿qué condición?

—    Que lo dejes aquí y vengas todas las tardes a leerlo aquí, lo tendré guardado y nadie, excepto tú lo podrán leer. ¿estás de acuerdo?

—    Claro, no hay un lugar más hermoso donde leer este libro, y pues un hermoso libro merece un hermoso lugar para ser leído ¿no lo cree?.

—    Vaya, si eres especial. Y si tienes razón, tenemos un trato ahora ve que es mucho por leer.

Y pues no perdí mi tiempo quería empezar a leerlo desde ya, había algo que me hacia buscar sobre esa leyenda. Parece como que el libro me llama y me diga: ¡leeme! Si es algo ridículo pero asi lo siento. Cuando estaba punto de abrirlo, vi que tenia una cerradura era de un dragón una corona y un corazón…¿Cómo iba abrir esa cerradura?, me llevé la mano al cuello y ahí estaba el collar heredado de mis bisabuelo lo saque para apreciarlo y era idéntico a la cerradura…¿Cómo podía ser posible?. Lo probe y ahí estaba el libro se abrió, mira por si alguien lo había visto y ahí estaba el gnomo viéndome y sonriendo como que estaba cumpliendo unos de sus mayores sueños, cuando yo estaba asustada, lejos de casa y bañada de preguntas sin respuestas…Tenia tanto miedo que decidi irme a dormir, no podía con esto. Deje el libro y me dirigí a casa, ¿qué había pasado?. ¿cómo es que yo tenia la llave?.

WonderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora