𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐒𝐔𝐈𝐓 ; LEE MINHO

ɪx. sᴇ ʜɪᴢᴏ ᴅᴇ ɴᴏᴄʜᴇ

—Eun Hye...—sin dignarse siquiera a mirarla a los ojos, Kim Eun Hye se limitó a señalar el cronómetro encendido en su teléfono que terminaría cuando se cumplieran los quince minutos.

Quince minutos de ley del hielo para remediar un año entero de haber sido ignorada completamente por Park Hee Sook. Parecía razonable.

Luego de ese inesperado reencuentro en la mansión Lee, Hee Sook había intentado hablar con Eun Hye, quien simplemente propuso discutir todo lo que tuvieran que aclarar en una cafetería cerca. El camino en el lujoso auto de Eun Hye fue incómodo y silencioso, solo para que al llegar la chica pusiera ese ridículo cronómetro, advirtiéndole que no le dirigiría la palabra hasta que el tiempo marcado finalizara.

—¿Puedo tomarles su pedido? —preguntó la mesera, llegando a su lugar. Desde su mesa, en la terraza, la brisa veraniega resultaba bastante agradable.

—Para mí, un iced caramel macchiato y una rebanada de pastel de zanahoria acompañado de frutos secos, por favor —ordenó Eun Hye.

—¿Frutos secos? —cuestionó Hee Sook. —Creí que eras alérgica a las almendras.

Desde su lugar, Eun Hye cerró el menú, dirigiéndole una mirada de impaciencia a la mesera mientras formulaba una sonrisa forzada.

—¿Sería tan amable de decirle a mi acompañante que puedo ocuparme de mis alergias por mí misma?

La empleada alzó ligeramente las cejas, mientras Hee Sook soltaba una risita sin alma.

—La señorita Kim dice que...

—Escuché lo que dijo —interrumpió. —¿Puede por favor decirle que lo único que intento hacer es cuidar de ella?

—¿Cuidar de mí? —Eun Hye soltó una carcajada amarga, finalmente dignándose a verla a los ojos. —Claro, eso explica porque ignoraste mis llamadas y mensajes luego de la mudanza.

—¡Necesitaba tiempo!

—Tiempo con esa otra «amiguita» tuya, ¿no?

—«¿Amiguita?»

—No intentes engañarme, vi las fotos en Instagram —Eun Hye se cruzó de brazos, recargándose recto en el respaldo de la silla. —Es linda, de ojos azules y ama el arte, ¿qué más le agregarías a eso, Hee?, ¿es más rica que yo?, ¿se maquilla mejor que yo?, ¿habla mejor inglés que yo?

—Espera ¿hablas de Phoebe? —cuestionó la chica, confundida. —¿Todo esto es por Phoebe? —Eun Hye suspiró pesado, desviando la mirada y resopló. —Obvio que habla mejor inglés que tú, es estadounidense.

—Is istidiunidinsi.

—Pero te aseguro que solo es una amiga —afirmó, encontrando su mano para acariciarla suavemente.

Eun Hye hizo un mohín al tiempo que el cronómetro marcaba por finalizada la ley del hielo.

—Está bien, te perdono —suspiró la chica, suavizando su mandíbula. Hee Sook sonrió, notando hasta ese momento la mirada apenada de la mesera, que parecía no saber en donde esconderse.

—Entonces, ¿con almendras o sin almendras?

—Sin almendras —respondió Hee Sook, Eun Hye rodó los ojos y suspiró.

—A veces eres molesta —murmuró Eun Hye.

—Señorita Kim, creo que su novia solo se preocupa por usted —Hee Sook se atragantó con el sorbo de agua que estaba tomando mientras Eun Hye arqueaba una ceja.

—Ella y yo no somos...—comenzó Hee, pero la contraria no la dejó terminar.

—Está bien, cariño, este restaurante es bastante inclusivo, no tenemos que ocultarnos.