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A los héroes de Karmaland se les es asignado un color por Merlon cuando apenas son unos niños, éste decidirá los grupos en los que deben asociarse, una decisión difícil. El hombre decidió que el de Rubius sería café, y Vegetta morado.

Dos colores opuestos, uno es neutro, pero cálido y acogedor; el otro es frío, pero hipnotizante y raro.

...

El día de ir a su primera misión todos juntos llegó, y ahí estaba; un chico pálido, con cabello blanco y raíces castañas, alto y de ojos verdes; pero sobre todo, unas orejas de oso y unos colmillos afilados. Era-

-Rubius, ratón, corre que ya nos vamos- Fargan, otro híbrido del pueblo gritaba desde el cartel de bienvenida a Karmaland, agitando su mano para que el oso lo viera desde su lugar. El mencionado sonrió al escuchar su nombre, levantando sus orejas de alegría y apresurando el paso hacia sus amigos.

Vegetta quedó ensimismado al verlo, pues parecía tan frágil y delgado, que de repente entró en él un miedo que pocas veces llegaba: de que le pasara algo. 

Pero también le generó una calidez en el pecho que lo hacía sonrojarse y quedarse paralizado en su lugar.

-¿Vegetta? ¿Estás bien?- Luzu tocó el hombro del chico para llamar su atención, llevaba al menos un minuto entero viendo a quien salió corriendo hace ya un rato, el azabache agitó su cabeza para salir del trance en el que lo habían dejado.

-Luzu ¿tú conoces a ese?- Señaló a lo lejos al híbrido que cada vez se hacía más pequeño por la distancia, esa pregunta tomó desprevenido al castaño.

-¿Eh? Pues, no mucho, solo sé que se llama Rubius, pero es de los cálidos y no suelo ir a esa zona del pueblo ¿por qué?- Vege no tuvo palabras para responder, no sabía cómo explicar que al verlo, su corazón latió más rápido de lo habitual y su panorama se tiñó de un hermoso color magenta.

Decidió no responder y solo apreciar desde lo lejos al joven de ojos esmeralda que corría hacia la misión ilusionado.

...

Al regresar, todos estaban un poco lastimados y muy cansados. Se habían ganado nuevas cicatrices ese día que, para algunos, era un reconocimiento de su valor como héroes (aunque para otros solo eran marcas con las que tendrían que vivir el resto de sus vidas)

El ojimorado iba de camino a su casa después de la celebración que hubo por su victoria, cuando vio a Mangel hablando con dos chicos que a simple vista no pudo divisar, pues estaban cubiertos por la maleza del bosque, pero cuando se despidió de ambos, vio claramente que eran Rubius y otro chico pelirrojo al que no supo identificar.

Abrió su boca en forma de "o" y apenas se alejaron un poco, salió corriendo hacia el chico de lentes que estaba por marcharse también. Él es de los fríos, un índigo, por lo cual era raro verlo hablar con un café y un naranja.

-¡Mangel, espera!- El mencionado se agitó un poco al escuchar el grito, pero se calmó rápidamente cuando reconoció el agudo tono de Vegetta a lo lejos acercarse, esperando en su lugar como le había pedido -Mangel ¿tú hablas con los cálidos?- Al escuchar eso, intentó irse como antes lo había planeado o cambiar el tema de conversación, pues si bien no estaba prohibido hablar entre grupos, tampoco estaba bien visto por los aldeanos más conservadores.

-No le digas a nadie, por favor. Es solo que Rubius es mi mejor amigo y Lolo es...- Sus mejillas se tornaron de un intenso color rojo, haciéndolo ocultar su rostro entre sus manos -yo no elijo a quién amar, y estar con ellos es-

-Mangel...- Interrumpió su excusa posando una mano sobre el hombro ajeno, entregando una sonrisa que pocos habían visto venir de aquel joven perfeccionista, quien no solía salir de su isla flotante ni hacer amigos cercanos -no pienso decirle a nadie, porque conozco ese sentimiento- Sacó de su bolsillo, una foto que tal vez su madre había tomado hace ya muchos años, cuando apenas tenía tal vez ocho años, estaba cubierto de lodo y llevaba curitas por los brazos, estaba acompañado de otro niño castaño en las mismas circunstancias.

Eran él y Rubius sonriendo a la cámara.


[ℍ𝕠𝕥 𝕟 ℂ𝕠𝕝𝕕] ℝ𝕦𝕓𝕖𝕘𝕖𝕥𝕥𝕒 𝔸𝕌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora