Capítulo 16

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Lizz

Me desperté y me arreglé para ir al instituto, le escribí a ___ para ver si nos íbamos juntas y accedió. Nos encontramos en un parque cerca y nos encaminamos al instituto.

—oye, ¿Cómo estás?, Aún tengo pesadillas sobre lo que pasó el otro día

—estoy bien—suspiró ella—, supongo. No me gusta estar en problemas con villanos a cada rato.

—si, claro—rodé los ojos—, casi que te creo. Sé que en el fondo te gusta estar en problemas si es necesario que te salve quien-tú-sabes.

—no me gusta estar en problemas, y no cambia el hecho de que Chat me salve, y ¡No lo llames como si fuera Voldemort!—alargué una risotada

—sabes que tengo razón, nunca dije nombres—sonreí cínica.

—tal vez, un poco no más—yo la miré arqueando una ceja, ella enrojeció—¡Está bien! Tú sabes que ese poco se multiplica por un millón—ambas reímos.

—en fin, si ya pasó Copigato, ¿Cuál villano sigue?

—“Timebreaker”—respondió ella.

—español, por favor. Yo no soy ni gringa, ni rusa, ni francesa—hablé con ironía.

Ella rodó los ojos.

—“Quiebratiempo”

Llegamos al instituto.

(...)

Al final del día, estábamos saliendo y Alya se nos acercó.

—Oigan, ¿Van a venir a la competencia entre Alix y Kim?

—¡Sin dudas!—asentí sin pensarlo.

___ se me quedó mirando como si tuviera un moco y desvió su mirada a Alya.

—mejor no, quiero descansar de tanta adrenalina de estos días, además, no quiero que ¡Algo malo pase!—señaló mirándome de nuevo.

Siento que debo sentirme avergonzada pero... ¿En qué?

—¡Vamos, abuela!—la animé.

—no, no, de verdad, quiero descansar.—repitió.

—está bien, si no quieres, lo respetaremos—me rendí—adiós ___.

Me fui con Alya al trocadero para preparar todo.

Luego de un rato a Alya se le frunció el ceño con angustia.

—¿En dónde está Marinette?—preguntó viendo su teléfono.

—Tranquila, ya vendrá, sabes lo distraída que es—señalé—más vale tarde que nunca, ¿No?

Pero ella me ignoró, Adrien en ese momento llegó.

—hola Lizz—me saludó—¿Y ___?

—bien, ¿Y tú?—pregunté irónicamente, él sonrió apenado—lamento decepcionarte Adrien, pero no va a venir, se quedó en casa el día de hoy.

—Ouh—musitó, yo asentí—bueno, está bien, adiós Lizz. ¡Ah! Y por cierto, estoy bien, gracias por preguntar—y se fue así tipo diva, yo rodé los ojos sonriente.

—¡Marinette!, ¿No olvidaste la apuesta, no?... ¿Tienes el banderín?... Si, en 5 minutos—luego colgó—dice que está en camino.

Después de un rato, Marinette llegó corriendo.

—¡Llegué, aquí estoy!

Mostró el banderín.

Pues, si, quedó bien, yo lo hubiese hecho unos cambios, pero no está mal.

Como Un Astro (Chat Noir/Adrien Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora