Pocas Palabras.

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--¿Qué somos?

Parpadeaste tras esa pregunta, tu tampoco lo sabias y responder "Amigos" sería algo que ni tú querías escuchar, pero tener una relación con un chico de 16 años tampoco era algo que querías por obvias razones.

--¿Qué?

--Qué si qué somos.

Preguntó de manera pausada esta vez.

Narancia estaba nervioso dentro de sí, pero estaba harto de no poder ser directo respecto a sus sentimientos tu le gustabas, no estaba seguro de sí eso era amor o si debería sentir amor pero quería estar a tu lado y quizá simplemente por un momento nunca pensó que podrías estar con alguien más hasta que apareció el rubio.

Solo quedaría tu respuesta.

--No lo sé, ¿Tu qué crees?. -- Respondiste intentando no arruinar la situación, Narancia solo estaba 2 años por debajo de ti pero se sentía algo raro para tí, de que te gustaba obviamente lo hacía pero ¿No era mucho tal vez demasiado rápido esto?, Además había ciertas cosas peligrosas en los que podría entrometerse sin saberlo y no querías eso para el.
--......
--Creo que al menos por lo que va de nuestra amistad me merezco una respuesta clara aunque sea un no, ___ ¿No lo crees?.

--Narancia... No te enojes solo.. Me gustas, me agradas, mucho, eres un buen amigo y...

Sentiste como estaba volviendo a llover poco a poco pero cada segundo más fuerte, para hacer las cosas un poco más rápidas y por culpa del tono enfurecido del azabache que aún te sostenía entre sus musculosos brazos, le acariciaste la mejilla con cariño y en tu mayor acto de ignorar cualquier cosa que te dijera que era una terrible decidiste hacerle caso a tu corazón y darle un pequeño beso en los labios.

Narancia correspondió el beso algo sorprendido, creyó en el momento en el que habías comenzado a dudar lo negarías empujarías, pero el no quería terminar ese momento por lo que te tomó con más fuerza de la cintura rodeandola con sus brazos para acercarte más a el pegandote a su cuerpo, te sentías tan pequeña con Narancia, como si te protegiera de mil cosas, como si fueras una simple adolescente normal.

Y te gustaba sentir eso, te gustaba pensar en solamente ser una chica enamorada y ya, quizá estarlo te distraeria de todas las cosas que te abrumaban, simplemente te sentías protegida de todo.

Narancia se separó de tus labios por unos momentos, tus ojos decían todo intentando pidiéndolos de nuevo, haciendo un pequeño pucherito con los labios pero el chico solamente te vió algo serio.

--"Ah... Eso fue un... ¿Si?"

Tu te reíste ante su pregunta de obvia respuesta al momento en que la lluvia había vuelto a dejarse con fuerza, abriste la puerta de tu casa y tomaste la mano de narancia para jalarlo dentro y cerrar la puerta detrás tuyo.
--"¿No te molesta quedarte hasta que se calme la lluvia, verdad?, porque no hay manera en la que te deje caminar con tremenda tormenta."

--"N-no" -- pronunció narancia con su cara todavia sonrojada mientras se rascaba la nuca viendo hacia el piso, en verdad se veía adorable. --"¿Pero que hay de tus padres? O quien sea con quien vivas."

-"vivo sola"- dijiste en seco mientras caminabas hacia una habitacion de la pequeña casa, ya que estabas algo lejos alsaste la voz para que Narancia te escuchara mientras abrias uno de los cajones del closet de esa habitación. - "papá dice que es mas seguro de esta manera, tengo unos... Primos que viven aquí y vienen de vez en cuando a ver como estoy, aveces se quedan por varios dias o semanas así que dejan ropa aquí."-

Caminaste con la ropa que habias sacado del cajon para ir hacia la sala donde estaba narancia, habías tomado una toalla contigo tambien y se la tiraste a la cara cubriendolo.

Intersección. {Narancia X Reader} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora