Echó su cabeza hacia atrás, sonriendo con satisfacción por el excelente trabajo que estaba ejerciendo aquella joven en su entrepierna, simplemente era maravilloso para el rey tener a una hermosa chica chupándole la polla.Una de sus manos acarició el sedoso y largo cabello de la joven, mientras comenzaba a mover sus caderas, generando leves embestidas dentro de la húmeda boca que lo hacía tocar el mismísimo cielo.
Tenía tantas ganas de joderla ahí mismo, pero al parecer su maldito itinerario y el llamado de sus guardias, serían impedimento para terminar de saciar sus deseos carnales.
— Señor, disculpe que interrumpa su sueño, pero sus súbditos esperan por usted. Traen consigo presentes para honrar el día de su glorioso nacimiento, majestad -escuchó una voz detrás de las puertas de su alcoba y suspiró, suspiró sabiendo que tendría que cumplir con sus deberes, atendiendo a todas y cada una de las personas que vendrían a visitarle en el día más importante para su pueblo: Su cumpleaños-
— Iré en un momento, hagan pasar a los primeros aldeanos -ordenó sereno, sin dejar que la chica se separase de su entrepierna; por lo menos se daría el gusto de llenarle la boca con su esencia-
— Como ordene, mi rey
En el momento en que los pasos apresurados de sus soldados dejaron de escucharse, se dió la oportunidad de descargar toda su frustración contra la pobre chica que ahora lloraba por las fuertes embestidas que eran ejercidas dentro de su garganta, consiguiendo que el placer se esfumara y diera paso a una tortuosa agonía en donde el aire comenzaba a faltarle.
Pasados unos minutos, el interior de su tráquea se contrajo al recibir la explosión de un líquido espeso, el cual tragó sin realmente querer hacerlo. Cuando fue liberada del intenso agarre en su cabello, su cuerpo le falló y cayó al suelo comenzando a toser de una manera anormal.
— Vístete, cariño, al parecer seguirás siendo virgen... -habló con indiferencia, mientras se dedicaba a acomodar su pulcra vestimenta, sin importar que frente a él alguien estuviese agonizando- Por lo menos hasta el anochecer
Estando seguro de que se veía presentable, abandonó sus aposentos, caminando relajadamente a través de los interminables pasillos de su adorado palacio. En cierto punto de su corto trayecto, un grupo de guardias le seguía, asegurándose de protegerlo en el momento en que llegó frente al salón Geunjeongjeon*, dónde se encontraba el sagrado trono del rey.
Sin decir una sola palabra, tomó asiento en su respectivo lugar y al instante fue recibido con una reverencia llena de respeto, por parte del pequeño grupo que estaba a su espera.
— Si me permite, majestad, sería un honor poder presentarnos ante usted -como respuesta a su petición, recibió un asentimiento y una señal de que podía proseguir- Somos el grupo de jóvenes bailarines que ha estado estudiando en la academia de danza que inauguró hace algunas semanas, señor, y en muestra de gratitud, con el deseo de entregarle un digno regalo, queremos ofrecerle un espectáculo de danza tradicional
— Me encantaría presenciar el avance que han tenido en tan poco tiempo, espero estén aprovechando sus clases
-expresó, sonriendo levemente ante la música que emitían los instrumentos que los acompañaban, era una majestuosa sinfonía combinada con una asombrosa coreografía-La coordinación y la limpieza con la que bailaban era sorprendente, llegando a atraer la atención de todos en el salón y la admiración del mismísimo rey, quien disfrutaba cada movimiento o mirada discreta dirigida hacia su persona.
Logró hacer contacto visual con uno de los chicos; cabello grisáceo, hermosos ojos color avellana y unas excelentes caderas que se movían al ritmo de la música, tan sensual e irresistible. Probablemente lo mandaría llamar una vez terminada su presentación.
Pero, su atención fue robada por la presencia de uno de sus soldados, quien era extrañamente acompañado por un guerrero japonés. El samurái* vestía una armadura que solo era portada por los soldados elite, quienes estaban en la guardia real.
Este noble guerrero le hizo entrega de una hoja enrollada y marcada por una especie de cera roja.
Esa marca era el sello del emperador de Japón.
Geunjeongjeon: El Salón Geunjeongjeon fue el edificio más importante de todo el palacio, pues sirvió como Salón del Trono para todos los monarcas de la dinastía Joseon.
Samurái: Se utiliza para designar una gran variedad de guerreros del antiguo Japón, aunque su verdadero significado es el de una élite militar que gobernó el país durante cientos de años.
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Primer capítulo, bebés, algo aburridon, pero necesario uwu
Espero les guste el resultado, realmente me estaba debatiendo en como hacer un ambiente algo grotesco, pero no tan feito.
Bueno, no tengo mucho que decir, solo que les amu mucho, muchote ❤️
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«Dolswae» [YoonJin]
Fanfiction• ᴅ ᴏ ʟ ꜱ ᴡ ᴀ ᴇ: era un nombre usado para llamar a un sirviente que trabajaba en la casa de una familia noble. Las invasiones japonesas a la antigua Corea se veían cada día más amenazantes y en un intento desesperado por tomar el control de la sit...