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Sábado por la noche, en la casa de Namjoon. Mis amigos y yo sentados en una esquina con vasos de jugo, reemplazando aquel alcohol que la mayoría de los jóvenes en la fiesta tragaban como agua. No era por estar solos los tres, sin hablar con casi nadie más que nosotros mismos desde que llegamos. Ni por la elección musical que había puesto el grupo de los populares y no era de mi agrado. Ni nada que ver con los demás. Pero ahí me encontraba yo, cuestionándome qué estaba haciendo sentado en aquel lugar, si nada me emocionaba como a cualquier chico de mi edad. Miré un momento a los dos masculinos sentados a mi lado, parecían casi igual de aburridos. Taehyung como siempre, con más ojos para su celular que para su alrededor, y Jungkook hablándome del extraornidario sabor de las hamburguesas. No le presté atención, porque me dediqué a mirar a los demás, bailando al unísono de la música a alto volumen con sus amigos, parejas. Probablemente me aburrían estas cosas por no tener alguien de esa onda en mi entorno, alguien que viva la vida y me senseñara a vivirla.

Hubiera seguido con mi exploración visual a otros campos, si no fuera porque haberme bebido tres vasos de jugo de puro aburrimiento, no tuviera sus efectos secundarios. Me levanté arreglando mi pantalón y dejando mi teléfono en manos del menor para que lo cuidara mientras me iba. Seguidamente, me dirigí al baño de la casa, para lo que tuve que pasar primero el comedor, donde se hayaba otro grupo de estudiantes jugando en ronda con una botella. Al contrario de la sala de estar, (que estaba oscura a propósito), aquí sí tenían encendidas las luces. Parecían más calmos, pero al escucharles reír tenían el mismo aire pícaro. Claro, seguían siendo adolescentes de último año en una fiesta de cumpleaños.

No era la primera vez que venía aquí, he llegado a visitar a Namjoon por temas de tareas grupales sorteadas, pero nunca he preguntado dónde estaba el baño y recién me daba cuenta de ese detalle. Me alarmé pensando que tendría que consultarle a alguno de los desconocidos, pero no fue necesario, pues por suerte la puerta estaba semiabierta y al aventurarme en el pasillo lo pude notar. Entré dispuesto a ir directamente a orinar, pero me encontré con un chico de cabellos color menta tirado en la bañera, con los ojos cerrados e inmóvil. Me sobresalté del susto y quejé mentalmente. Avancé unos pasos con tal de agitarle el brazo.

— Hey, hey, despierta. — Primeramente no reaccionó, luego abrió lentamente sus ojos, notablemente fatigado. Me miró con el ceño fruncido, seguramente preguntándose quién era yo, se le veía ligeramente sorprendido. — ¿Estás bien? Necesito que salgas.

Gruñó. — Si lo que quieres es usar el baño, hazlo, no me nace mirar eso. — Dijo, para reacomodarse y cerrar de nuevo los ojos. Le observé mejor, su pálida piel reflejaba la luz, era muy apuesto, cada una de sus facciones lucían perfectamente acomodadas. Por alguna razón su aura me intimidó. No necesitaba hacer nada más que del número uno, pero no iba a hacerlo frente suyo, oyéndome.

Suspiré. — Oye, no voy a hacerlo contigo aquí.

— Bueno, y yo no voy a salir para la jodida loca de mi acosadora me vea y comience a perseguirme durante toda la noche. — Rió irónico.

Ahora me había sorprendido a mí, no me esperaba algo como eso, para nada. — Oh. — Hice una pausa para medir mis palabras. — Tienes que salir y enfrentarla, dejarle claro que lo que hace no está bien, te molesta.

— Quién diría que a mis dieciocho años tendría una cita con el psicólogo en el baño de una casa ajena.

— Como sea, sal. — En un tono más estricto.

Gruñó de nuevo, poniéndose de pie cuidadosamente para no resbalar y dejándome solo de un portazo. Caí un poco tarde por su forma mareada de andar, en que estaba pasado de copas. Relajé los hombros como un "por fin" e hice mis necesidades. Unos minutos más y mis riñones colapsaban dentro mío. Respiré hondo preguntándome quién era él, de dónde lo conocía Nam, o si sólo era un amigo de un amigo. Pensando más a fondo, creí haberlo visto una vez en el colegio, apoyado en la barandilla haciendo nada. Y entonces mi mente se sentía más lúcida. Debía ser él, ¿quién más se teñiría el cabello de ese color sino?

All in my life are you ›› YoonMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora