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Solo me dedicó esa mirada, ni siquiera un hola o un buenos días. La verdad es que me sentí completamente devastada después de haber pasado la noche con él.

Pero quién soy yo para juzgarle, es un ídolo y además, tiene cámaras por todos lados... los rumores corren con tan solo miradas. 

Simplemente lo dejé estar, no le di importancia y me subí a la furgoneta.

—¿Estás bien?, te noto algo decaída.— era Namjoon, me había mandado un mensaje.

—Sí, tan solo estoy algo adormilada, en cuanto me tome el café me verás más activa, no te preocupes.— contesté y me miró de reojo con un pulgar hacia arriba y una sonrisa burlona en su cara. 

Me pasé el resto del viaje hablando con Taehyung y Jungkook sobre videojuegos, los demás intentaban descansar un poco más así que pasamos la conversación a un grupo de kakao para no molestarlos. De vez en cuando miraba de reojo a Jimin pero éste mantenía su mirada fija en la pantalla de su móvil, tenía los auriculares puestos y la música tan alta que se el sonido llegaba hasta la parte de atrás de la furgoneta.

Una vez allí, bajé primero con el resto de productores y llevamos todo el material a los camerinos, ellos bajaron poco después seguidos de cientos de cámaras hasta la entrada de la recepción. Todos menos Jimin fueron a la zona de vestuarios y maquillaje, él fue directo al escenario, supongo que quería ver cómo se vería el lugar en el que actuarían hoy.

Fui al escenario pero sobre él no había nadie.

—¿Me estabas buscando?.— era él, estaba detrás, muy cerca de mí... tanto que podía notar el calor de su respiración sobre mi hombro, me di la vuelta.

—Los demás te estarán buscando, tienes que...— antes de poder decir nada me hizo una señal con la mano, me dijo que no hablara así que yo solo le hice caso. Seguidamente, miró en todas direcciones, me agarró por la cintura con una mano, la otra fue directamente a mi mejilla, ya sabía lo que venía después así que cerré los ojos.

Nada.

Volví a abrirlos para encontrarme con su mirada clavada fijamente en mí mientras movía lentamente su pulgar sobre mi mejilla, al percatarse, se alejó y se fue sin decir nada.

Cuando ya estaba a punto de desaparecer de mi vista, de pasar por la puerta que dividía el escenario de los camerinos, se dio la vuelta y echó a correr hacia mí. 

—Debes alejarte de mí antes de que te haga daño.— dijo entre susurros a unos centímetros de mis labios... y entonces, entre toda esa confusión, me besó.

Me acorraló contra la pared y me besó, nunca me habían besado como aquella vez, de una manera tan desesperada, tan llena de deseo y a la vez... tan agridulce. Y no es que sus besos supieran así, sus besos sabían a fuegos artificiales, agridulce porque no sé porqué, pero me temía que aquél beso, sería el último que obtendría de él. 

Así que lo aproveché todo lo que pude, sentí cada segundo de aquél beso, rodeé mis brazos al rededor de su cuello y me puse de puntillas para poder besarle mejor, su cuerpo estaba tan cerca del mío que podía notar como se le aceleraba el pulso, se aferró aún más a mí, pegando su cintura con la mía.

Sabía porqué lo hacía, así que en cuanto noté lo que tenía que notar, paró de inmediato y se fue sin mirar atrás, dejándome sola, preguntándome cuándo sería la próxima vez que tendría la oportunidad de probar sus labios.

 Fueron apenas cuatro segundos, pero os prometo que aquél beso se detuvo en el tiempo.

Park Jimin, no nos conocemos demasiado. 

Pero podría arriesgarlo todo, a que tú, jamás me harías daño.




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⏰ Última actualización: Sep 01, 2020 ⏰

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