Capítulo 16. Ojitos bonitos.

280 26 0
                                    

Después de que Joan dijo que sólo quería ser mi amigo entre en una depresión horrible por que mi mente me recordaba constantemente que no merezco ser feliz.

Nunca había sentido la tranquilidad que sentía a su lado, estar con él era como saber que ese último pedazo de pastel de chocolate te toca a ti, es como saber que aprobaste Matematicas cuando no comprendias nada o como saber que en navidad te regalaron lo que querías y no un par de calcetines feos.

Pero todo ese pequeño gramo de felicidad se fue directito a la mierda cuando lo perdí a él, pero soy tan cobarde que no me atrevo a decirle lo que realmente pasa y prefiero que me considere una zorra como todos a que me tenga lástima por la horrible vida que llevo.

Mi día se basaba en despertar, usar lo primero que encuentre en el armario, hacerme una coleta mal hecha, entrar a clases, salir e irme directo a la casa, dormir y por último ir a trabajar nuevamente.

Pase semanas haciendo lo mismo hasta que el me habló.

-Hola Monse

-Ho..la Joan

Y fue ahí en donde supe que si para tenerlo cerca de mí, tenía que conformarme con ser su amiga, lo haría por que él es la parte de mi vida que me hace sentirme menos rota de lo que estoy, me hace olvidarme del millón de problemas que tengo, hace que olvide que soy una prostituta que vende su cuerpo a cambio de un par de monedas, por que estando con él olvido el miedo que tengo de llegar a casa y que Mariela me golpee hasta dejarme inconsciente, con el olvido lo que realmente soy.







Una de las cosas más decepcionantes es pensar que estas solo y darte cuenta que así es.

Las zorras también lloran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora