Capítulo 8

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Al final del día, iba saliendo del instituto, cuando divisé a Adrien y Nino.

Me acerqué

—hola chicos,—me dirigí al rubio— Adrien, feliz cumpleaños, espero que la pases bien—dije entregándole una bolsa de regalo.

—wow ___, gracias, no tenías qué—sonrió agradecido—pero...—su cara entristeció.

—su papá no le dejó hacer la fiesta—me informó Nino

Miré a Adrien

—Ay Adrien, lo lamento, sé lo mucho que la querías hacer.

—oye, pero ___ y yo vamos a ir, descuida, nadie se resiste a mi, y si es la primera persona que lo hace, no lo hará con ___, la maquillaré como una niña pequeña si hace falta—dijo Nino decidido.

Yo iba a protestar pero llegó Marinette con un regalo en sus manos, era la bufanda.

—ho-hola—habló tímida la azabache.

—hola—saludó extrañado Adrien.

Nino y yo intercambiamos miradas, los ignorados, pues.

Me dieron ganas de protestar otra vez, pero me acordé que de quién hablábamos era de Marinette y se me pasaba.

—yo quería... Un regalo hice... Regalo yo... ¡Ay no! Yo...

Y de repente ¡Plom!

La chica se da aquel golpe contra el suelo, y yo sabía quién era la responsable.

Chloe Bourgeois.

Negué con la cabeza y fui a ayudar a Marinette.

—esperen—volteé a ver a los rubios y al moreno—“¿Recibiste el regalo que te envié?...—pausé un momento mientras Adrien le respondía—... ¿Qué ¡Qué!?, Ay, esos mensajeros. Apuesto a que pesaba mucho y tuvieron que regresar para que les ayudara otro chico, ¡Esos inútiles!, Me aseguraré de que lo recibas esta noche”

Yo imitaba a Chloe—quien estaba a unos metros de nosotras—empleando una voz aguda y ademanes exagerados, en la parte final, enrollé mis brazos en una planta que estaba cerca, como si ésta fuera Adrien, haciendo que Alya y Marinette rieran.

Cuando Marinette se levantó, Alya habló

—enserio Marinette, no seas cobarde. Pareces un bebé, ¡Literalmente!

Luego notamos como Chloe se alejaba de los muchachos regañando a Sabrina.

Marinette con un rostro decidido, se levantó y se dirigió a los chicos—otra vez—pero antes de llegar, Adrien le dijo a Nino algo, y se marchó.

—¿Por qué no puedo decir lo que hago?—se lamentó

—aish, “hacer lo que dices”—la corrigió la peli-naranja

(...)

—ehm, Nino ¿Estás seguro de esto?—pregunté jugando con un mechón de mi cabello.

Ya habíamos llegado a la mansión Agreste y me estoy muriendo internamente.

Primero, porque, ¡Que miedo! Y segundo; porque ¡Estaba en la mansión Agreste de Miraculous!

—tranquila, todo saldrá...—hizo un ademán—bien.

Cuando pudimos entrar, el señor Agreste nos miraba con severidad.

—wow...—murmuré para mis adentros.

Era más alto y más atemorizante de lo que mostraban en la serie.

¡Si que debí haberle hecho caso a Lizz!

—hola amig... ¡Digo, “señor”!... Queremos hacerle a Adrien una fiesta y no nos quieres dejar herma... ¡“señor”!

Yo le hice una seña a Nino.

—Buenas tardes, señor Agreste, es un honor poder hablar con usted. Mi nombre es ___, y él es Nino. Verá, Adrien es amigo de Nino, y pues, no lo conozco mucho, es decir me cae bien, es que llegué a París hace unos días y no sé si somos...—empecé a divagar, pero me detuve al ver que la expresión del mayor no cambiaba—...amigos, y—me aclaré la garganta—él quiere tener una fiesta, y nos gustaría que usted nos dejase hacerle una fiesta... En... Su...—mi voz se agudizaba por los nervios y entrecerraba mis ojos—...casa—luego me reí nerviosa.

—es interesante que unos niños vengan a preguntarme algo que claramente no tiene dudas, obviamente no voy a aceptar que ustedes cuestionen mis desiciones. Joven Nino, debería aprender un poco de modales, señorita ___, lamento haberla hecho venir cuando claramente solo fue una pérdida de tiempo. Natalie, escolte a los jóvenes fuera de mi mansión.

—¡Chicos! Si vinieron—saludó Adrien llegando a la mansión.

—si, si vinimos, y ya nos vamos—hablé para que solo él escuchara.

—lo que sea por mi amigo—le sonrió al rubio—por favor—se dirigió nuevamente al mayor—sé amable amigo...¡Digo, “señor”!

—escuche jovencito, yo decido lo que es mejor para mí hijo, por eso acabo de decidir que usted es mala influencia y no es bienvenido en mi hogar, por lo menos, la señorita ___ habló como una persona decente, ¡Váyase, ahora!

Solo le colaboró a los malos sentimientos.

Bueno, sabiendo de quién viene, tiene sentido.

—lamento que hayan venido en vano.

—¡Es que no es justo Adrien! Es duro y anticuado—explotó Nino

—gracias de todos modos—el moreno se fue, Adrien se dirigió a mi—enserio lo siento, mi padre puede llegar a ser muy obstinado—me habló apenado.

—tranquilo Adrien, no es tu culpa—le sonreí de lado, luego suspiré—debería ir a buscar a Nino

—lamento no poder ir, dile a Nino que lo siento. Por cierto, ¡Me encantaron los guantes! Son geniales, gracias—yo le sonreí, Natalie lo llamó—me tengo que ir, nos vemos.

Yo me despedí de él con un ademán y me fui a buscar al moreno.

—¡Nino!—lo llamé sin respuestas

Y ahí lo vi, un akuma negro y morado, corrí a su dirección y vi a Nino.

—¡Nino, ten cuidado!

—no quiero hablar ___. ¿No lo ves?, ¡Los adultos, siempre arruinan todo!

Y entonces el akuma entró en la espada de pompa de jabón.

Luego se convirtió en...

—¡Burbujeo!—exclamé y empecé a correr en otra dirección.

—si, y tú vienes conmigo

—no, no, no, ¡No, no, NO!—Una burbuja me atrapó

Era de un color diferente a las demás, tenía un tono vinotinto y de él colgaba un hilo, del cuál el villano tomó y voló

—no más adultos significa total libertad, ¡Esto es genial! Sin grilletes

Empezó a dejar una fila de burbujas que atrapaban a los mayores.

—estaba aburrida y tenía mi teléfono a un lado, así que puse “Classic” de MKTO y la empecé a tararear en el trayecto a la mansión Agreste.

Como Un Astro (Chat Noir/Adrien Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora