Prólogo

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Solté un leve suspiro mientras me incorporaba en la incómoda silla de plástico del comedor, el silencio inundaba la sala y mi cabeza no podía estar más centrada en mis estudios de lengua. Di un leve golpe en la mesa, dejando mi bolígrafo frustrada e indignada, dirigiéndome a la cocina a por un vaso de agua y un Paracetamol para el dolor de cabeza.

— Que asco...

Bajé mi cabeza para mirar mi reloj, las 4:23 de la mañana. Iba a llegar tarde al concierto.

— Joder, joder, joder, ¡joder!— solté enfurruñada.

Estaba a punto de no llegar al concierto en la hora que me había propuesto, para poder comprar todo el merch antes de que miles de fans me pisotearan en la cola.

Musité unas cuantas malas palabras antes de dejar todo en el lavaplatos de forma acelerada, dando rápidas zancadas hacia la habitación. Abrí de un golpe el armario y saqué todo el maquillaje que tenía para tapar esas ojeras que indicaban mi noche en vela por culpa de los estudios voluntarios.

Un rato después terminé de arreglar mi rostro con maquillaje, alcé mi mirada y agarré el fijador. No quería que después de más de seis horas de fila se me corriera el maquillaje por el sudor.

Empecé a preparar las cosas que me llevaría en una mochila transparente y una bolsa para el concierto; cuatro botellas de agua, la esencial A.R.M.Y bomb, comida para ir picando, dinero, una chaqueta fina, máscara de pestañas waterproof, gomas para el pelo, diadema de BT21 y unas cuantas cosas más.

Revisé la hora en mi celular para luego soltar un suspiro, debía vestirme, los calcetines amarillo chillón que llevaba se veían demasiado con mis zapatos y no quedaban bien con nada, solo los usaba para ir por casa. Me levanté de la silla de un salto para abrir el armario y escoger la ropa, percatándome de que ya me la había preparado ayer. Retrocedí unos pasos y agarré la ropa que estaba encima de mi escritorio, el cual tenía apuntes y bolígrafos tirados por encima. Revisé si faltaba algo y estonces me empecé a cambiar.

El cansancio era mi peor enemigo, estaba haciendo fila delante del estadio, ya había comprado las cosas "necesarias" para mi supervivencia de fanática y mis manos se empezaban a poner moradas por el frío. Me giré a por los guantes que mi madre me regaló para la navidad del año pasado, haciendo que me quejara de dolor por el movimiento de mis dedos. Era realmente doloroso, parecía que mi mano se hubiera dormido, pero no, estaba atontada por el éste. Conseguí los guantes y me los puse con rapidez, me coloqué los auriculares y los enchufé al móvil.

La fila avanzaba, estaba entre las primeras, me gustaría haber sido justo la primera, pero no, no ha sido posible por mi culpa. Estaba a punto de entrar, ya se oían los murmullos de la gente dentro del estadio y pronto, yo estaría ahí haciendo lo mismo.

Ya estaba dentro, solo faltaban unos minutos justos para que empezara, estaba realmente cómoda en mi silla ya que me compré la entrada VIP. Estuve ahorrando mucho tiempo para esto y valió la pena. Mi madre siempre me decía;

— Elan, debes ahorrar para irte de vacaciones, no de concierto.

Pero como ya se sabe, ningún hijo hace caso a su madre. Algunos se arrepienten de eso porque toman malas decisiones, pero yo, no.

De pronto oí como los gritos de las fans aumentaban y la música empezaba a sonar. Claramente, yo no iba a ser la excepción, también empecé a gritar. Unas siete figuras masculinas se hicieron presentes y la hermosa melodía de sus voces resonaba por los potentes altavoces. Ese fue el momento en el que lo vi a él por primera vez en persona. Mi corazón se aceleró, y mi respiración se agitó. Me notaba excitada por la euforia en ese momento, el chico que me tenía como idiota ahí estaba, a unos cuantos metros de mí, cantando con pasión. Ese hombre era Kim Taehyung.

DESTINO - Kim Taehyung; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora