#1🌕

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La fuerte y molesta luz que traspasaba las persianas, le hizó gruñir y tratar de buscar una almohada con la que cubrirse, pues dicho resplandor solo aumentaba su resaca y el persistente dolor de cabeza.

Jamás volvería a beber con esos malditos pozos sin fondo.

Dicho recuerdo hizó a su vez que recordará que su habitación estaba en lo más recóndito de la mansión, por lo tanto, no entraba la luz, como resorte se sentó, siendo un terrible acto pues todo le dio vueltas y casi vomitó.

-Malditos hijos de puta, si solo conociera sus caras -refunfuño malhumorado, sobando el lateral izquierdo de su cabeza-

Yami Sukehiro, después de insultar una vez más, se digno a ver en que lugar se encontraba, era habitación, obviamente, con decoración simple pero que le dio a conocer su paradero.

Estaba en la mansión de Julius Novachrono, lugar donde se dio acabó la reunión mensual de la Organización que éste dirigía o más vulgarmente dicho, por él, la reunión de los mafiosos que él alegre e "inocente" hombre gobernaba.

Bufo y se puso de pie, abriendo ligeramente sus ojos sorprendidos cuando la sabana rodo por su cintura.

-¿... Que mierda? -mascullo en voz baja-

Su vientre estaba manchado de semen y sangre, desconcertado dirigió su mirada por toda la habitación, todo estaba revuelto y olía a sudor, sexo y sangre, pero también aún sutil aroma a ¿tierra húmeda? ¿madera?, no, era más como un inmenso bosque, que definitivamente pertenecía a un Omega pues los Alphas no solían oler tan delicadamente.

Ni deliciosamente.

¿Que había pasado anoche?

Cerrando los ojos, y aún desnudo en medio de la habitación, intento hacer memoria.

Flashback - Recuerdo.

La mesa era larga, y en dicho lugar a la cabeza estaba un rubio de sincera sonrisa que los miraba maravillados.

Pues aún seguían con vida.

-Bien, chicos, reporte -pidió Julius aún con su sonrisa, quien en el bajó mundo era conocido como "Rey Mago" -

Y no, no era por su gracia, alegría o por algún truco que este hubiera hecho, era porque si interferías en sus planes desaparecías como por ante de magia, sin dejar rastro alguno

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Y no, no era por su gracia, alegría o por algún truco que este hubiera hecho, era porque si interferías en sus planes desaparecías como por ante de magia, sin dejar rastro alguno.

-Aquí, distrito rojo, Rosas Azules -habló sería una mujer Alpha de hermosos ojos azules y nada más, pues el resto, debido a su casco, no era expuesto- todo en orden Julius-sama, el burdel sigue en su mejor momento, esta en el ranking número uno en cuanto a entretenimiento adulto -informó, entregando una pequeña carpeta-

Él rubio asintió sin borrar su expresión, pasando su mirada por cada uno de los presentes, quienes tenían su rostro cubierto por diferentes máscaras y aún así asintieron satisfechos por lo dicho por la mujer.

¿Metí La Pata? -(Yami/William)-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora