17 Años - Maratón pt. 2
Me encerré en mi cuarto y no salí de allí hasta que Lucía tocó mi puerta para decirme que la abuela había llegado. Demoré en bajar porque cepillé mi cabello, la abuela siempre me decía que parecía un nido de pájaros.
Abajo todos conversaban alrededor de la chimenea, habíamos dejado las luces de navidad puestas e iluminaban la estancia de modo que se viera mágica. Ignoré olímpicamente a Julio y me senté al lado de la abuela. Le di un abrazo enorme y me comí las galletas que me trajo.
A la hora de almuerzo llegó Emma, venía con una maleta ya que se quedaría todo el fin de semana, Lucía no paraba de sonreír y de abrazarla. El día transcurrió tranquilo desde que los compañeros de Julio se marcharon.
Por la tarde aparecieron los abuelos de Julio y con eso las visitas estaban completas, sólo faltaba la cena que tenían preparada para la noche y al fin acabaría la tregua. Las ganas que tenía de gritarle a Julio eran incontrolables.
Fui lo más educada posible con todos, evitando dirigirle la palabra a Julio. La abuela se dio cuenta y me preguntó el por qué estaba así.
—Porque es un idiota —le contesté.
—No deberían estar enojados, en especial hoy —quise decirle el verdadero motivo de mi enojo a la abuela, pero si se lo revelaba seguro le daba un infarto—. Él se disculpara, tenlo por hecho. No resiste más de dos horas sin escuchar tu voz.
Quise saber que tan cursi sonaba eso, pero era verdad. Julio siempre se disculpaba antes de que yo lo hiciera.
—Está bien, ahí veré si lo perdono —sin embargo, no lo hizo.
Nos llamaron para cenar y ojos mieles no me había hablado, ni siquiera me miró o se acercó. Como cuando éramos niños y nos ignorábamos el uno al otro. Pero si él creía que caería en su trampa, estaba equivocado. Conocía su plan, hacerme sentir tan culpable que yo correría hasta sus brazos para pedirle perdón, lo que él no sabía era que yo no me humillaría.
Mamá nos había comprado unos vestidos para la cena, considerando que hacía un frío de los mil demonios, no me pareció apropiado. Más tuve que usarlo o de lo contrario me dejarían sin cenar. Era un vestido violeta, con un tul gigante y esponjoso y un leve escote en la espalda. Era la réplica exacta del vestido que usé la primera vez que vi a Julio, nada raro si me pongo a pensar que mamá quiere tanto o incluso más a Julio que a mí. Lo más probable es que quiera recordar esa noche en que llegaron a nuestras vidas.
La mesa del comedor estaba esplendida, un pastel de chocolate con crema de tres pisos decoraba el centro de ésta, había platos con pollo asado, papas doradas, langosta hervida, pato a la naranja y caldo de crema de verduras.
Cuando entré al comedor mis sospechas se hicieron ciertas, Leticia y Gabriella estaban vestidas igual que yo, aunque sus vestidos eran menos llamativos que el mío.
—Isabela, cariño, te ves preciosa —exclamó la abuela cuando me vio.
Los abuelos de Julio me dijeron algo similar, no hice ningún comentario al respecto, odiaba este vestido tanto como la conversación que tuvimos Julio y yo en el desayuno.
Cuando estábamos por sentarnos, Julio bajó. Quedé sin aliento al verlo, vestía un traje negro y un gracioso corbatín en el cuello de la camisa. Parecía tonta mirándolo.
—Parece que el traje te quedó bien, Julio. Isabela no deja de mirarte —dijo mi madre.
Reaccioné de inmediato y aparté la vista. Podía sentir la intensa mirada de Julio sobre mí, el vestido hacía su parte también con lo horroroso que debía parecer.
![](https://img.wattpad.com/cover/230078336-288-k608039.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Toda la Vida - Isulio
Fiksi PenggemarLa familia Souza es adinerada, viven con lujos y no carecen de nada. Su segunda hija, Isabela, se siente menospreciada a pesar de todo aquello. Su hermana mayor es lista, y la menor es sociable y cariñosa. Mientras que Isabela es indecisa, pésima en...