Capítulo dedicado a: biaxstories historybinuel souzanovels _andrea23
OooOooOooO
Julio estaba a mi lado, sentados en las sillas de la sala de espera. Andy se paseaba de un lado a otro, muy nerviosa, mucho más que Pedro, su padre, quien estaba al borde del colapso en ese preciso momento mientras Emma estaba en trabajo de parto de su segundo hijo.
—¿Y si tiene problemas? ¿Y si el bebé no puede salir? —reprimí mi risa para no ponerlo más nervioso, pero le dije con tono tranquilizador.
—Pedro, estuviste tal cual cuando nació Andy, si Emma lo pudo hacer una vez, lo hará dos veces —revolvió su cabello, con la incertidumbre en el rostro.
A veces me preguntaba de qué forma hubiese reaccionado Julio de yo poder tener hijos. Me imaginaba que estaría peor que Pedro, respirando junto conmigo y gritando de las contracciones, cuando la del dolor sería yo.
Andy finalmente se sentó en la silla frente a mí, se veía ansiosa y emocionada, pero había algo más, una cosa que la molestaba y que no pasaba desapercibida ante mis ojos. De pronto, irrumpió en la habitación Jorge, venía solo, sin su familia.
—¿Ya nació? —pregunto.
Todos negamos con la cabeza y él suspiró aliviado. Al parecer, había hecho una carrera desde el estacionamiento al hospital. O tal vez desde su casa, lucía demasiado agotado.
—¿Hace cuánto que entró? —preguntó otra vez.
—Cuatro horas —contestó Julio.
Jorge se sentó a mi otro lado y apoyó su cabeza en mi hombro, para ser un adulto, seguía creyéndose un niño pequeño de cabellos rubios como Peter Pan, y eso en parte era mi culpa, lo había consentido demasiado cuando se unió a la familia que algunas costumbres nunca se iban.
Y me alegraba que no lo hicieran, porque mi favorita era la que Julio estaba haciendo en esos momentos, acariciaba mi mano y mis dedos con la suya. Ya no lo hacía para disculparse, con el tiempo el significado de ese gesto había cambiado, ahora lo hacia cuando estaba a gusto con la situación.
—Familia de Emma Peña —llamó de repente una enfermera.
Julio hizo una mueca que pasó desapercibida para los demás, menos para mí, conocía muy bien ese gesto. Le molestaba el hecho de que Pedro fuera el que se acercara cuando llamaron a la familia, no soportaba la idea de que ahora compartiera su amor con otro hombre. Seguía siendo un padre protector. Luego de que Pedro se pusiera de pie todos nos imitamos su acción y Pedro empalideció de inmediato, esperando malas noticias.
Nos acercamos a la enfermera y ella nos sonrió a todos, nos calmamos y sonreímos también, menos Pedro, que seguía encerrado en el mundo de las tragedias. Emma era una chica muy optimista, divertida y hacia locuras cada cinco minutos sin medir riesgos.
Pedro era todo lo contrario, y a veces Julio se preguntaba que cómo es que su pequeña se casó con alguien como él. Le hacia callar enseguida, porque nosotros éramos prácticamente iguales, con otras características, pero tan opuestos como Emma y Pedro. Suponía que por eso también se ponía celoso Julio.
—Es una niña y muy saludable, pueden pasar a verlas en diez minutos, pero entren de a pocos —nos informó la enfermera.
Entró otra vez a la sala de parto y todos nos quedamos más aliviados. Los primeros en pasar a ver a Emma y a mi nueva nieta, serían Julio y Pedro por razones obvias. Yo me quedaría con Andy y Jorge esperando nuestro turno. Julio entró feliz a la sala para al fin poder ver a "la razón de su existir", mientras que Pedro lo hizo temeroso, pero decidido.
—Iré a la cafetería por unos caramelos, ¿quieren algo? —inquirió Jorge. Andy y yo negamos con la cabeza y él se encogió de hombros—. Bueno, regreso en unos minutos, cualquier cosa, me llamas al celular, mamá.
Bajó por el ascensor y nos dejó a solas. Andy ya estaba mucho más relajada, pero seguía habiendo algo que la incomodaba.
—Andy, ¿qué sucede? —con sólo una mirada bastó para saber lo que le sucedía—. ¿A qué le tienes miedo?
—A que mis padres se olviden de mí —sí, tenía razón.
Sonreí como nunca, porque conocía demasiado bien ese sentimiento de sentirse invadida por alguien nuevo y que venía a cambiar todo tu mundo. También esa inferioridad, ese pensamiento de no ser querida por los demás. Todo eso me recordaba a algo.
—Andy, cuando adoptamos a tu tío Jorge, hubieron ciertas diferencias, pero...
—Abuela, no es lo mismo, porque mamá tenía casi dos años y no recuerda nada. Yo tengo doce, y esa... niña... se robará todo el cariño de mis padres.
Sé que debía decirle que no pensara eso de su hermanita, que la terminaría adorando, pero me limite a sonreír como antes.
—Andy cariño, te contaré una historia. Tal vez, las circunstancias no son las mismas, pero si los problemas. Había un chico mucho mejor que una chica castaña, y ella estaba insegura porque creía que todos lo querían más a él que a ella.
Andy me miró y luego a mi cabello, después dirigió su mirada a la puerta que daba a la habitación donde descansaba su madre y supe que había adivinado de quién se trataba esta historia.
Me lo preguntó con la mirada y yo asentí, así que ella no dijo nada más y se echó para atrás, acomodándose en la silla con las piernas cruzadas como un indio sobre la silla.
—Todo empezó cuando yo tenía ocho años, mamá se arreglaba para ir al teatro con mi padre, llevaba un vestido liso de seda rosa y un sombrero con plumas que yo utilizaba para disfrazarme de indio nativo. Julio siempre fue el favorito de la abuela, todos lo encontraban un chico muy listo, adorable y amable, un verdadero encanto. Tonterías, no se acercaba ni de lejos a mi definición de perfección. Era un niño menudo, con los ojos muy mieles, detestable, engreído, competitivo y horriblemente tierno que había llegado tras la falda de su madre con los ojos rojos del llanto. No lo soportaba, me salían caries de sólo pensar en él. Pero luego vino con la gran noticia del primer amor, el matrimonio y el "felices para siempre". Debió haberme golpeado fuerte el shock, porque recuerdo que lo odié como nunca al obligarme a decir que "Sí". Sin embargo, nada de eso importó, lo quería aunque no lo reconociera, y de haber sido lo contrario, hubiese terminado enamorada de él de todas formas. Sí, es encantador, tierno, adorable, amable, y mil adjetivos más. Y lo mejor es que era mío. Él lo había jurado, llevarme a Nunca Jamás para combatir a Garfio junto a Peter. Pero lo que Julio hizo fue mucho más emocionante: creó una aventura sólo para mí. Y no me arrepiento de haberla vivido con él ni en un millón de años, porque nosotros éramos ojos mieles y Tinker incluso si las hadas no existían. Y nadie, ni Garfio ni todos sus piratas, podría cambiar eso.
FIN
OooOooOooO
GENCHI... MUCHÍSIMAS GRACIAS por cada voto, insistencia, cada comentario que me alegraba cada capítulo.
GRACIAS por querer tanto a estos personajes (inclusive más que yo)
GRACIAS por el apoyo infinito que le dieron a cada capítulo, GRACIAS por apoyar mi loca idea de publicar los capítulos con edits diferentes por cada capítulo.
En especial gracias a la Andy (_andrea23 ) por stanear tanto esta historia
GRAAACIAS INFINITAS A CADA UNA DE LAS PERSONITAS FIELES A MIS HISTORIAS DRAMÁTICAS AL CIEN
ESTÁS LEYENDO
Toda la Vida - Isulio
Fiksi PenggemarLa familia Souza es adinerada, viven con lujos y no carecen de nada. Su segunda hija, Isabela, se siente menospreciada a pesar de todo aquello. Su hermana mayor es lista, y la menor es sociable y cariñosa. Mientras que Isabela es indecisa, pésima en...