El Asfalto Brillando Perlas

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Los ojos color esmeralda del rubio te miraban de manera confusa pero penetrantes mientras se sostenía la barbilla confundido.
--Ah, perdón, ha habido muchos secuestros de chicas últimamente, pensé que...--

--Si, lo sé y te agradezco mucho la intención en serio, pero ese no era el caso-- Volteaste hacia atrás para ver como la figura de Narancia se hacía cada vez más pequeña mientras caminaba, luego volviste a ver al rubio.
--Gracias, ¡en serio! eeeeh...
--Giorno.
--Si, ¡Giorno!, ¡Te debo una, tu escojes que!

Le gritaste al chico mientras saliste corriendo a por Narancia, ustedes dos no eran nada, bueno si, pero no, pero.. El caso es que cualquier duda que tu mente tenía había sido disipada por la mirada de decepción que al parecer el azabache tenía.

No te cabía en la cabeza como semejante bola risueña de ternura podía haberse convertido en una fiera agresiva en 3 segundos.

Era tan sexy.

Woah, Woah, calma, el es menor que tu y ESTÁ HUYENDO DE TI ¿COMO JODIDOS PODÍA CAMINAR TAN RÁPIDO? No le seguías el paso ni corriendo...

--¡Narancia!

Tampoco te escuchaba, para tu suerte había comenzado a llover, por lo que ahora se escucharía menos.

Te sentías tan pendeja corriendo detrás de un chico que iba caminando y gritando su nombre, sentías como hasta tus mocasines se resbalaban de vez en cuando por el pavimento y como la ropa estaba ligeramente más pesada por el agua, lo viste parar cerca de una cafetería y fue cuando agradeciste a cualquier Dios en existencia de que al fin pudieras alcanzarlo.

Dejaste de correr y caminaste un poco lento hacia el, estabas sin aire pero te las arreglaste para normalizar tu respiración mientras tu mente formulaba las mil cosas que ibas a a decirle, las respuestas que posiblemente el te daría y que decir por si no funcionaban, caminaste más lento al ver que estaba hablando con muchacho.

Estaba con alguien.

Estabas más nerviosa ahora, sentías como tu corazón latía con fuerza, mientras dabas pasos temblorosos pero decididos, era como si te fuese a explotar del pecho y un ligero dolor en el estómago, se te revolvía de pensar que decir.

Viste como el chico albino volteó a verte y agitó el brazo de Narancia para avisarle de tu presencia.

Su mojado cabello se encontraba liso frente a su cara mientras estaba agachado recargado a la pared, pequeñas gotas estilaban del cabello y músculos del azabache, giro su cabeza hacia a tí para verte y aunque eran difíciles de ver entre sus mechones de cabello por la lluvia y porque se encontraba recargado, notaste como sus brillantes ojos púrpura no tenían su brillo normal, entusiasta y alegre, si no que ahora brillaban debido a las lágrimas que emanaban de ellos.

Acercaste tu mano lentamente para acariciarle la mejilla, el se movió un poco para no recibir esa pequeña caricia pero después lo viste como volvió hacia tu mano.

--Narancia...

Su amigo te miraba como si deseara matarte en ese mismo instante pero decidiste ignorar esa mirada para ver los ojos de la persona que tu considerabas no debería sufrir nunca.

--¿Por qué no me dijiste que tenías novio?

Preguntó directamente, era lo más frío que lo habías escuchado hablar.

--Porque no tengo, se hizo pasar por mi novio, no conozco al muchacho, tropezó conmigo 6 me ayudó a levantarme, después creyó que ibas a secuestrarme o algo así y por eso hizo lo que hizo, lo siento--

Tropezaste un poco con tus palabras apenas podías pronunciarlas, en realidad tenías ensayado todo perfectamente y justo en cuanto más lo necesitabas, se te olvidó como decirlo, después de todo siempre se te ha hecho más fácil entender y escuchar italiano que hablar italiano.

Intersección. {Narancia X Reader} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora