Naranja=Gris

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Todo se sentía muy pesado.

Narancia caminó algo desganado hasta la mesa en donde ____ se encontraba después de su junta con Bucciaratti, la miró como solamente miraba la taza probablemente pensando miles de cosas, había días en los que hablabas mucho sobre cosas que te habían pasado o cosas emocionantes que el había dejado pasar de largo, el como no solo ver, si no observar el camino.

Eso había abierto los ojos de Narancia a un nuevo y más hermoso mundo, la sonrisa que el chico normalmente usaba no significaba que era feliz siempre, solo que quería hacer a los demás sonreír, siempre buscaba distraerse de los recuerdos.

La cárcel
Los tiempos en la calle
La pérdida de su madre

Y cuando todo eso abrumaba al chico azabache cuya sonrisa aveces podría iluminar el mundo todo se veía tan gris alrededor, su mundo era gris y la única luz que veía fuera de sí mismo y de su propia aveces inquebrantable positividad y convicción, esa luz tan brillante y caliente que hacía que Narancia recordará sólo los buenos momentos con su madre, esa luz que sacaba lo mejor de él y su mejor sonrisa eran Bruno Bucciaratti y Panacotta Fugo, sus dos lámparas que le habían regresado la emoción y el brillo en sus ojos.

Si, esa infancia que el nunca vivió, siempre tuvo que cubrir su propia espalda, preocuparse por que comería, donde dormiría, quien lo traicionaria, sin embargo, al conocerlos a ambos para el todo cambió, pudo, por fin ser el.

Si, no es que el sea infantil, es que el era el alivio de sus compañeros, la sonrisa y alegría de todos y ellos, ellos eran su hogar, su familia, su lámpara.

El día en el que el decidió que se esforzaría en ser más que solo tu amigo fue el mismo día en el que se había decidido a no volverte a hablar jamás, no era que en verdad lo quisiera, tener una amiga le emocionaba, en especial una tan interesante, aun si aveces no te entendía porque te perdias hablando tu idioma el lograba conectar todo y entenderte, también, Narancia estaba seguro de que aveces no lo entendías y aún así tenías una sonrisa tan grande escuchando atentamente lo que el azabache decía.

Adoraba esas pequeñas conversaciones en cada cruce cuando sus caminos derepente se juntaban.

Pero eso día se había decidido a dejar esa amistad por la seguridad de su amiga, las palabras de Fugo resonaban fuerte en su cabeza:

"¿Qué pasaría si descubre que eres un criminal?, ¿Qué pasaría si por alguna razón le hacen daño para fastidiar a Bucciaratti?, No puedes simplemente mentirle todo el tiempo."

Y eso era cierto y ahí estaba, sentado en la banca de un parque esperando a que ____ apareciera, con la cabeza agachada viendo hacia sus pies comenzando a jugar con su navaja.

--Eso es una linda Navaja, solía tener una fascinación con ellas, bueno todavía, pero al parecer es ilegal viajar con cuchillos hacia otro país.

Narancia se pusó tenso al sentir tu mano sobre su hombro, sentándote al lado de él bastante cerca, volteo a verte y él juraba que te habías acomodado el cabello detrás de la oreja y parpadeaste para verlo a los ojos casi en cámara lenta, el se sonrojó y miró hacia el frente para agarrar valor y hablarte, no tenía el valor para decírtelo a la cara.

--Ehhh...

Joder, empezamos mal.

--Ehhh?? Nara, ¿Estás bien?

--Si, yo solo... -- Lo había ensayado y aún así no encontraba las palabras, respiró hondo y apretó sus manos sobre sus rodillas con fuerza.

--Escucha, ___ Últimamente han pasado algunas cosas y.. Bueno, creo que ya no podré encontrarme contigo, así que tal vez ya no podamos ser amigos o vernos.

Intersección. {Narancia X Reader} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora