Park Jinyoung es un hombre sencillo lleno de sueños. Toda su vida se había concentrado en lograr sus objetivos y nada más, su infancia llena de soledad le enseñó amar el silencio y refugiar sus sentimientos en la cocina.
Todo cambio la noche que el...
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—Son las 4:20. —Expresó Kunpimook con una risa, observando el reloj en su muñeca.
—¿Y eso? —Cuestionó sin comprender el coreano. —¿Estás cansado? ¿Quieres ir a casa?
Kunpimook negó. —Vamos a dar un paseo y te explico. —Jinyoung no comprendió, pero aún así se puso de pie y le siguió. — Acá hay muchos guardias, por ser una zona turística... Y ya sabes, todavía están traumados con el robo de La Mona Lisa así que hay muchas restricciones.
—Estoy más confundido que antes.
El tailandés rodó los ojos, y le arrastró cuesta abajo entre los comercios de la zona, entre los restaurantes y las tiendas de lujos cerradas. Entraron a un callejón sin salida entre unas franquicias de comida rápida y le sonrió mientras extraía de su abrigo una cajita metálica donde había un par de cigarrillos. —Esto es 4:20
—¡Es ilegal! —Reclamó Jinyoung, observando con horror como el joven llevaba el cigarrillo a sus labios, y una vez más rodó los ojos.
—Por favor, no seas puritano. ¿Nunca has fumado?
Jinyoung negó con un movimiento de la cabeza, él nunca haría algo así. —Anda, pruébalo, no te vas a arrepentir.
—Pero... Podemos ir a prisión.
—No vamos a ir a prisión por fumar marihuana, no seas tonto.
Tras unos minutos de insistencia Jinyoung terminó convencido, y tomó un cigarrillo que intentaba encender, pero sus nervios eran tan grandes que el encendedor se le resbalaba de los dedos. El tailandés, enternecido por la escena rio en voz baja, y cubrió el cigarrillo del chico con su mano mientras acortaba la distancia entre ellos y prendía el fuego entre los cigarros. La cercanía había puesto a Jinyoung con los pelos de punta, sus mejillas se habían tornado de un ligero rosa y quedó paralizado incluso cuando ya el pelirrojo se había alejado.
—Estás dejando consumir el cigarrillo. —Señaló Kunpimook divertido por la reacción del coreano. —Ya hasta parece que te gusto.
—¿Qué? ¡No! —Reaccionó de inmediato y dio una primera calada al cigarrillo que terminó en una gran tos y el tailandés riendo mientras le intentaba enseñar como hacerlo de manera correcta.
Los minutos pasaban y ahora Jinyoung estaba más relajado, más suelto... Más animado. Era una sensación extraña, única y que nunca había experimentado. Las cosas parecían moverse a su alrededor y todo era un motivo de risa. Kunpimook estaba sorprendido con esa nueva etapa del coreano, ni siquiera cuando estuvieron borrachos tiempo atrás le encontró tan divertido.
Echaron las colillas de los cigarrillos al suelo y salieron del callejón entre bromas y juegos donde se perseguían y se maldecían. El francés comenzaba a olvidársele a Jinyoung, y le soltaba palabras en coreano que eran incomprensibles para el tailandés, pero le seguía el juego al responderle en su idioma y pretendían entenderse.
—¡Quiero ir a la Torre Eiffel! —Gritó de repente Jinyoung, y Kunpimook dispuesto a complacerle asintió.
Se encaminaron por el Boulevard du Montparnasse, el coreano no se resistió hacer una pequeña sesión fotográfica a Kunpimook quien posaba para él como todo un modelo profesional, exploraron la Torre de Montparnasse por sus alrededores y contemplaron los emblemáticos edificios de la UNESCO y École Militaire.
—¡Ahí está la torre! —Señaló el tailandés con su dedo la famosa torre de París al atravesar los Champ de Mars.
Jinyoung sonrió al estar a unos metros de la torre que tanto ansiaba ver en ese momento. Kunpimook se encontraba unos pasos más delante de él, su figura quedaba justo debajo de la torre por la perspectiva y él sonrió sacando su cámara dispuesto a tomar otra fotografía, sin embargo, esta vez se negó. —No, esta vez ven conmigo. —Pidió él, y Jinyoung se rehusó con un gesto apenado, según él, nunca salía bien en las fotos. Kunpimook aún así le arrastró hacía él y pasó su brazo alrededor de su cuello, su brazo largo extendió la cámara y sonrió para la foto.
El coreano contempló la fotografía apenado, Kunpimook lucía tan perfecto como siempre, mientras que él mantenía una expresión sería y los ojos rojos evidenciando la sustancia que ahora recorría su sangre.
—Me gusta mucho. —Comentó el tailandés, sonriendo. —Deberías revelarla para mí.
Jinyoung observó el rostro de Kunpimook que aún sonreía al observarle, se veía tan contento... Y ¿Lindo?
—¿Pasa algo, Jinyoung? —Interrogó con curiosidad el pelirrojo.
No sabía si debía culpar a la droga que le consumía su racionalidad y su personalidad indescifrable, pero por algún motivo Jinyoung se había echado a los labios de Kunpimook y le besó con una pasión que le caló lo más profundo del alma.
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👨🍳PRÓXIMO CAPÍTULO: 5 DE AGOSTO👨🍳
Último capítulo de mes uwu. Ay, casi se me olvidaba actualizar, siempre es lo primero que hago al despertar, pero todavía estaba sufriendo por la prematrícula de la universidad 😞. Después de pasar semanas sin escribir, terminé escribiendo dos nuevos capítulos de una historia que quisiera publicar en octubre y un nuevo borrador 😳. Espero que estén teniendo unos buenos días, les deseo lo mejor.
