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A paso lento, entró a la habitación, mirando a su pareja en la cama.

Sonrió un poco, sentándose al costado de aquella camilla dónde reposaba su esposo.

— Perú, cariño... ¿Por qué no me lo dijiste? — murmuró ladeando un poco la cabeza, más aquel peruano se dió la vuelta, dándole la espalda a Rusia. — Cariño...

Su voz se notaba quebrada, su cuerpo temblaba por aquello, era demasiado para ellos.

Perú parecía ignorar al ruso, intentando evitar mirarlo.

— ¿Por qué? — su vista se nublo, aún sonriendo se levantó y colocó una mano en su hombro, aprisionando aquella — Cariño... ¿Por qué?...

El de hebras castañas solo negó, derramando sus lágrimas, queriendo estar callado, más los hipidos no lo dejaban.

— Perdón... — murmuró él más bajo, mordiéndose el labio — Perdón, perdón...

Rusia solo rió, está vez lo abrazó, besando la mejilla de su pareja, queriendo curar al menos su llanto.

¿Cómo podía soportar aquello? ¿Cómo podría ayudar ahora a su esposo?.

¿Por qué de la nada lo que amaba se estaba esfumando?.

— Cariño, cariño mío... Vamos a lograr salir juntos de esto...

A veces es lindo escuchar aquellas mentiras.

𝐌𝐢𝐧𝐮𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐕𝐢𝐝𝐚 [ ℛ𝓊𝓈𝓅ℯ𝓇 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora